Boudou no piensa en hacer un contraataque
Compartirá con la Presidenta el acto del 25 de Mayo en Bariloche; dicen que está "tranquilo"
"Tranquilidad." Esa es la respuesta a la que apelan los colaboradores del vicepresidente Amado Boudou después de que el fin de semana se conocieran nuevas revelaciones que lo vinculan a Alejandro Vandenbroele, la cara visible de laex Ciccone Calcográfica.
Por el momento, la estrategia del vicepresidente será esperar los primeros pasos del juez Ariel Lijo, a cargo de las dos causas en las que se lo investiga: una, por supuesto tráfico de influencias para favorecer, como funcionario, el ingreso de los nuevos dueños de la imprenta, y la otra, en la que deberá probar que no se enriqueció de manera ilícita, por la que esta semana quedó imputado.
Boudou volvió el jueves al país después de tres días en Ginebra, Suiza, en los que representó a Cristina Kirchner. Desde entonces mantuvo el perfil bajo y casi no tuvo actividades. Incluso quedó a cargo del Poder Ejecutivo hasta anteayer, que la Presidenta regresó de su viaje a Angola. El vicepresidente se mantuvo sin hacer declaraciones.
Esta semana también tendrá poca exposición pública, y en su agenda sólo aparece un encuentro junto con la jefa del Estado. Estará el viernes próximo con la Presidenta en Bariloche, donde se hará el tedeum y acto político por el 25 de Mayo. El domingo próximo, en tanto, Boudou partirá hacia Bolivia, para representar a Cristina Kirchner en la asamblea anual de la Organización de Estados Americanos (OEA).
En el entorno del vicepresidente minimizan el impacto de las nuevas revelaciones en la causa, de las que surgieron los viajes pagados por la empresa que maneja Vandenbroele, The Old Fund, al hermano de Boudou, Juan, y a su socio comercial, José María Núñez Carmona.
"Eso lo saca a relucir el fiscal porque se quedó afuera", rezongan allegados a Boudou, cuando se les pide explicaciones de esos vínculos.
Cerca del vicepresidente sostienen como una consecuencia no querida del alejamiento del fiscal Carlos Rívolo, que decidió Lijo esta semana, las nuevas pruebas que se conocieron en los últimos días.
Por el momento, Boudou no tiene pensado repetir el contraataque que lanzó un día después de que el anterior juez de la causa, Daniel Rafecas, ordenara allanar el departamento que Boudou tiene alquilado en Puerto Madero. Entonces, el ex ministro de Economía pidió recusar al magistrado y cargó contra el ex procurador general Esteban Righi. Ambos fueron las primeras víctimas de la estrategia: Rafecas dejó la investigación, y Righi, su cargo.
"No hay indicios por ahora de que haya ninguna maniobra", sostuvo una fuente cercana a Boudou, que no dejó de marcar el malestar del vice hacia Rívolo.
De todas maneras, el entorno del vicepresidente sostiene que está "de buen ánimo y tranquilo". Boudou estuvo afuera cuando se conoció no sólo la salida de Rívolo, sino también la nueva causa por supuesto enriquecimiento ilícito, por el que el fiscal Jorge Di Lello lo imputó el lunes.
Boudou había viajado ese mismo día hacia Ginebra, donde habló en la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS). Además, se reunió con las autoridades de la Cruz Roja Internacional para hacer efectivo el pedido de Cristina Kirchner para identificar los restos de los soldados caídos en la Guerra de las Malvinas. Por último, recibió el premio que le otorgaron a la jefa del Estado por su aporte a las nuevas tecnologías.
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