Viaje presidencial: contactos en la jura del nuevo presidente de Paraguay. Cristina Kirchner regresó con promesas de Chávez y Morales
La polémica venta de bonos y la provisión de gas boliviano entraron en la agenda
ASUNCION.- Llegó a esta ciudad condicionada por la agenda económica nacional. Y regresó 22 horas después a Buenos Aires con dos compromisos políticos en la cartera. En su paso por la jura de Fernando Lugo como presidente de Paraguay, Cristina Kirchner escuchó a su colega de Venezuela, Hugo Chávez, ratificar su voluntad de dar apoyo financiero a la Argentina después de las turbulencias de la semana pasada. Y el boliviano Evo Morales prometió poco después que procurará elevar los niveles de los envíos de gas al país.
Ambos compromisos fueron tomados ayer ante la Presidenta durante diálogos bilaterales informales en el Palacio de López. La información fue confirmada a LA NACION por fuentes diplomáticas de los tres gobiernos.
El encuentro cara a cara con Chávez tuvo un significado especial, por cuanto la semana pasada los mercados habían reaccionado con preocupación ante la decisión de los bancos venezolanos de deshacerse de bonos argentinos por 1000 millones de dólares, apenas días después de que el presidente bolivariano los hubiera comprado. Chávez, al ver el impacto negativo de esa decisión (que hizo caer dramáticamente el valor de los títulos), reclamó a los bancos que recuperaran esos papeles.
"El presidente renovó el compromiso de seguir apoyando la política económica y financiera de la Argentina", dijo a LA NACION un ministro chavista al término del cónclave. Del encuentro participaron los cancilleres Jorge Taiana y Nicolás Maduro.
El funcionario no quiso precisar si se iba a realizar una nueva compra de bonos en el corto plazo. Ante la consulta específica, sólo dijo que la decisión de Venezuela es la de acompañar las medidas que adopte el gobierno kirchnerista. Fuentes de la diplomacia argentina minimizaron el alcance de la reunión, a la que calificaron como apenas "un café de espera" para el besamanos (el protocolo de saludos de las comitivas extranjeras a un mandatario electo). "Se habló de todo un poco", resumió una fuente.
Otro de los temas de diálogo fue la situación abierta en Bolivia tras el referéndum del domingo. De acuerdo con las fuentes, Cristina Kirchner y Chávez analizaron estrategias sobre cómo apuntalar a Morales en el proceso de fortalecimiento de su administración tras el resultado positivo que obtuvo en las urnas.
La Argentina y Venezuela han sido los países de la región más comprometidos con la gestión de Morales. Y el mandatario boliviano está dispuesto a expresar su gratitud por estos gestos. En ese escenario se inscribe la promesa de envío de mayores volúmenes de gas que el mandatario boliviano le hizo a la presidenta Kirchner.
"Bolivia cumplirá su compromiso de aumentar la provisión de gas a la Argentina y sólo falta avanzar los acuerdos bilaterales que están a cargo de los cancilleres", dijo Morales en una conferencia de prensa.
Bolivia ha tenido dificultades para abastecer de gas a la Argentina, particularmente durante el invierno, debido a la falta de inversiones en nuevos campos de gas y petróleo. La producción de gas boliviano ronda los 41 millones de metros cúbicos diarios, de los cuales 30 millones son exportados a Brasil, cuyo contrato incluye sanciones para el proveedor en caso de incumplimiento. Pese a que Morales se había comprometido a exportar 7,7 millones a la Argentina las ventas diarias han bajado a 2 millones.
Tras las reuniones, llegó el turno de saludar a Lugo. La Presidenta y el mandatario paraguayo compartieron un saludo cordial. No hubo allí oportunidad de hablar del tema más ríspido de la relación bilateral: la decisión de Lugo de aumentar las tarifas que paga la Argentina por la energía producida en Yacyretá.
Sin embargo, horas antes, en su primer discurso público como jefe de Estado, el ex obispo anticipó que instrumentará cambios en sus acuerdos energéticos con la Argentina y con Brasil. "Tenemos la necesidad de un mayor impacto socioeconómico de los emprendimientos energéticos compartidos en la actualidad con la Argentina y Brasil", dijo. La presidenta Kirchner, agobiada por el sofocante calor, se abanicaba en el escenario, atenta a aquellas palabras.
"Creo que se ha producido un fenómeno impresionante. Es una etapa fundacional que se inicia. Me gustó mucho el discurso del presidente", se limitó a decir la jefa del Estado, mientras se abría paso en una ceremonia con más protocolo del que está acostumbrada a tolerar.
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