El ajuste hizo caer la cantidad de viajes internacionales de diputados y senadores

Probablemente haya sido el ajuste más silencioso encarado por Cambiemos en 2018. O al menos así lo pareció puertas afuera del Congreso. Lo cierto es que la cantidad de días de viaje en el exterior de los diputados y senadores bajó casi un 40% entre 2017 y 2018: de 1471 jornadas en misiones oficiales en 2017 a 991 el año pasado. Los gastos en viáticos en dólares cayeron aún más: un 53% para los diputados y un 45% para los senadores.

En 2017, los diputados pasaron 830 días en el exterior, cifra que bajó a 523 el año pasado. Los viáticos que recibieron, por su parte, pasaron de US$179.973 hace dos años a US$85.601 en 2018. Los senadores redujeron de 641 a 468 las jornadas fuera del país. Sus gastos pagados por el Estado disminuyeron de 92.750 dólares y 48.350 euros, en 2017, a 49.350 dólares y 27.660 euros el año pasado.

Nada que festejar, de todos modos, si se tiene en cuenta la paupérrima producción legislativa de 2018, la peor desde el retorno de la democracia: apenas 36 leyes sancionadas, dato disimulado apenas por la intensidad de algunos debates, como el de la despenalización del aborto. Muy lejos, de todos modos, del promedio anual de 126 leyes aprobadas desde 1984 a esta parte. La tarea de los legisladores, al fin y al cabo, es legislar.

¿Por qué se redujeron la cantidad de días en el exterior de los legisladores y los viáticos que recibieron? La primera respuesta hay que buscarla en el decreto de Mauricio Macri N° 632/18, que apuntaba a la baja en el gasto público del Poder Ejecutivo, pero que tuvo sus ecos en el decreto 276/18 de la titular del Senado, Gabriela Michetti, y la resolución 828/18 del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.

Entre otras medidas, la orden firmada por Michetti estableció un máximo de tres días de viáticos por viajes al exterior y la reducción de los montos diarios de US$300 a US$210. El decreto, de todos modos, fue firmado en agosto, cuando el año ya estaba avanzado: antes de esa fecha, la reducción de gastos se logró, básicamente, aplicando con mayor celo los controles sobre viajes y viáticos, según reconocieron fuentes de la Cámara alta.

La resolución 828/2018 de Monzó estableció que cuando la Cámara se hace cargo de los gastos de pasaje se otorgue un máximo tres días de viáticos. En cambio, si el traslado aéreo se encuentra total o parcialmente cubierto por terceros, los viáticos pueden ampliarse hasta los cinco días.

Tanto en el Senado como en Diputados, las presidencias pueden autorizar excepciones y extender los viáticos. Es por eso que los legisladores con períodos de viaje más largos no necesariamente son los mismos que más viáticos recibieron.

"Lo que primó en Diputados fue el criterio de ser muy cuidadosos: que los viajes estuvieran bien fundamentados, que no se eligieran hoteles premium y que, al regresar, se justifique la rendición de viáticos", señalaron cerca de Monzó. Esa es una diferencia con el Senado: los diputados deben rendir sus viáticos con comprobantes. Otra es que los senadores pueden solicitar pasajes en Business para tramos de más de ocho horas. Los diputados deben viajar en clase turista, salvo que abonen la diferencia, indicaron en la Cámara baja.

Más allá de los controles "políticos" y reglamentarios que se instrumentaron en el Congreso, desde ambas cámaras reconocieron un detalle que podría haber contribuido a la reducción de gastos y viajes en 2018: el hecho de que la Argentina organizó la Cumbre del G-20 y, con ella, fue anfitriona de varios eventos legislativos que otros años suelen tener lugar fuera del país. Entre ellos, el Foro de Presidentes Parlamentarios (P20) y el Foro Parlamentario mundial.