Cómo será el gabinete de Menem
Bauzá vuelve a la Casa Rosada; habrá cambios profundos en el elenco ministerial para el verano
El senador Eduardo Bauzá tiene previsto regresar a la Casa Rosada, probablemente en enero próximo, pero como supersecretario general de la Presidencia. Es decir, en reemplazo de Alberto Kohan.
En el Gobierno aseguran que el presidente Carlos Menem tiene en mente realizar profundos cambios en el gabinete para el período estival, para "generar expectativas" que favorezcan al oficialismo en las elecciones legislativas de 1997.
Bauzá espera el resultado de exámanes médicos que se hará en la primera quincena del mes próximo, para tener la certeza de que su hígado enfermo le permitirá afrontar el objetivo que se impuso el jefe del Estado.
Sobre esta estrategia se descarta que ambos ya estuvieron hablando durante no pocas charlas que tuvieron en las últimas semanas.
Esta operación-cambio de gabinete, que los hombres cercanos a Menem la presentan como la salida para el triunfo de la política, contrarresta la de algunos sectores del establishment, como el Consejo Empresario Argentino y la Unión Industrial, que recientemente sugirieron nombres afines para una renovación ministerial, como anticipó La Nación hace ocho días.
Quién se va y quién queda
En este esquema, el Gobierno no se oxigena sólo con Bauzá. Unicamente quedarían en sus sillones Susana Decibe (Educación) y Roque Fernández (Economía), que deberá aceptar el desdoblamiento en Hacienda, al mando de él mismo, y en de Producción, conducido por alguien del perfil de Jorge Domínguez o de Antonio Cafiero. El ministro de Defensa, bauzista puro, suena inclusive para la Jefatura de Gabinete, por lo que no se iría del gabinete. La mejor protección contra el desgaste de los ministros Carlos Corach (Interior) y Elías Jassán (Justicia), sostuvo una fuente de la planta baja de la Casa Rosada, es el retiro, pero no a su casa.
Para Interior se busca a un "exitoso" gobernador, como el pampeano Rubén Marín, el entrerriano Jorge Busti Busti o el ex mandatario formoseño Vicente Joga. El reemplazo en Justicia, en cambio, es un dilema, más allá de la propuesta empresaria de llevar a esa cartera a hombres como Pedro Eugenio Aramburu, o a León Arslanian para suceder a Angel Agüero Iturbe en la Procuraduría General, donde tiene los días contados.
En Trabajo, nadie mejor que un abogado laboralista afín con la CGT, como el hoy titular de la SIDE, Hugo Anzorreguy. O, por qué no, el sindicalista y diputado nacional José Luis Castillo.
Carlos Reutemann estaría incluido en el proyecto de estrategia política que tiene en mente Bauzá para regresar al gabinete. El supersenador lo colocó hace tres días en la grilla de presidenciables.
También se cree que es el tiempo de Ramón "Palito" Ortega en Acción Social. Bauzá, es cierto, frenó su llegada al gabinete en el pasado. Cambió el viento; resulta preferible tenerlo adentro que afuera y despotricando. ¿Aceptaría? Hay no pocas dudas, ya que para el ex mandatario tucumano significaría un recorte de alas en el vuelo hacia la candidatura de 1999. El cardiocirujano René Favaloro sería el hombre perfecto para Salud. ¿Y Víctor Alderete, titular de la obra social bancaria? Está ahí; Menem siempre lo tuvo en la mira para esa cartera. Un nombre rutilante propodría el ex jefe de Gabinete para Defensa: el titular del Ejército, teniente general Martín Balza.
Con la aclaración de que sólo volvería a la Casa Rosada si Menem se lo pide expresamente, cerca de Bauzá afirman que su eventual retorno no será en soledad, porque sino, preferiría no aceptarlo.
Una corta aventura duhaldista
Como lo hizo en todas las horas difíciles, Bauzá se coloca definitivamente al servicio de su único mandante real, el Presidente; se entienden sólo con la mirada. Paulatinamente, abandona su apoyo verbal al sueño presidencial del gobernador Eduardo Duhalde.
En realidad, la corta aventura duhaldista de Bauzá (más allá de su buena relación personal con el bonaerense) obedecía a una necesidad coyuntural de equilibrar el poder con el otro yo del doctor Menem, el re-reeleccionista Kohan.
El ex hombre fuerte de la Casa de Gobierno parece ser un soldado del Presidente. Su candidato para 1999 será Menem, si existe la viabilidad política para el tercer mandato, o aquel hombre al que el "Jefe" bendiga. Pese a todas las desmentidas de sus voceros.
En Balcarce 50, quienes frecuentan a Bauzá aseguran que en su cabeza, políticamente lúcida, flota la idea de que se impone un cambio general de gabinete, en sintonía con lo que piensa el Presidente y no pocos hombres próximos a él.
Las oficinas bauzistas, de avenida Rivadavia al 1800, se convirtieron en el epicentro de no pocas decisiones centrales del Gobierno, como el fresco proyecto de militarizar los puestos fronterizos de la Aduana que, como lo anticipó La Nación la semana última, fue confirmado ayer por el ministro del Interior, Carlos Corach, en Chile.
Ello se conversó en una reunión con Corach, Jorge Domínguez (Defensa), el jefe de la Aduana, Carlos Silvani, y el de la Gendarmería, Timmar Musumesi.
El panperonismo
A la hora de pensar en cambios en el gabinete, Bauzá, quien hoy transita por una notable mejoría en su salud, especula con que no son demasiados los peronistas de prestigio y hay que aprovecharlos.
En la tesitura de que la clave es "generar expectativas", el jefe del bloque de diputados justicialistas, Jorge Matzkin, le transmitió que, con un escenario semejante, el bloque oficialista volverá a encolumnarse con Menem. Se revertiría la relación deteriorada y poco cordial.
Con esta movida, Bauzá tiene una idea en el entrecejo: el famoso panperonismo se construye por debajo de lo más alto del PJ, Carlos Menem, y no desde la base de Duhalde.
Los recambios de marras sólo Menem los decidirá, a solas, aunque muchos son propuestos por Bauzá, por lo que se descuenta que los evalúa.
El período estival traería la oxigenación. Si regresa solo, Bauzá sabe que Menem es el gobierno y él nada más que una pieza; con un equipo, Bauzá sería el gobierno. El jefe del Estado, el soberano.
Pero muy cerca del Presidente también zumban otras voces, además de las empresarias. Es el caso de la del embajador en Washington, Raúl Granillo Ocampo, que esta vez no quiere quedarse fuera de los cambios que se vienen en vísperas de un año electoral. Y menos estando Bauzá de por medio, ya que fue el hoy senador el artífice de su emigración del gabinete.
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