Convocan a empresarios al diálogo
Ante una gran concurrencia de ejecutivos, Cristina Kirchner los llamó a la unidad y agradeció las inversiones
Fue, más que nada, un gesto y una imagen. Cristina y Néstor Kirchner ante los empresarios más poderosos de la Argentina, que escuchaban en silencio el pedido presidencial a la unidad y al diálogo. En eso consistió la convocatoria de anoche a la quinta de Olivos, que se extendió hasta la medianoche y que contrastó con el tono áspero con que el matrimonio suele tratar a los hombres de negocios en los discursos.
"Parece que hicieron un curso para estar tranquilos -bromeó un empresario de un rubro de consumo masivo, mientras esperaba el plato principal-. Cristina parecía la Madre Teresa de Calcuta." Unas horas antes, en Vicente López, Néstor Kirchner había fustigado a Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín, que no fue invitado y se convirtió en una de las ausencias más comentadas (ver aparte).
La lista de comensales fue vastísima. Jorge Brito (Banco Macro), Luis Betnaza (Techint), Sebastián Eskenazi (YPF), Roberto Urquía (Aceitera Gral. Deheza), Eduardo Eurnekian (Aeropuertos), Aldo Roggio (grupo Roggio) y Luis Pagani (Arcor) se sentaron a la mesa con la Presidenta. A Néstor Kirchner lo acompañaron Carlos Bulgheroni (Pan American), Víktor Klima (Volkswagen), Sebastián Bagó (laboratorios), Javier Madanes Quintanilla (Aluar), Gabriel Romero (Emepa) y Hugo Sigman (laboratorios).
La Presidenta se preocupó por mostrar serenidad en un discurso de 20 minutos. Quiero contestarles a los que decían que los había convocado para dividirlos , empezó, e insistió en que quería verlos unidos. Hizo una recorrida por las inversiones anunciadas este año por cada empresa: Techint, Ledesma, Camargo Correa, YPF, Volkswagen. Les pidió a todos que, de ahora en adelante, se dijeran las cosas de frente, no a través de los medios. Y elogió un discurso pronunciado 12 horas antes por Eskenazi sobre el diálogo y la democracia.
La recepción había sido extensa, con champagne y canapés de salmón en el quincho, la antesala de lo que después fue una comida sin sobresaltos: carne con tortilla de papas a la suiza y vinos Catena Zapata. Entraron Eduardo Elsztain (IRSA), José Ignacio de Mendiguren (textiles), Ernesto Gutiérrez (Aeropuertos), Gustavo Grobocopatel (Los Grobo), Marcelo Mindlin (Pampa Energía), Alfredo Coto (supermercados), Eduardo Costantini (Consultatio), Horst Paulmann (Cencosud), Gerardo Werthein (grupo Werthein), Daniel Hadad, Pascual Mastellone (La Serenísima), José Luis Basso (válvulas), Carlos Riusech (frigorífico Gorina), José Luis Rodríguez Zarco (Telefónica) y el subdirector de LA NACION, Fernán Saguier.
Valor agregado
Néstor Kirchner estaba sin corbata. No habló, pero saludó a todos con manifiesta amabilidad. "Lo peor de la crisis ya pasó", los alentó la Presidenta. Les recordó que había estado en Marcos Paz, Córdoba, recorriendo Las Acacias, planta de huevo líquido pasteurizado y huevo en polvo deshidratado, y les reiteró el compromiso con aportar valor agregado. También, que el Gobierno había hecho un esfuerzo para que tuvieran infraestructura incluso en aquellos lugares en que no había empresas, para invitarlos a radicarse. Puso como ejemplo Santiago del Estero. La acompañaban el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y los ministros Julio De Vido (Planificación), Carlos Tomada (Trabajo), Amado Boudou (Economía), Débora Giorgi (Industria), Lino Barañao (Ciencia y Tecnología) y Julián Domínguez (Agricultura).
Sobre el final, los invitó a compartir un viaje a China el 26 de enero. Quiero ser la mejor vendedora de sus productos , se entusiasmó.