La crisis económica / El viaje de la presidenta. Cristina obtuvo respaldos del gremialismo internacional
Se reunió en Nueva York con centrales sindicales de EE.UU. y otros países; coincidieron en las críticas a los holdouts
NUEVA YORK.- La batalla "antibuitre" del Gobierno tiene, desde ayer, un nuevo socio.
Centrales sindicales internacionales prometieron a la Presidenta "hacer todo lo posible" para impedir que el dinero de empresas y de este país y de grandes fondos de retiro termine en entidades que consideraron "un virus depredador de la democracia y del desarrollo de los pueblos".
"Tenemos que frenarlos de alguna manera, y quitarles oxígeno financiero sería una de ellas", dijo Sharan Burrow, de la Confederación Sindical Internacional (CSI).
"Hay mucha gente que no sabe lo que son esos fondos y les dan su dinero porque prometen rendimiento. Pero tenemos que alentar a que lo quiten de allí. Es hora de pasar a la acción", abundó Kaitlin Faingold, de la poderosa central AFL-CIO.
Pese a que nadie podía ayer responder cómo operará ese compromiso en el terreno de los hechos concretos -"es un apoyo político muy importante", sintetizó el ministro de Trabajo, Carlos Tomada -, para la Presidenta, que ayer abrió su agenda oficial en esta ciudad, fue una buena forma de calentar motores para el discurso que dará mañana ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Como si anticipara párrafos de lo que será esa intervención, Cristina Kirchner arrojó munición pesada contra el gobierno de los Estados Unidos por su política "proteccionista" y contra el juez Thomas Griesa, porque aplica "fallos que ni él mismo puede cumplir".
En este sentido, la Presidenta contraatacó: "Lo que está pasando en ese juzgado [por Griesa] es alarmante. Pero no sólo para la Argentina, sino para cualquier otro país", dijo. Idea que quiso graficar luego con un juego de palabras tomado de la taquillera ópera rock Evita. "Esto no es don't cry for me Argentina, sino don't cry for me the world", dijo.
Todo, con un sabor a conspiración. "No es para nada casual que esto ocurra ahora. Lo que quieren es poner de rodillas a un modelo exitoso", dijo la jefa del Estado, alentada por el aplauso de los líderes sindicales y de una veintena de miembros de su delegación, apiñados alrededor de una mesa en la sede del consulado en esta ciudad.
La "nueva Arabia"
Cristina ató esa conspiración con el expolio de los recursos naturales. "Hablan de nosotros, de la Argentina, como si fuéramos la nueva Arabia Saudita del mundo por las reservas" energéticas, dijo. Dato que, confesó, llegó a sus oídos "por un ex funcionario norteamericano" que se lo dijo a "un integrante del Gobierno".
No quedó claro a quién se refería cuando habló de un ex funcionario del gobierno de Estados Unidos. Pero pareció una nueva alusión a su denuncia sobre la supuesta "maniobra desestabilizadora" en la que involucró a la firma de lobby que posee la ex secretaria de Estado Madeleine Albright, contratada por el fondo NML, de Paul Singer, para buscar un acuerdo de pago en nuestro país.
El encuentro con referentes sindicales que, en conjunto, declaran representar a más de 200 millones de trabajadores de todo el mundo fue uno de los platos fuertes del primer día de actividad que tuvo Cristina Kirchner en esta ciudad.
Con la pelea contra los fondos buitre en la mira, la agenda presidencial arrancó a primeras horas de la tarde en Nueva York. El primer paso de la agenda fue una breve audiencia con el titular de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon.
La Presidenta llegó a las 14 y permaneció unos quince minutos en el despacho del titular de la ONU. Fue un encuentro a puertas cerradas. De acuerdo con la versión que por norma protocolar emiten las Naciones Unidas después de cada encuentro de su titular, el diplomático sostuvo ante la presidenta argentina que la "cuestión de la deuda externa argentina y sus implicancias" era un tema "importante" sobre el que los países miembros de la organización "deben discutir más".
Luego, el canciller Héctor Timerman abundó en detalles de esa reunión reservada. Aseguró que Ban "registró" el voto favorable para generar un nuevo marco de renegociación de deuda y que, por esa razón, se "comprometió" a lograr "asesoría técnica" para iniciar su redacción "antes de septiembre del año próximo".
Sucede que hace 10 días la Argentina obtuvo el apoyo de 123 países contra 41 abstenciones y 11 votos en contra en la Asamblea General de la ONU ante una propuesta para establecer desde las Naciones Unidas un nuevo marco regulatorio a las renegociaciones de deudas soberanas. Éste será uno de los ejes centrales del discurso de la Presidenta en la ONU.
La fugaz cita con Ban y el encuentro, luego, con los líderes sindicales fueron las dos salidas que tuvo ayer Cristina Kirchner. La Presidenta regresó luego al hotel, donde anoche recibió en audiencias separadas al inversor húngaro-norteamericano George Soros y, luego, al argentino Eduardo Eurnekian (ver aparte). También pasó por su hotel el titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno.
No se había informado su agenda de hoy. En la delegación daban como probable que permaneciera de nuevo en su hotel "preparando" las dos intervenciones que tiene previstas mañana. Una, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas y otra, ante el Consejo de Seguridad.
Macri, también con agenda en Nueva York
- Igual que la presidenta Cristina Kirchner, Mauricio Macri está por estos días en Nueva York. En su caso, para participar de la cumbre del C40 (Grupo de Cambio Climático), un foro de ciudades de todo el mundo dedicado a reducir las emisiones de carbono y adaptarse al cambio climático.
- La reunión fue aprovechada por los organizadores de la marcha por el cambio climático que anteayer copó las calles de Nueva York. Integran el C40 El Cairo, Bogotá, Caracas, Houston, Lima, Río de Janeiro, Seúl, Pekín, París, Londres, Madrid, Sydney, Roma, Moscú y Varsovia, entre otros.
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