Caso Beroiz: se levanta el secreto de sumario

Ayer declaró un dirigente camionero

16 de Abril de 2008

ROSARIO.- El levantamiento del secreto de sumario en la causa que se sigue por el asesinato del tesorero de la Federación Nacional de Camioneros, Abel Beroiz, previsto para hoy podría echar luz sobre la investigación del crimen que enlutó al gremio del líder de la Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano.

Beroiz, mano derecha del líder del gremio de camioneros, fue atacado a balazos y puñaladas el pasado 27 de noviembre en el subsuelo de la cochera del Automóvil Club Argentino (ACA) en el microcentro rosarino. Un día después, el sindicalista murió.

La detención de Raúl Flores, quien confesó haber pactado matar al sindicalista por 90.000 pesos, inició el camino para el esclarecimiento del caso. A partir de su declaración se llegó a Juancito, el menor de 15 años que habría apuñalado a Beroiz. El joven fue entregado anteayer en guarda a una familia por el juez de menores José Carmona.

También se detuvo a Luis Jerez, un gestor a quien Flores señaló como uno de los instigadores del asesinato; a Hugo Ramón Bustos, tío del autor confeso del crimen, quien habría participado de la planificación del homicidio, y a Juan Carlos Dell Aciprete, un dirigente camionero separado de la delegación sindical de Casilda por Beroiz.

El juez Osvaldo Barbero, a cargo de la causa, siempre orientó su investigación a la pista sindical. Sus sospechas, según trascendió, apuntan a un grupo de dirigentes que, con el impulso del sindicalista Abel Luna, estaban formando una lista opositora a la conducción gremial santafecina.

Ayer, por primera vez desde que se inició la investigación, se citó a declarar a integrantes del gremio. Se trata de Daniel Useglio, secretario gremial de Sindicato de Trabajadores Camioneros de Santa Fe, que estuvo con Beroiz la noche anterior al ataque que sufrió, y a Héctor Carmero, titular de la delegación gremial San Lorenzo.

También prestó declaración Antonio Tolosa, titular de la filial del sindicato en Rafaela, la sede donde se hizo la reunión durante la que se tomó la foto de Beroiz que los atacantes dejaron olvidada, en el interior de una agenda, en la escena del crimen.

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