Derechos Humanos / Fallo contra figuras clave del proceso. Condenan a Bignone a 25 años
Fue el último dictador; se lo responsabilizó por torturas y detenciones ilegales ocurridas en Campo de Mayo
El último presidente de facto de la Argentina, el teniente general retirado Reynaldo Benito Bignone, fue sentenciado ayer a cumplir 25 años de prisión en una cárcel común acusado de secuestros y torturas de presos políticos cometidos en Campo de Mayo durante la última dictadura. Fueron condenados a cumplir la misma pena el ex comandante de Institutos Militares Santiago Omar Riveros y Fernando Exequiel Verplaetsen, ex jefe de inteligencia de Campo de Mayo.
Asimismo, el tribunal fijó la pena de 20 años de prisión para Carlos Tepedino, ex jefe de inteligencia 601 del Estado Mayor General del Ejército; de 18 años para Jorge Osvaldo García, ex director de la Escuela de Infantería de Campo de Mayo, y de 17 años para Eugenio Guañabens Perelló, ex director de la escuela de Servicios de Apoyo de Combate General Lemos. Todos los condenados, mayores de 80 años, deberán cumplir la pena en una cárcel común.
Bignone, de 81 años, era subjefe de Campo de Mayo cuando ocurrieron los crímenes por los que fue condenado. El, Tepedino y Guañabens Perelló eran los únicos que cumplían hasta ahora arresto domiciliario. La Justicia absolvió a Germán Montenegro, que era comisario de Bella Vista en 1977.
El fallo fue dictado por el Tribunal Oral Federal N° 1 de San Martín, integrado por los jueces Marta Milloc, Héctor Sagretti y Daniel Alberto Cisneros, en medio de los cánticos de militantes de agrupaciones defensoras de los derechos humanos que coparon la cancha de fútbol 5 del gimnasio de la sociedad de fomento José Hernández, de Florida, en Vicente López, facilitado para la realización del juicio oral y público.
"¡Olé, olé, olé, olá/adonde vayan los iremos a buscar!", cantaban los militantes de organismos de derechos humanos que asistieron a la lectura del veredicto, con pancartas con las imágenes de las víctimas.
Los condenados no estaban presentes en el gimnasio cuando fueron leídas las penas, porque el tribunal les permitió estar en un cuarto contiguo. Los jueces rechazaron la pretensión que tenían de esperar las sentencias en sus lugares de detención.
Los imputados fueron sentenciados por realizar allanamientos ilegales, privaciones de la libertad e imponer tormentos en perjuicio de 56 víctimas, entre 1976 y 1978, en el Centro Clandestino de detención de Campo de Mayo. Antes de la lectura del veredicto, los acusados pronunciaron sus últimas palabras, oportunidad en la que reivindicaron su actuación durante la dictadura militar, lo que mereció el repudio de integrantes del público.
"Que fue una guerra nadie puede ponerlo en duda", dijo Bignone al inaugurar un discurso de 40 minutos. "Se machaca con la cifra de 30.000 desaparecidos y hasta una jueza de la Corte [por Carmen Argibay] figura en un listado; a esa cifra la dejaron asentada como verdad incontrastable y nunca se demostró más de 8000 y se barajan 500 robos de bebes, pero no llegan a los 30, y ninguno cometido por personal militar."
Y añadió: "Se nos tilda de represores y genocidas; en principio el término represión no es descalificante, la autoridad tiene el deber de reprimir los delitos de cualquier tipo, y lo de genocida no resiste el menor análisis porque lo ocurrido en nuestro país no se ajusta en lo más mínimo a la definición internacional del delito de genocidio, sólo voceros del odio pueden sostener esto".
Riveros y Bignone se responsabilizaron por las órdenes impartidas a sus subordinados y se consideraron "condenados de antemano".
"Se insiste por distintos medios en que se trataba de jóvenes idealistas, esto es una tergiversación de la realidad. Existían clandestinas organizaciones terroristas cuyos integrantes no eran ni demasiado jóvenes ni idealistas", dijo.
Bignone, que fue presidente entre el 2 de julio de 1982 y el 10 de diciembre de 1983, le entregó el mando a Raúl Alfonsín. Al retirarse firmó una autoamnistía que fue derogada. Luego fue juzgado, pero antes de la condena el proceso se interrumpió debido a las leyes de obediencia debida y punto final. Una vez declaradas inconstitucionales, se reiniciaron las causas que acabaron ayer con su primera condena. Bignone espera ahora otro juicio por el robo de bebes.
PRINCIPALES CONDENADOS
EX PRESIDENTE DE FACTO
Reynaldo Bignone
De 81 años, era subjefe de Campo de Mayo cuando ocurrieron los 11 allanamientos, 6 robos, 44 detenciones y 38 torturas por las que fue condenado a 25 años. Fue presidente desde 1982 hasta 1983, cuando entregó el poder a Raúl Alfonsín.
COMANDANTE DE INSTITUTOS MILITARES
Santiago Omar Riveros
De 83 años, fue sentenciado a cumplir 25 años de cárcel por 15 allanamientos ilegales, 7 robos, 61 detenciones ilegales y la comisión de 54 delitos de torturas. Seguirá detenido en el penal de Marcos Paz, donde cumplía su arresto.
INTELIGENCIA EN CAMPO DE MAYO
Fernando Verplaetsen
De 84 años, comandó la inteligencia de Campo de Mayo. Fue sentenciado a 25 años de prisión por haber cometido 30 detenciones ilegales agravadas y haber ejecutado tormentos reiterados en 25 oportunidades.
JEFE DE BATALLON 601 DE INTELIGENCIA
Carlos Tepedino
De 82 años, fue condenado a 20 años de prisión por 2 allanamientos ilegales, 11 privaciones ilegales de la libertad y la imposición de tormentos en 11 ocasiones. Cumplirá su condena en el penal de Marcos Paz.
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