En un discurso encendido, Cristina respaldó a Recalde y embistió contra los gremios en conflicto
"A Recalde no lo puso el Espíritu Santo, lo puso esta Presidenta", enfatizó; le atribuyó "boicots encubiertos" a los sindicalistas aeronáuticos; "Muchas veces no me da el cuerpo, pero tengo que poner la mejor sonrisa", manifestó conmocionada
Con durísimas críticas hacia algunos gremialistas aeronáuticos, la presidenta Cristina Kirchner remarcó que es ella quien decide actualmente sobre la gestión de Aerolíneas Argentinas y ratificó el rumbo llevado en la empresa. "A Mariano Recalde no lo puso el Espíritu Santo, lo puso esta Presidenta", enfatizó.
En un discurso enérgico, en el que le pidió a los sindicalistas de la aerolínea de bandera que "demuestren que Aerolíneas Argentinas somos todos", la Presidenta enfatizó sus esfuerzos personales, y embistió a los sindicalistas con los que el Gobierno mantiene la tensión hace varios días.
Al inaugurar esta tarde un nuevo hangar en el aeroparque Jorge Newbery, la Presidenta resaltó la gestión de Aerolíneas Argentinas que lleva el Gobierno desde 2008. "Quiero recordarle a todos los argentinos que esta Presidenta se hizo cargo de la empresa quebrada vaciada y sin aviones", dijo en alusión hacia la antigua gestión de Marsans.
"Quiero recordarles a todos los argentinos que esta Presidenta se hizo cargo de la empresa quebrada vaciada y sin aviones"
"Debo felicitar a la conducción de Aerolíneas a partir de la conectividad lograda entre nuestros compatriotas. La aerolínea sigue siendo deficitaria, como la mayoría del mundo, pero se redujo notablemente ese déficit en un 48 por ciento. También se incorporaron vuelos federales para conectar al turismo", manifestó.
"Que no se confunda a nadie, la que decide es esta Presidenta por mandato popular", insistió al respaldar a la conducción de Recalde al frente de la aerolínea.
"Boicots encubiertos"
En tanto, Cristina le atribuyó "boicots encubiertos" a algunos gremios aeronáuticos. Al hacerlo comparó la situación de los conflictos en Aerolíneas con los ocurridos este año en el subte, cuando los trabajadores hicieron un paro asegurando que sufrían de tendinitis por la carga de la tarjeta SUBE.
"Muchas veces no me da el cuerpo, tengo que salir y poner la mejor sonrisa. Cuando veo que alguien aduce tendinitis, o cualquier cosa me siento casi una estúpida".
"Hacen lo que yo denomino boicots encubiertos, son vuelos que no salen, vuelos que se cancelan. Eso viene de la época de Marsans. Ahora, ¿Hacerlo hoy al igual que en esa época donde se vaciaba la empresa?", se indignó.
"Los que programan los vuelos son los que nos boicotearon", dijo y subrayó que "existe un ejercicio de cinismo". En tanto aseguró que "el último conflicto generó pérdidas por 20 millones de dólares".
Fue entonces cuando ironizó con una anécdota. "¿Se acuerdan cuando pasó lo del subte con la tendinitis? En Aerolíneas en el año 2008 se ve que hubo un problema de colitis, donde se vararon los vuelos en varios puntos, y los médicos no podían constatar esa simultaneidad del estado de salud de los trabajadores", relató.
"Casi una estúpida"
La Presidenta emitió su discurso con un tono que fue increscendo hasta que finalmente lanzó: "Cuando escucho que no pueden hacerse cargo del subte por esto o por lo otro, les digo: A mí se me murió mi compañero, quedé con mis hijos hechos pelota y tuve que salir a hacerme cargo del país".
Y agregó: "Muchas veces no me da el cuerpo, tengo que salir y poner la mejor sonrisa. Cuando veo que alguien aduce tendinitis, o cualquier cosa me siento casi una estúpida".
Por último, se dirigió directamente a los sindicalistas con los que el Gobierno mantiene la tensión hace varios días: "A todos ustedes les quiero pedir que trabajen. Para que todo lo que me dijeron el 21 de julio de 2008 en la Casa Rosada se cumpla. Demuestren que Aerolíneas Argentinas somos todos".
Por su parte, el titular de la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico (APTA), Ricardo Cirielli, en declaraciones a Canal 26, negó cualquier tipo de boicot contra Aerolíneas Argentinas al mismo tiempo que reafirmó las denuncias realizadas en otras ocasiones contra los gerentes de la compañía aérea de bandera. "El problema es que no hay gestión, no hay plan de negocios. Cuando la cabeza de la compañía no conduce bien, empieza a haber desmanejos", afirmó Cirielli, quien consideró que no se escuchan las sugerencias que se hacen desde su sindicato, APTA. Cirielli agregó que "queremos que Aerolíneas Argentinas siga en manos del Estado, pero que sea eficiente. No la boicoteamos. Nuestra lucha es para que haya inversiones y la empresa crezca. Ellos son soberbios y no nos escuchan".