Bonadio puso el caso a disposición del fiscal
Delgado lo había acusado de esconderlo.
El juez federal Claudio Bonadio informó ayer que había puesto "a disposición" del fiscal Federico Delgado el expediente en el que se investiga la tragedia ferroviaria de Once, en el último capítulo de la disputa mantenida por ambos funcionarios a raíz de la marcha de la causa.
Delgado le había enviado tres escritos al juez, en los que se quejaba en términos muy duros por la reserva con la que el magistrado llevaba la investigación. Bonadio no le respondió, pero ayer fuentes del tribunal dejaron trascender que la causa estaba "a entera disposición de toda las partes desde el inicio de la causa".
Lo mismo le había comunicado ayer el juez a Delgado en un incidente promovido por una de las personas a las que Bonadio les había prohibido la salida del país, que ahora solicitaba permiso para viajar.
Fuentes del juzgado informaron que les habían dado "vista ya a todas las partes del expediente" y dijeron que era preciso "evitar situaciones conflictivas que dificulten el normal trámite" de la causa.
Sostuvieron que "hay casi diez querellas en el expediente y los únicos que plantean este tipo de cosas son Gregorio Dalbón [abogado representante de algunos de los familiares de las víctimas] y el fiscal".
Delgado había dicho en su último escrito, de anteayer, que Bonadio pretendía "apropiarse" de la causa. La semana pasada ya le había advertido en dos presentaciones que el juez le ocultaba las decisiones que tomaba y que le impedía cumplir con su "rol de acusador". En aquellas notas lo exhortó a ceñirse a las normas y, para ilustrar "los peligros de sortear el camino de la ley", le recordó la experiencia de "juristas e intelectuales filonazis".
Además, le dijo que era preciso cambiar un "rasgo cultural" arraigado en el mundo judicial; un ámbito en el que, según Delgado, se sigue viendo a los fiscales como "subordinados" de los jueces.
El único acusado formalmente en la causa judicial es el maquinista Marcos Córdoba, que conducía el tren que chocó en la mañana del 22 de febrero pasado en la terminal de Once. Su abogada defensora presentó elementos al juez, entre ellos antecedentes de un accidente en el que un motorman que perdió el conocimiento chocó contra un paragolpes a 31 kilómetros por hora -cinco kilómetros más rápido que el tren de Once- y no se produjo ni una sola víctima fatal.
Ayer, además, el juzgado libró nuevas órdenes de presentación a organismos públicos y a la empresa TBA para seguir reuniendo pruebas y determinar cuáles fueron las causas de la tragedia en la que murieron 51 personas y 700 resultaron heridas.
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