Medidas contra la corrupción. Controlarán los libros contables de Siemens Argentina
Lo hará la Comisión de Valores de los EE.UU. luego del escándalo por el pago de coimas
Una misión ordenada por la Comisión de Valores estadounidense (SEC, por sus siglas en inglés) controla desde ayer la filial argentina del gigante alemán Siemens. Vendrá con un objetivo preciso: verificar si modificó sus prácticas y mejoró sus controles internos o si, por el contrario, volvió a dibujar sus libros contables como cuando escondió el pago de coimas por US$ 106 millones en la polémica licitación por los DNI.
El equipo incluirá a seis abogados que trabajan para un estudio jurídico norteamericano que secunda al supervisor alemán Theo Waigel -ex ministro de Finanzas del democristiano Helmut Köhl entre 1989 y 1998-. Juntos completarán el "monitoreo", según confirmaron a LA NACION desde la SEC, en Nueva York y en Siemens Argentina.
El despliegue silencioso de los abogados representará la tercera fase del proceso que acordó Siemens con la SEC cuando aceptó pagar multas por US$ 800 millones en Estados Unidos -en diciembre de 2008- y otros US$ 533 millones a la Unión Europea a cambio de evitar el colapso de sus operaciones.
Sin "admitir o negar" las conclusiones de la SEC, Siemens acordó entonces "cumplir con ciertas promesas en relación con su programa de FCPA", es decir, con la ley norteamericana que sanciona las prácticas corruptas cometidas en cualquier parte del mundo por empresas que cotizan en Estados Unidos. Esa cláusula incluyó "un monitoreo independiente por un período de cuatro años".
Sólo ocho meses después de firmar el acuerdo, Siemens Argentina recibió al primer grupo de auditores en agosto de 2009. Aquella vez incluyó a seis auditores. A ellos se sumaron, hace un par de semanas, otros seis expertos contables que revisaron los registros locales como "equipo soporte" de los abogados encargados del monitoreo.
Ahora llegó el turno de los abogados, que llegarán a la Argentina sin Waigel y con un límite preciso. A diferencia de los actos de corrupción que la multinacional alemana reconoció en Venezuela, México, China y Rusia, entre otros países, en la Argentina sólo admitió haber violado sus registros contables -"books and records"-, un matiz que ignoró la justicia local, que investiga el pago de coimas para obtener -y conservar- el contrato por más de US$ 1000 millones para confeccionar los documentos de identidad.
"No es una investigación en el sentido estricto, pero sí un monitoreo", dijeron a LA NACION desde la compañía al exponer detalles de la misión encargada por la SEC. "Es un proceso similar al que lleva adelante un «veedor» en una sociedad anónima. Vienen a tomarnos «la temperatura» y verificar cuál es nuestra cultura actual porque Siemens se comprometió a modificar drásticamente su comportamiento", detallaron.
Aquel "comportamiento", según reconoció la compañía, incluyó "miles de pagos" por más de US$ 1400 millones de "coimas a funcionarios públicos en retorno por negocios alrededor del mundo".
En el caso de la Argentina, y a pesar del matiz sobre los "registros contables", Siemens reconoció que pagó -o se comprometió a pagar- más de US$ 105 millones en sobornos durante los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa. Para eso, trianguló fondos a través de sociedades en Uruguay y otros paraísos fiscales y justificó la salida de fondos con facturas truchas de consultorías inexistentes.
El juez federal Ariel Lijo espera por estos días la traducción del alemán de cerca 400 documentos para revisar qué le envió la titular de la Fiscalía de Munich, Hildegard Bäumler-Hösl.
El paquete que llegó a Buenos Aires incluye papeles peculiares, según reconstruyó LA NACION. Entre otros, uno que incluye las iniciales de algunos supuestos receptores de aquellas coimas, con sus respectivos montos: "CM", con US$ 16 millones; "CC" y "HF", con US$ 9,75 millones cada uno, y "CS", con US$ 7,5 millones.
Los protagonistas de aquella supuesta negociación ilícita habrían incluido a su entonces CEO mundial Heinrich von Pierer y a su líder para América latina Uriel Shafer. Ambos ya fueron despedidos por la compañía. Pero a la lista se sumarían dos referentes locales. Su entonces máximo responsable en el país, Rodolfo Schirado, y el director Carlos Sergi, cuyo nombre también figura en el "informe Carrió" como protagonista de otros entuertos.
El juez Lijo no es el único que incomoda al gigante alemán. También los socios y profesionales de la consultora KPMG que hurgaron durante meses en los canales que se utilizaron para redirigir los pagos. A tal punto que, según reconstruyó LA NACION, los auditores se negaron a convalidar los balances contables locales de la compañía local hasta mediados de 2009.
Ahora, desde Siemens sostienen que los monitores, que ya pasaron por Brasil y Rusia, enfilarán luego hacia la India.
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