Aval de la ONU al llamado del Gobierno
Angulo Barturen confirmó que trabaja con la administración nacional para alcanzar un acuerdo político y social
"Estamos dispuestos a aportar el apoyo logístico, la asesoría, la facilitación para un diálogo inmediato entre los sectores políticos y sociales argentinos", dijo ayer a LA NACION el delegado de las Naciones Unidas en la Argentina, Carmelo Angulo Barturen, al tiempo que confirmaba que estuvo trabajando estrechamente en los últimos días con el gobierno nacional y con algunos sectores sociales para asesorarlos sobre los métodos del diálogo.
Angulo Barturen es un español cordial, diplomático de su país con el rango de embajador, propenso a no dejarse amedrentar por los datos de la realidad, aunque acepta que ha detectado aquí "una inmensa urgencia para buscar el consenso económico, político y social".
Las estadísticas de la cuestión social, de la desocupación y de la pobreza lo apabullaron no bien las descubrió. Paralelamente, el viernes, uno de los más altos funcionarios del gobierno de Fernando de la Rúa calificó de "casi inhumano" el tratamiento que la política le da al drama social.
El Gobierno está virtualmente paralizado frente a ese problema desde que una pelea interna enfrentó a los entonces ministros Patricia Bullrich y Daniel Sartor, hasta que la primera abandonó el gabinete.
* * *
Angulo Barturen señaló que hay dos maneras de enfrentar el diálogo: preparando con tiempo los reglas de la negociación o empezando de inmediato con la confianza en la buena fe de todos. La última alternativa la definió como la de "aprender haciendo" y, aunque no se pronunció por ninguna de las dos fórmulas, estaba implícito que se inclinaba por un comienzo rápido de la negociación.
"Tenemos una primera referencia aceptada por todos, que es la Iglesia, y lo que se debería hacer ahora es la lista de los que deben estar o de los que no pueden estar ausentes del diálogo", precisó, en su descripción de la situación actual con miras a una negociación.
¿Los temas? ¿El tiempo? "Parece, responde, que el país necesita en estos momentos algunos acuerdos puntuales, rápidos, otros de mediano plazo y otros de más largo plazo. Lo importante es que hay en el país un consenso social en torno de la idea de que debe haber un consenso, que ya es algo para empezar. La única condición para el diálogo en busca del consenso es la renuncia previa a lo que son los objetivos individuales o sectoriales."
¿Cuáles son los impedimentos para el diálogo en la Argentina? Respuesta: "El diálogo debe ser entendido como renuncia a la apuesta de lo que uno piensa y siente para compartirlo encima de la mesa. Quizá no hay aquí una práctica, una tradición, y muchas veces se ha planteado el consenso como que el otro se añada o se ponga de acuerdo con lo que yo pienso. Hay un elemento central en todo diálogo que es la renuncia, no la renuncia global a los valores y a las creencias. Pero hay que poner todo encima de la mesa, compartirlo, ver de dónde se puede cortar".
¿Hay urgencia en comenzar el diálogo? "Estamos, dice, hablando de un tema muy importante del día de hoy, ni siquiera es para mañana. He oído también las noticias de que se precisan acciones inmediatas, quizá quirúrgicas, y un sacrificio grande por parte de muchos actores. Es un momento de esos que llaman a deponer los intereses personales, a renunciar a intereses principistas o sectoriales. Hay que decir: bueno, seamos realistas y veamos qué se puede hacer, qué es lo que es posible hoy. Y habrá que compartir los costos solidariamente, si debe haber un gran sacrificio por algún lado."
Angulo Barturen calificó el momento argentino como "casi patriótico". Recuerda la época en que en "España se firmó el pacto de La Moncloa. Había -agrega- una gran recesión, había un riesgo de que se cerraran las puertas del país, había una reconversión industrial de un país que debía adaptarse a los cambios de Europa. Hay momentos únicos y casi patrióticos en que el consenso es la única solución. Lo hizo Irlanda, lo hizo Australia, lo hizo Nueva Zelanda, lo está haciendo México. Esto no es algo que les toque únicamente a los argentinos. Creo que el momento es éste y creo que la necesidad es urgente", advirtió.
¿Por qué los argentinos somos tan renuentes al diálogo? "Digamos que hay elementos en la propia historia argentina, contesta, en el modelo del país para hacer política, en las características institucionales, en el propio talante de los dirigentes, en la ruptura de los contratos sociales que tuvieron ustedes a lo largo de la historia. La sensación que yo tengo es la de preguntarme: ¿cómo es posible que no sepan sentarse y buscar la manera de concertar procesos con esta capacidad humana, con esta capacidad creativa de este pueblo, con este potencial de recursos, con esta inspiración y con este atractivo que tienen ustedes como seres humanos?"
Angulo Barturen habla de él mismo antes de terminar la conversación: "Yo soy español. Nací después de la Segunda Guerra y de la Guerra Civil Española, que nos provocó un millón de muertos. Somos una generación que aprendió que había sido demasiado individualista, que teníamos que sentarnos los unos con los otros para profesar nuestras diferencias constructivamente hacia adelante. Esto es un proceso de aprendizaje. A veces rompe tradiciones históricas, pero es fundamental que se haga. Los países que han atravesado crisis muy profundas y no buscaron el diálogo y el consenso lo están pasando muy mal", concluye.
Temas
Más leídas de Política
"La oferta de China era mejor". Fuertes críticas del kirchnerismo a la política militar y a la compra de los F-16
Trastienda. Senado: un aumento de dietas con el que “casi todos” estuvieron de acuerdo
"Ahora fingen demencia”. Di Tullio desmintió a los senadores que niegan haber aprobado la suba de sus sueldos y dio detalles de la votación