El frente externo / Conflicto por el freno a las importaciones. Buscan reducir la tensión con Brasil
El Gobierno minimizó las restricciones y destacó la fortaleza del vínculo bilateral; la Presidenta viajó a Río de Janeiro y se verá hoy con Lula
El gobierno nacional intentó ayer bajar el tono de la polémica con Brasil por las trabas a las importaciones de alimentos. La estrategia será reforzada en las próximas horas, durante la visita a ese país de la presidenta Cristina Kirchner, que anoche arribó a Río de Janeiro.
La amenaza del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva de responder con medidas recíprocas si se confirma el freno argentino a la importación de alimentos despertó la inmediata reacción de la Casa Rosada. Tres ministros, entre otros funcionarios, minimizaron o negaron las restricciones impulsadas por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y destacaron la fortaleza del vínculo con Brasil.
"No hay ninguna presentación formal realizada por Brasil sobre restricciones al ingreso de alimentos", dijo en un comunicado la ministra de Industria y Turismo, Débora Giorgi, que acompañó a la Presidenta, junto con su par de Economía, Amado Boudou, y con el canciller Jorge Taiana. Recordó que Brasil es el "principal socio comercial" de la Argentina y destacó que el Gobierno sigue "trabajando de manera conjunta para fortalecer aun más esa relación".
Más temprano, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el ministro del Interior, Florencio Randazzo, habían descartado en declaraciones radiales que se fuera a producir una pelea con Brasil por este tema.
Cristina Kirchner participará hoy, junto a Lula y otros jefes de Estado, de la tercera edición del Foro de la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas, y a las seis de la tarde mantendrán una reunión bilateral, en la que, aunque no se informó oficialmente, se trataría la cuestión comercial.
Un dato que refleja cómo la cuestión del intercambio comercial se coló en una agenda que a priori era más institucional es el hecho de que Giorgi fue incorporada a último momento a la delegación argentina. La ministra es la encargada de monitorear el cumplimiento de los acuerdos y la correcta marcha del comercio bilateral con Brasil, aunque Moreno no reporta a su cartera. "Si la subieron a Débora, eso tiene que ver con ir a hacer un planteo claro sobre la situación para evitar malentendidos", explicaron en su entorno.
Los datos del primer cuatrimestre indican que la balanza comercial entre los dos países es deficitaria para la Argentina, en US$ 658,2 millones. El país exporta por 4163,6 millones e importa por 4821,7 millones.
Señales de conciliación
Desde el gobierno brasileño también se emitieron señales conciliatorias. "Si mañana [por hoy] tienen un nuevo encuentro [Lula y Cristina], evidentemente abordarán ese asunto pero sin ningún ánimo de represalia. Nuestra pelea con la Argentina sólo tiene consistencia en el fútbol", dijo el asesor de la presidencia brasileña para Asuntos Internacionales, Marco Aurélio Garcia, aunque luego no se privó de ningunear a Moreno: "Fue una medida aislada de un funcionario de segundo escalón".
El subsecretario de Integración Económica Americana y Mercosur, Eduardo Sigal, dijo en Estados Unidos a la CNN que "no hay ni va a haber prohibiciones" para el ingreso de alimentos, y contó que hace unos días consultó a Moreno por este tema y éste le respondió que "no había ninguna medida tomada tampoco hacia la política interna".
La decisión de Moreno de revisar el otorgamiento de permisos sanitarios a todos los productos alimenticios que ingresan en el país quedó parcialmente plasmada en una carta que envió el 23 de abril al director del Instituto Nacional de Alimentos (INAL), pero no fue notificada formalmente como restricción ni a los importadores ni a los socios comerciales del país. Por eso, Brasil dice que sólo si se comprueban las trabas se aplicarán las correspondientes represalias.
Sin embargo, la noticia de que Moreno intervendría en la importación de alimentos ya provocó cancelaciones de algunos contratos que estaban previstos. "Aunque no existe una norma y menos, un detalle de productos afectados, hay importadores que están cancelando órdenes de compra de Brasil; por ejemplo, de choclo y tomate", señaló en declaraciones radiales el presidente de la Cámara de Comercio Argentino-Brasileña, Jorge Rodríguez Aparicio. Ricardo Martins, director ejecutivo de la Federación de Industrias de San Pablo (Fiesp), estimó que mayoristas y supermercadistas argentinos ya cancelaron el 70% de los pedidos para evitar enfrentarse a Moreno.
Empresarios argentinos confirmaron ayer que el mecanismo instrumentado por Moreno se sigue aplicando para algunos productos. La autorización del INAL, que antes se expedía en menos de 24 horas, ahora sólo es automática para los productos autorizados por Moreno. El resto debe pasar una revisión que puede tardar hasta ocho días, según relató un empresario.
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