Elecciones | La definición. Carrió reconoció la derrota sólo a la 1.35
La candidata de la Coalición Cívica afirmó que la tendencia era "irreversible", pero destacó el desempeño de su partido
"Sea cual sea el resultado, ya ganamos", dijo una Elisa Carrió sonriente en un mediodía soleado, cuando todo parecía posible.
Horas más tarde, las sensaciones para la candidata presidencial de la Coalición Cívica eran bien diferentes. La certeza de la excelente performance en la Capital, Rosario y grandes ciudades como Mar del Plata se combinaba con la amargura por haber quedado muy lejos del ballottage, por las denuncias de fraude en la provincia de Buenos Aires y por las demoras en los recuentos oficiales.
De todos modos, Carrió salió a la 1.35, feliz y con lágrimas en los ojos, a reconocer su derrota. "Somos las segunda fuerza política del país y hemos logrado un triunfo enorme", dijo la candidata de la coalición junto a sus principales candidatos, luego de horas de incertidumbre y espera.
Una hora antes, había sido terminante. "El Correo y algunas autoridades han cargado sólo el 12 por ciento del país, segmentando el país. Ningún país civilizado del mundo puede, sin tener escrutado al menos el 60 por ciento de los votos, proclamar un triunfo", dijo una Carrió con el rostro muy serio, a las 23.58, luego de varias horas de reclusión y silencio en el primer piso del Palais Rouge, el búnker de la Coalición Cívica.
Junto al senador socialista y compañero de fórmula, Rubén Giustiniani, Carrió apuntó entonces con dureza contra el presidente Néstor Kirchner, a quien acusó por las demoras.
"Lamento que nuestra Nación no tenga las instituciones que nos den tranquilidad y certeza. Acá nos quedaremos hasta que haya una tendencia clara", se crispó la candidata, y agregó: "Hemos sabido tener nobleza en muchas derrotas. La Coalición Cívica va a esperar todo el tiempo que sea necesario a efectos de que la voluntad popular y lo que el pueblo votó sea claro y transparente".
Carrió afirmó que sólo reconocería la derrota y la imposibilidad de competir en el ballottage contra Cristina Kirchner cuando estuviera cargado el 60 por ciento de las mesas. "Algo muy extraño y muy poco transparente puede hacer a alguien declarar victorias anticipadas", dijo una Carrió visiblemente enojada, fuera de los límites de moderación que de manera estricta había cuidado durante la campaña electoral. Después, todo cambiaría.
Segunda fuerza
Más allá de las quejas, Carrió destacó en su discurso las buenas nuevas que le dejó su segundo intento frustrado por alcanzar la presidencia. "La coalición se ha constituido claramente en la segunda fuerza nacional. Estamos ganando ampliamente los centros urbanos del país y haciendo una extraordinaria elección en la provincia de Buenos Aires", dijo, al reafirmar lo que sus colaboradores habían venido sosteniendo durante una larga jornada en la que se mezclaron el triunfalismo y la depresión del final.
Todo había comenzado con sonrisas para la candidata oficialista. Acompañada por sus dos hijos más pequeños, Victoria y Nacho, Carrió llegó bien temprano desde una quinta bonaerense donde estaba pasando el fin de semana, comió pan casero y torta de frutillas. Luego de rezar en la iglesia de Callao al 400, fue a votar.
No sabía lo que la esperaba. Entre apretujones, golpes, insultos, camarógrafos que subían a los capots de los autos para tomar instantáneas, y hasta un policía desmayado luego de chocar contra una cámara, Carrió hizo lo posible por mostrar su tranquilidad y confianza.
"Cualquier resultado será una victoria. Estamos testimoniando por una Argentina mejor", dijo la candidata, que debió recurrir a dos policías y varios gendarmes para entrar y salir de la Universidad del Salvador, donde emitió su voto. "No encontraba mi boleta, por eso tardé", le dijo a LA NACION con una sonrisa.
Un rato después, ya en un bar y con menos cámaras, sus colaboradores se mecían entre el optimismo y las primeras denuncias de falta de boletas. "Hay una avalancha de votos en la Capital", se emocionaba el peronista Gerardo Conte Grand ante LA NACION. En otra mesa, Patricia Bullrich, el vocero de Carrió, Matías Méndez, y el diputado Fernando Sánchez se tomaban la cabeza intentando calmar a militantes bonaerenses que los llamaban para denunciar fraude.
La tarde pasó, larga y tediosa. Al final, Carrió terminó la jornada "como quería. Como una ciudadana libre al servicio de la Nación". Prometió ayudar a la Coalición Cívica a ganar en 2011.
Dónde le fue mejor
Capital Federal
Escrutado el 75% de los votos, se imponía con el 35,53% frente a Cristina Kirchner, con el 26%.
Santa Fe
Obtenía el 32,78%, apenas tres puntos por debajo de la senadora Kirchner.
Buenos Aires
Con el 25,59% de los votos se aseguraba el segundo puesto detrás del oficialismo.
Dónde le fue peor
Misiones
Escrutado el 72% de los votos, obtenía el 3,5 por ciento.
La Rioja
Obtuvo el cuarto lugar con el 6%, detrás de Roberto Lavagna y Alberto Rodríguez Saá.
lanacionar