Canalizaron reintegros por $716 millones, pero sus accionistas cobraban la AUH
Dos firmas investigadas por lavar supuestos sobornos de la obra pública tenían como socias a beneficiarias de la Anses
CÓRDOBA.- Halabo y Jotemi son las dos empresas que -según declaró ante la Justicia Federal de Córdoba el arrepentido Miguel Vera- se crearon para pesificar reintegros de la obra pública . Las firmas operaban con la financiera cordobesa CBI, cuyo primer juicio ya comenzó y se analizan, entre otros, delitos de asociación ilícita, lavado y evasión. A pesar de que por las firmas pasaron unos $716 millones, dos de sus socias son beneficiarias de planes sociales; los tenían de antes y nunca los perdieron.
Por Halabo y Jotemi, entre 2012 y 2014, pasaron cheques librados por grandes empresas como Electroingeniería, Iecsa, Carranza Rovella; de obras sociales como Osecac (de empleados de comercio), y de organismos públicos nacionales como la Jefatura de Gabinete, PAMI, Correo Argentino y Gendarmería
Jotemi -que, según Vera, se llama así por él y por los financistas Joaquín Juana y Teófilo Grant-. Se constituyó el 9 de abril de 2012 y tiene como socios a Carina Andrea Moreno, de 34 años, y a Romina Verónica Moreno, de 29. Ambas con domicilio en Córdoba. El objeto de la empresa es la "venta al por menor de diarios y revistas", y tuvo exención fiscal del IVA por los contactos de quienes la armaron.
Las hermanas Moreno -que son acusadas en el primer juicio en marcha, al igual que Vera- son beneficiarias de planes sociales. Los tenían cuando integraron la sociedad y los siguen cobrando hoy. Romina, quien se inscribió en la AFIP en enero de 2015, pero no tiene impuestos activos, recibe una Asignación Universal por Hijo y un Programa Hogar Garrafa desde 2010, según datos de la Anses .
En su historial laboral aparecen como empleadores una cadena de supermercados (entre septiembre de 2007 y agosto de 2010) y Jorge Castro (entre mayo de 2013 y junio de 2016). Castro es el "intermediario" entre los financistas y CBI que menciona el arrepentido Vera y que ahora también está en juicio. Pese a integrar la sociedad de Jotemi, no aparece inscripta en la AFIP como autónoma o monotributista. Desde noviembre de 2016 aparece en situación incobrable en el Banco Central, por una deuda de $600.
Carina Andrea se dio de alta en la AFIP en 2012 y declaró como actividad principal la de "servicios de asesoramiento, dirección y gestión empresarial". A la fecha no registra impuestos activos y percibe -desde 2011- una Asignación Universal por Hijo y un Plan Progresar.
Antes de Jotemi, trabajó para María Victoria Moncada en 2007; para la firma La Estación Buffet, entre septiembre de 2007 y febrero de 2010, y como su hermana, para Castro, entre septiembre de 2011 y julio de 2015. Cuenta con solo un cheque rechazado (de Jotemi) por $5000 en marzo de 2014.
Halabo fue formada en febrero de 2013 y fijó dos domicilios, uno en la ciudad de Buenos Aires y otro en el centro de Córdoba; está inscripta en la actividad de "servicios administrativos y de apoyo". En su acta constitutiva -publicada en el Boletín Oficial de Córdoba del 23 de abril de 2013- detalla que su objeto es "dedicarse por cuenta propia, de terceros o asociada a terceros" a la "explotación de canales de cobranza extrabancarios con cobertura nacional" y a la "cobranza de facturas de servicios públicos y tasas".
Sus socios son Olga Beatriz Divina, jubilada desde 2012, ahora de 72 años. En noviembre de 2013 se inscribió en la AFIP para prestar "servicios de asesoramiento, dirección y gestión empresarial". Tiene domicilio fiscal en Córdoba y cinco más alternativos (dos en esta ciudad y tres en Rosario).
Entre sus empleadores aparecen Los Gastronómicos SRL (entre 1994 y 1999); Moncada (entre 2005 y 2007); La Estación Buffet (entre 2007 y 2010), y Castro (entre agosto de 2011 y abril de 2015). Es decir, comparte los tres últimos trabajos con Moreno. El otro socio de Jotemi es Marcelo Páez, ahora de 33 años, que registra una docena de empleadores (en uno solo trabaja más de un año).
Un flujo millonario
En su declaración como arrepentido -ante el fiscal Enrique Senestrari y homologada por el juez Hugo Vaca Narvaja- Vera describió la ruta del dinero en Córdoba y mencionó que las cuentas de Halabo y Jotemi se abrieron en la sucursal plaza San Martín del Banco Nación después de una reunión en la que se llamó al gerente Miguel Postachini para apurar los trámites porque "necesitaban liquidez".
Según una auditoría del Banco Central, la cuenta de Jotemi fue abierta el 8 de agosto de 2012 y cerrada el 16 de julio de 2014 "por decisión del banco", y la de Halabo comenzó a operar el 9 de mayo de 2013 hasta el 26 de mayo de 2014. También le dio de baja la entidad.
En la cuenta de Jotemi, según el reporte, se registraron 7600 movimientos (1439 créditos y 6161 débitos) por $502 millones. El Central hace constar que, al inicio, los ingresos variaron entre los $2 millones y los $20 millones mensuales; "durante 2013 se incrementaron fuertemente y su variación fue entre los 20 y 63 millones. Sin embargo, a fines de 2013 y principio de 2014, bajaron abruptamente y la cifra total alcanzada en 2014 apenas superó los 10 millones durante el primer trimestre".
La cuenta de Halabo registra un total de 3160 movimientos; tuvo 569 créditos por $213,4 millones y 2591 débitos por igual cantidad. El 99,98% de los ingresos corresponden a depósitos de cheques de terceros ($213,4 millones).
La hipótesis es que estas cuentas operaban con la financiera CBI para mezclar sus cheques con otros provenientes de distintas fuentes de manera tal que se "disimulara" el origen. Para el fiscal Senestrari, el hecho de que haya empresas y organismos públicos que hayan depositado sus cheques allí "no implica que hayan lavado dinero".
Con la colaboración de LN DATA
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