Bergman: "Ni represión ni mano dura, hace falta orden"
En una entrevista con lanacion.com, el rabino criticó el frente que propone Macri, pero no descartó acordar con él
¿Qué tienen en común Mauricio Macri, Alberto Kohan y Alfredo Olmedo? Que todos lo respaldan como candidato a jefe de gobierno. En medio de un contexto de intensas negociaciones electorales, ¿quién es capaz de dialogar tanto con la centroizquierda porteña como con la derecha? Un hombre de fe.
"Mi know how es conciliar, hablar y acercar a las partes". Así autodefine su máxima virtud Sergio Bergman, el rabino más mediático, que ahora competirá en terreno electoral.
El silencio del templo en el que recibió a lanacion.com es la antítesis del fervor proselitista. Pese a ser más afín al consenso que al enfrentamiento, Bergman cuestionó "el caos y la anarquía" que - a su criterio- invaden las calles de la ciudad. "Dentro de la ley, todo; fuera de la ley, nada", aseguró.
Su cercanía con Pro no impidió los cuestionamientos a la alianza opositora que propone Macri. Consideró "innecesario y reactivo" juntarse para enfrentar al kirchnerismo, pero no descartó un acuerdo electoral con el oficialismo porteño.
Además, justificó su apoyo al controvertido candidato a gobernador de Salta, Alfredo Olmedo: "Hubo un operativo nacional para sacarlo de la cancha porque estaba midiendo bien". Aunque inmediatamente después afirmó: "Defiendo lo indefendible".
- ¿Por qué se lanzó como candidato por Movimiento de los Ciudadanos? -
La sociedad no puede abstenerse de la política. Cerramos diez años de "que se vayan todos" y abrimos los próximos con "nos metemos todos". Vamos a disputar el poder, no para abusar, sino para transformar. Próximo paso: nos tenemos que meter.
- Suena a candidatura testimonial…
- Queremos sumar para juntar lo injuntable, para lograr acuerdos institucionales. Queremos que los vecinos sean consejeros comunales y no los punteros políticos. Sí, asumo que es testimonial. ¿Qué modelos tengo? [Martin] Luther King, [Mahatma] Gandhi. Queremos encarnar un espíritu cívico argentino de buena gente que quiere el bien. El problema es que el mal trabaja muy bien y el bien, bastante mal.
- ¿Para "juntar lo injuntable" es necesario un acuerdo amplio como el que propone Macri?
- No, porque el diálogo tiene que incluir al oficialismo. Tenemos que llevar a la política a la sensatez de la civilización.
- Pero el Gobierno no dialogó con la oposición en ocho años...
- Si el Gobierno no quiere estar, que corra por cuenta de ellos. No se puede invitar a todos los opositores a ir en contra de… Es reactivo e innecesario. La oposición no tiene que confrontar. Hay que hacer acuerdos entre todos para que no pase como en la última elección, que los que ganaron perdieron y los que perdieron ganaron.
- ¿Cómo se define ideológicamente?
- El problema es que lo ideológico que estamos discutiendo ahora es el primer nivel de lo lógico. Los que te corren por derecha y por izquierda son los mismos que quieren abolir el sistema. Primero están las instituciones. No es que sea de derecha. Primero hay que restituir la lógica del sistema. Soy de centro, del justo medio de la ley. Dentro de la ley, todo; fuera de la ley, nada.
- A su lanzamiento asistieron macristas, menemistas y duhaldistas… ¿Cuánto definen sus invitados su forma de entender la política?
- No necesariamente influyen, porque muchos otros invitados no pudieron venir. Tenemos que hablar con todos, incluso con aquellos con los que no acordamos para que se respeten las reglas del juego y para que todos puedan participar. Que no es lo mismo que armarle causas a la gente o denostarlos por su idiosincrasia, como sucedió con Olmedo.
- ¿Por qué apoyó su candidatura en Salta?
- Porque hubo un operativo provincial y nacional para sacarlo de la cancha porque estaba midiendo bien. Defiendo lo indefendible, porque son mis convicciones. No soy de derecha, pero me gustaría que hubiera candidatos de derecha y que la gente no los vote. Me defino: soy de izquierda, pero del estilo de la izquierda uruguaya. Mujica es un tipo sensato que va a llevar adelante el país, porque no tiene rencor ni venganza ni quiere ajustar cuentas. Fue Tupamaro, pero ya no quiere serlo. Y estuvo diez años en un agujero. Las diferencias con la Argentina son obvias.
- ¿Comparte las propuestas de Olmedo?
- Muchas no las comparto. Los porteños tenemos una subestimación sobre nuestro hermanos de las provincias y creemos que nuestro país tiene que ser a imagen y semejanza de lo que pasa acá. Uno de cada cuatro salteños, sin que los lleven en micro, sin que le compren los votos, sin que los amenacen fueron a votar y lo eligieron.
- ¿Qué le dicen los porteños sobre Buenos Aires?
- La gente padece esta ciudad. Quedamos allanados a una situación de un pseudoanarquismo pseudoprogresista y hegemónico totalitaria porque las calles están tomadas por el caos y por la anarquía. Lo que hace falta es orden. Ni represión, ni mano dura, orden.
- Si es necesario, ¿reprimiría?
- La Justicia debe estar por delante de las fuerzas de seguridad. No se puede ir a los palazos. Pero si después que se le explicó diez veces a un ciudadano, con un fiscal adelante, que está infringiendo la ley, te lo llevás. Se lo detiene, se le hace un sumario y se lo procesa. Tiene todo el derecho, pero los demás también tienen derechos.
- ¿Por qué el gobierno porteño no pudo "ordenar" la ciudad?
- Porque tienen como desafío la declaración de guerra militante del Gobierno, de desgastarlo y erosionarlo todo lo que pueda, aunque eso lo paguemos los porteños. Pro se equivocó y entró en esa lógica.
- El año pasado se especuló con que compartiría la fórmula con Gabriela Michetti, ¿descarta esa posibilidad?
- Esperaré que Pro dirima su candidatura y cuando estemos más cerca, cuando se hable de las cuestiones programáticas, con muchísimo gusto armaremos los frentes que debamos armar. Mi know how es conciliar, hablar y acercar a las partes. Eso es lo que quiero llevar a la política.
- ¿A quién votaría si no fuera candidato?
- No lo tengo claro. Probablemente le daría mi voto a Pro porque tienen que continuar lo que iniciaron. No tuvieron tiempo suficiente para hacer las reformas que plantean. Además, no veo una propuesta superadora.
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