Multitudinario encuentro. Cayó el último telón de la Marcha de la Resistencia
Las Madres de Plaza de Mayo cumplieron 1500 rondas
A las cinco y media en punto todo se detuvo. Los miles de manifestantes pararon para escuchar a Víctor Heredia, que recordaba a su hermana desaparecida y entonaba "Todavía cantamos", cuando alguien desde algún lado gritó: "¡Vamos, que no se detenga esta ronda, que es la última!". Todos volvieron a caminar. Fue el principio del fin de la vigésimo quinta y última Marcha de la Resistencia. Fue el jueves 1500 de las Madres en la Plaza de Mayo.
Todo comenzó el miércoles a la tardecita. Hebe de Bonafini había anunciado el final de las Marchas de la Resistencia por su afinidad con el presidente Néstor Kirchner, y los movimientos sociales oficialistas llenaron tres cuartas partes de la plaza. Barrios de Pie, el MTD-Evita y Martín Fierro, entre otros.
La noche fue apacible "como pocas", contó a LA NACION Soledad Pereda de Berdini, una madre que llegó desde Mar del Plata. Ellas y algunos jóvenes permanecieron allí hasta el amanecer, se asearon y volvieron.
Desde las 15, miles de manifestantes se sumaron. Bajaron de una veintena de micros escolares provenientes del Gran Buenos Aires.
La caminata alrededor de la Pirámide de Mayo se hizo un hormiguero embanderado. La cola de la columna tocaba el comienzo, y las madres se turnaban para dar las vueltas. Un médico de pelo largo y lacio y delantal desabrochado cuidaba que todas estuviesen correctamente hidratadas. Atendió a una que, con 93 años y en silla de ruedas, insistió en enfrentar los rayos del sol.
Casi sobre el final, la murga uruguaya Falta y Resto dio la sorpresa anunciada durante el evento. Subieron con sus trajes rojos, negros y blancos y las caras pintadas y se ganaron los aplausos de la multitud. Su líder, Raúl Castro, fue el ocasional encargado de anunciar, a las 18, que se habían cumplido las 24 horas de marcha. Después, los músicos llenaron de rosas rojas las manos de las madres, que los observaban desde unas sillas ubicadas frente al escenario.
Bonafini subió a cerrar el acto. Con su último aliento defendió al Gobierno: "Estamos en un momento histórico, con este Presidente y en toda Latinoamérica; no lo desaprovechemos", recomendó. Entre aplausos y el canto popular "Madres de la plaza, el pueblo las abraza", reclamó: "Distribución del ingreso ya. No está el Fondo para decirnos qué hacer. Pongamos la plata en darles de comer a los niños".
La multitud caminó hacia la Casa de las Madres por la Avenida de Mayo. En la mitad del tramo, ellas se subieron a varios taxis y fueron despedidas entre aplausos. La única que prefirió continuar a pie fue Celia de Korsunsky, con la cara roja por el sol y de felicidad.