Aumenta la presión de los gremios al ritmo de la campaña
Cuando falta un mes para las elecciones legislativas, el sindicalismo multiplicó sus protestas. Intenta obtener aumentos en sumas fijas a la espera de reanudar las postergadas negociaciones paritarias que quedaron, obligadamente, para después del 28 de junio.
Sensibles por la decisión del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de nacionalizar tres empresas del grupo Techint, pero sobre todo, por la falta de condena de la administración de Cristina Kirchner a esa actitud, los hombres de negocios y las organizaciones que los representan observan "como una hostilidad oficial" ese recrudecer de la presión gremial.
En rigor, los sindicatos fundamentan sus pedidos en "no quedar mal parados" para la próxima paritaria que los tendrá como uno de sus actores principales. El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, le quitó dramatismo al tema días atrás: "Esto ocurre todos los años. Cuando se discuten salarios y no se llega a un acuerdo, vienen este tipo de presiones, es normal".
Sin embargo, los gremios vinculados con la CGT y que responden abiertamente a la postulación de Néstor Kirchner como diputado, intensificaron las protestas en las últimas semanas.
Los delegados de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) reclamaron fuertemente ayer en la puerta del Ministerio de Trabajo un aumento salarial del 22 por ciento y que se determine una suma fija durante cinco meses. "La paritaria venció el 31 de marzo. Sólo se reanudará en octubre, pero nosotros ya perdimos el 35 por ciento de los ingresos", sentenció el secretario de Prensa, Abel Furlán, a LA NACION.
El dirigente desmintió que la marcha estuviera vinculada con una presión hacia Techint, después que la presidenta Cristina Kirchner criticara a esta firma y apoyara a Chávez. Sin embargo, en dos solicitadas diferentes, la UOM debió aclarar el tema (ver aparte).
La Bancaria obtuvo una solución con dos cámaras del sector y pasó a un cuarto intermedio para hoy, a las 12, para seguir discutiendo con las dos siguientes.
La semana última protagonizaron conflictos la Unión Tranviarios Automotor (UTA), la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne (que al final consiguieron acuerdos salariales) y los gastronómicos, que se acogieron a la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo para seguir discutiendo el tema con los empresarios en junio.
Mientras en la Casa Rosada, algunos funcionarios quisieran que existiera una mayor moderación, se dice que el propio Kirchner no ve mal que el sindicalismo les reclame a los empresarios. Para él, son "los malos de la película", como se quejó uno de ellos. Si las críticas gremiales siguen sin apuntar hacia la Casa de Gobierno, el ex presidente se siente cómodo, insistieron las fuentes.
El 30 de abril, Moyano organizó en Belgrano y 9 de Julio un multitudinario acto reinvindicativo por el Día de los Trabajadores que significó un abierto apoyo a la candidatura del ex presidente en los comicios legislativos bonaerenses y una muestra de respaldo incondicional a la gestión de la presidenta Cristina Kirchner.
"Al final, el Ministerio de Trabajo termina homologando los acuerdos, que se acercan al reclamo salarial pedido", enfatizó un sindicalista de la CGT a LA NACION. La presión por no prolongar los conflictos también llega desde la Casa Rosada.
La CTA busca diferenciarse
Los que volvieron a ganar la calle fueron anteayer los gremios vinculados a la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), en especial estatales y docentes.
Hubo cortes y concentraciones durante el paro nacional que efectuaron. Las reinvindicaciones apuntaron, diferente del resto, directamente al Gobierno.
Buscaron diferenciarse del multitudinario acto que realizó Moyano en abril. La CTA puntualizó los reclamos al Gobierno largamente postergados, a diferencia del mensaje "electoral de apoyo a Kirchner [Néstor]" que dio el líder del gremio camionero en aquella oportunidad.
El secretario general de la CTA, Hugo Yasky, advirtió que "la película sigue después de las elecciones" del 28 de junio y señaló que esperará la convocatoria oficial.
Los metalúrgicos cambiaron el discurso
- Con dos días de diferencia, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) varió su postura, en sendas solicitadas, respecto de la estatización en Venezuela de empresas del grupo Techint. Lo que hizo cambiar la respuesta metalúrgica fue la actitud final que adoptó el gobierno de Cristina Kirchner. Trascendió que una llamada telefónica de Néstor Kirchner desde Olivos fue decisiva. En la primera solicitada, la UOM expresó "su total desacuerdo" con la medida dispuesta por Hugo Chávez, pero en la siguiente, publicada ayer, se aclaró que el gremio "nunca defendió el patrimonio accionario de las empresas". También rechazó "la intromisión en la política interna de un país soberano".
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