Ausencias a una cita diplomática
Estaban invitados todos, pero, al parecer, ninguno pudo acudir a la cita.
Era ayer, al filo del mediodía, en el Alvear Hotel, con motivo del 56° aniversario de la creación del Estado de Israel. Entre casi 1000 personas, según fuentes de la embajada de ese país, "no hemos visto a ningún ministro argentino".
Les pareció raro: el año pasado había estado el vicepresidente Daniel Scioli, por ejemplo. Este año, ni un ministro acudió a la cita. Asistieron, entre otros, el jefe y el vicejefe del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra y Jorge Telerman, respectivamente; el gobernador bonaerense, Felipe Solá, y legisladores, militares, catedráticos y embajadores extranjeros.
En uno de sus últimos actos en el país, el embajador Benjamin Oron, pronto a jubilarse como diplomático de carrera, recibió a los invitados.
En agosto, según confió a LA NACION una fuente diplomática israelí, será reemplazado por Rafi Eldad, segundo de la embajada en Buenos Aires cuando se produjo el atentado, en 1992. Era embajador, entonces, Yitzhak Sheffi, sucedido después por su tocayo Aviran.
A fines de la próxima semana, igualmente, Oron será anfitrión de los embajadores de Israel en Uruguay, Brasil y Chile, y del segundo de la embajada en los Estados Unidos, así como de dos funcionarios de la cancillería de su país vinculados con la región. Será una reunión de carácter reservado, según la fuente.
De ello, así como del gobierno de Ariel Sharon y de sus represalias contra el terrorismo palestino, se habló en algunos corrillos.
Cambio de agenda
Entre bocaditos y bebidas varias, muchos pasaron revista a temas de la actualidad argentina, empezando por la imagen polifacética del gobierno de Néstor Kirchner. Una imagen que, a juzgar por los comentarios de embajadores extranjeros, no resulta fácil desentrañar.
"No entiendo por qué en la agenda ha privilegiado la ESMA mientras, al mismo tiempo, el caso Blumberg le imponía otra realidad", dijo uno de ellos.
En medio de la multitud, el escritor José Ignacio García Hamilton era felicitado por Simón ; no se trata de un nuevo miembro de la familia, sino de su último libro, la biografía de Bolívar. Otros le preguntaban a Ibarra por el yeso en su mano, consecuencia de un partido de fútbol en el que, confesó, se cayó solo.
El cóctel vino a ser el segundo capítulo de las celebraciones, iniciadas anteayer en el Luna Park. En ambos casos, la seguridad ha sido extrema. Al punto que los invitados debieron presentar cuatro veces la invitación (documento de identidad en mano en el último control) y, finalmente, trasponer detectores de metales.
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