Cómo el sindicato de los camioneros se convirtió en una herramienta de poder
Recibe $ 200 millones anuales en subsidios; controla el transporte de carga y peajes
Hubo un tiempo, allá por la década del setenta, en el que al sindicato de Camioneros de la Argentina lo conducía un dialoguista moderado.
Desde muchos puntos de vista, el sindicato de Camioneros no es ni por casualidad el de los tiempos en que era manejado por el ya fallecido Ricardo Pérez. Su sucesor, Hugo Moyano, hizo crecer a ese gremio hasta convertirlo en una eficaz herramienta de poder y receptor voraz de millones de pesos en subsidios y otros ingresos. En la era kirchnerista, el gremio de Moyano, un aliado clave del Gobierno, ha recibido aportes estatales por unos $ 200 millones anuales en promedio.
¿Cómo fue posible que una organización que dos décadas atrás contaba con escasa influencia en la vida nacional y nulo poder de fuego haya sido la base desde la que el hoy todopoderoso secretario general de la CGT se haya convertido en quien es?
Opositores a Moyano, como la ex ministro de Trabajo de la Alianza, Patricia Bullrich, atribuyen el exponencial crecimiento al "estilo extorsionador" de su líder hacia fuera, con centenares de paros, protestas y manifestaciones en su extenso historial.
También recuerdan la impensada ayuda del menemismo con las privatizaciones y el fin de la red de ferrocarriles estatales del primer peronismo. "También ejerció su método extorsivo hacia dentro: camionero que no para, se queda sin camión", fustigó la diputada.
Para los defensores del líder sindical, su agresiva y exitosa estrategia de negociación fue en realidad la base desde la que construyó un imperio diversificado, que controla con la ayuda de familiares y dirigentes de confianza.
Poder real
"Hay un factor de cambio tecnológico; también influyó la recuperación de la economía en los últimos años. Pero, por sobre todo, Camioneros creció por el componente inédito de dureza del liderazgo de Moyano, que se opuso a Menem cuando nadie se le oponía, en su momento de auge", describió el sociólogo Julio Godio, director del Instituto del Mundo del Trabajo.
A través de Camioneros, Moyano controla una asombrosa cantidad de variables que lo hacen temible: transportes de alimentos para los mercados interno y externo; recolección de basura en las grandes ciudades; peajes; transportes de caudales para bancos y cajeros automáticos. Sólo con frenar una de estas actividades, el hincha fanático de Independiente puede convertir la vida de los argentinos en un verdadero infierno. Ejemplos sobran.
Los gobiernos, claro está, lo saben muy bien. Y no se fijan en los 75.000 afiliados que tiene el gremio, escasos en comparación con los empleados de comercio, estatales o los docentes.
Cercano al ministro de Planificación, Julio de Vido, y con fieles referentes como el diputado Héctor Recalde, Moyano ha recibido millonarios subsidios del Estado, a los que se les deben sumar. A esos deberá sumarse la participación en la sociedad que controla el ferrocarril Belgrano Cargas, con aportes mensuales de más de $ 20 millones.
"Recibe subsidios diferentes, pero todos orientados a que funcione bien el sistema de transporte, y muchos de ellos van también a los empresarios del sector. Naturalmente, este tipo de aportes también fortalece al sindicato", justifica Godio. "Tiene ese poder por sus vínculos con el poder económico. La estrategia del Gobierno es negociar con él para asegurarse la gobernabilidad, en vez de democratizar los sindicatos", respondió el diputado y economista de la CTA, Claudio Lozano.
Su hijo y sucesor, Pablo Moyano, secretario adjunto del gremio, encabezó muchas de las iniciativas que lo alejaron de la clase media, como los paros de recolectores de basura o bloqueos a supermercados y a distribuidoras de gaseosas. "El sindicato hasta maneja el sistema de profesionalización de los transportistas. Hace el curso y le da la licencia al chofer que quiere", se queja Lozano.
Las cronologías dicen que Moyano nació un 9 de enero. Sin embargo, su día más feliz, el que de verdad lo simboliza, es el 15 de diciembre: el día del Camionero.
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