Bonadio y el Gobierno, en tensión permanente
El enfrentamiento entre el Gobierno y el juez Claudio Bonadio, que ayer tuvo un nuevo episodio con las citaciones a funcionarios por el plan Qunita, está compuesto por una serie de largas disputas que se libraron en terreno judicial y mediático. El historial de peleas es largo y tiene como punto de inflexión la investigación de Bonadio en la causa Hotesur, de la que fue desplazado luego de allanar oficinas de Máximo Kirchner en Río Gallegos.
Esa investigación por anomalías registrales de la firma, que se refuerza con la sospecha de un presunto lavado de dinero a través de alquileres de habitaciones de los hoteles de la familia presidencial por parte de empresas de Lázaro Báez, desató una guerra en la que se involucró personalmente Cristina Kirchner.
El año pasado, el Consejo de la Magistratura fue sede de los intentos kirchneristas de desplazar al juez federal, que avanzaba con la investigación de la causa Hotesur.
En noviembre del año pasado, Julián Álvarez, secretario de Justicia de la Nación, denunció a Bonadio por "mal desempeño" y solicitó el juicio político en su contra, algo que no prosperó porque el kirchnerismo no tuvo los votos suficientes.
Los intentos del oficialismo por separar a Bonadio de la investigación sobre la firma hotelera de la familia presidencial se multiplicaron, pero el magistrado ya había tenido intervención en muchas causas contra funcionarios kirchneristas.
Bonadio tuvo en sus manos expedientes como la acusación contra el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime por sospechas de corrupción en una obra para el Belgrano Cargas, o la investigación contra Guillermo Moreno por la compra de cotillón anti-Clarín, en la que se acusaba de peculado al ex secretario de Comercio Interior y sobre la cual la Cámara Federal ayer declaró nulo todo lo actuado.
Bonadio también trabajó en el caso Skanska y sobreseyó a tras secretarios de la Presidenta (Julio Daniel Álvarez, Isidro Bounine y Fabián Gutiérrez) acusados de enriquecimiento ilícito.
El tramo más fuerte de la contienda se produjo a partir del 13 de julio de este año. Ese día, el juez ordenó una serie de allanamientos en Río Gallegos, en oficinas del hijo de la Presidenta por la causa Hotesur.
El 16 de julio, el magistrado fue desplazado de la causa por la Sala I de la Cámara Federal. "Lo digo públicamente: si aparezco suicidado, busquen al asesino, porque no es mi estilo", advirtió tras su apartamiento Bonadio. La Presidenta había cuestionado desde su cuenta de Twitter los allanamientos ordenados por el magistrado y hasta había ironizado con que podría allanarle el cumpleaños a su nieto, Néstor Iván.
La utilización de la Policía Metropolitana en los procedimientos generó más controversias.
Cristina cuestionó a Bonadio también por cadena nacional. El 5 de agosto le dedicó una frase polémica. "No le tengo miedo a ningún juez pistolero, mafioso, o extorsionador", señaló.
"Me llaman juez pistolero y fue en defensa propia y de terceros, a mi amigo le habían disparado en la espalda", contestó el juez, quien mató a dos delincuentes en 2001, en un tiroteo durante un intento de robo.
El magistrado profundizó luego su reacción. "Ella es una funcionaria pública y debería decir en qué la extorsioné y qué le pedí, y lo debería denunciar porque es un delito", dijo el juez.
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