El conflicto agropecuario / Desafío de la Casa Rosada. Buscan dirimir en las urnas la puja rural
El Gobierno quiere que la ciudadanía defina el tema de la baja de las retenciones; no impulsarán la ruptura del diálogo
El gobierno de Cristina Kirchner decidió que su conflicto con el campo se dirimirá en las elecciones del 28 de junio próximo. Con el adelantamiento de esos comicios, la Casa Rosada buscó paralizar las negociaciones y plebiscitar en las urnas, cuanto antes, su política agropecuaria. "En las elecciones se enfrentarán dos modelos", dijo ayer a LA NACION una alta fuente oficial.
El plan de lucha y movilización del campo, convocado por la Comisión de Enlace del agro para mañana, generó nerviosismo en la Casa Rosada. "Ya no hay dudas: al campo nunca le alcanza; sólo busca la rebaja de las retenciones a la soja", señaló un funcionario de la Presidenta. En rigor, por ellas nació el conflicto. Tras su reunión con los dirigentes ruralistas, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, dijo que esas marchas por las rutas de mañana "no contribuyen en nada" a mejorar "el estado de ánimo del país".
No obstante, el Gobierno buscará no ser quien rompa el diálogo. "Apostamos a seguir manteniendo este espacio de diálogo y esperamos la misma actitud de las entidades agropecuarias", dijo. "El Gobierno tiene la responsabilidad de atender las demandas de todos los sectores", explicó Randazzo.
De la reunión con la Comisión de Enlace Randazzo había participado junto con la ministra de la Producción, Débora Giorgi, y el secretario de Agricultura, Carlos Cheppi. En ella, el Gobierno le ratificó al sector rural que no rebajará las retenciones a la exportación de soja. "Eso llévenlo al Congreso", les dijo Randazzo a los dirigentes. Subrayó tras la reunión que se avanzó en medidas para las economías regionales, el financiamiento y ayudas por la sequía.
No era suficiente para el campo. Y el anuncio del agro fue sentido como un golpe duro en Balcarce 50. El campo convocó para mañana a todos los productores a movilizarse en las rutas a la espera de la sesión especial del Congreso, en la que la oposición intentará debatir un proyecto de rebaja de las retenciones a la exportación de soja.
El bloque de diputados del Frente para la Victoria no dará quórum para tratar la ley. Por ello, la presencia en las rutas es una presión para el oficialismo.
Esto enojó al ex presidente Néstor Kirchner, que pronunció un severo discurso contra el campo (ver aparte). Trazó la línea política oficial. El jefe del PJ y posible candidato a diputado dijo que la pelea se dirimirá en las urnas. "A las federaciones patronales, sean responsables y más humildes. No definamos el conflicto fuera de las instituciones. Definámoslo en las urnas. Quieren imponer a otros cómo se distribuye el ingreso. El voto del pueblo es lo más valioso", exclamó.
En la Casa Rosada aseguran que Kirchner concibió el adelanto de las elecciones como un plebiscito de su gestión. Si el voto mayoritario le resulta favorable, considerará convalidada su obra y redoblará sus políticas, como las retenciones al agro y la ley de radiodifusión, una pelea que el jefe del PJ mantiene con algunos medios de prensa.
Incluso, Kirchner, que habló por la noche, fue más lejos en su idea plebiscitaria. "El 28 de junio nuestro pueblo decide entre la gobernabilidad y el modelo o entre aquellos que quieren dar marcha atrás y se deben hacer responsables por ello."
Por la mañana, Cristina Kirchner había preparado el terreno de la escalada del conflicto: "Tengo toda la decisión y vocación para profundizar este proceso de cambio y transformación. Sé que se tocan intereses minoritarios, pero poderosos".
"No me voy a amilanar. Cuantas más piedras quieran poner en el camino para torcer esta voluntad más fuerzas me van a dar", subrayó al anunciar la reestatización de la fábrica de aviones Lockheed en Córdoba.
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