El conflicto con el campo: a la espera de una señal de la Casa Rosada. Crucial encuentro con los ruralistas
El Gobierno tiene previsto mantener en las próximas horas una nueva reunión con el campo, que podría ser hoy mismo
El Gobierno y el campo volverán a dialogar después del intervalo que la crisis política desatada tras la renuncia de Martín Lousteau al Ministerio de Economía le impuso a la negociación, que tiene fecha de vencimiento, según el agro, el próximo viernes.
Los dirigentes ruralistas esperan para hoy el llamado del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, para que los convoque a una nueva reunión. Según confiaron fuentes oficiales a LA NACION, el jefe de los ministros retomará la negociación en las próximas horas para avanzar lo antes posible en un acuerdo. El campo, expectante, analizará la propuesta, que espera que sea "concreta", para extender la tregua dispuesta por los ruralistas antes de volver al paro.
Según confiaron allegados a Alberto Fernández, durante el fin de semana hubo contactos y consultas reservadas. Aún no hay lugar ni hora para el encuentro, aunque los dirigentes y los funcionarios consultados anoche estimaban que será hoy por la tarde. "La reunión será en algún lugar de Buenos Aires porque el Gobierno no quiere generar falsas expectativas", se sinceró un dirigente agropecuario que participa de la negociación.
La última vez que el jefe de Gabinete recibió a los representantes de las cuatro entidades del campo, Mario Llambías (Confederaciones Rurales), Luciano Miguens (Sociedad Rural), Eduardo Buzzi (Federación Agraria) y en ese entonces Fernando Gioino (Coninagro), hace más de una semana, pareció asomar un principio de acuerdo para la carne. Allí se estableció que el campo se comprometería a mantener los precios para los 13 cortes más populares y, a cambio, el Gobierno abriría las exportaciones de carne. Pero todo quedó trunco.
Según fuentes oficiales, es probable que en la inminente reunión entre en funciones el nuevo ministro de Economía, Carlos Fernández. La idea es enviar señales claras por parte del Gobierno para cada sector. Desde ya, con la precipitada salida de Lousteau y después que la Casa Rosada lo responsabilizó de haber sido el autor de la suba de las retenciones que provocó la ira del campo, nadie intenta negar en el Gobierno que se harán modificaciones a esa resolución.
"Pero será más adelante", se atajan las fuentes oficiales. Lo mismo reconocen los dirigentes rurales. "Ya lo han dicho los funcionarios en forma reservada", advierten, sobre la posibilidad de retocar la medida.
De todas maneras, si se concreta la reunión, el Gobierno tiene pensado avanzar en tres áreas: carnes, trigo y leche. El campo espera una "agenda creíble" para postergar la tregua, aunque el sólo hecho de ceder tiempo provoca en ellos diferencias internas.
Fuerte señal
El más moderado pareció ser ayer el vicepresidente de la Rural, Hugo Biolcati, para quien la salida de Lousteau fue "una señal muy fuerte y positiva" de parte de la Casa Rosada. "Creo que si nos reunimos y el nuevo ministro nos pide más tiempo para estudiar qué medidas adoptar, no hay razón para decirle no. Es lógico que necesite tiempo para involucrarse en el problema", explicó Biolcati. Otros sectores consideran poco probable que se vaya a extender la tregua si no existen señales "contundentes".
"Pasado mañana nos reuniremos con nuestros consejos internos y el viernes decidiremos el rumbo a seguir sobre la base de las directivas de las bases. Si no hay medidas muy concretas al productor, volverá la protesta", señaló Llambías. Para él, la llegada del nuevo ministro de Economía es una señal positiva, pero no suficiente.
Para la línea más dura de las entidades, la señal tendría que ir mucho más allá de una medida puntual. "Esto no es sólo por las retenciones. Se está discutiendo un modelo. Y a menos que se garantice que va a incluir políticas integrales, las bases nos van a pedir la vuelta al paro. Y en esto no hay divisiones, como pretende pintar el Gobierno", coincidieron varios dirigentes de la línea dura que encabeza Ulises Forte (vicepresidente de Federación Agraria), entre otros.
El ala dura del Gobierno, que encabeza el ex presidente Néstor Kirchner, también muestra sus diferencias con los dialoguistas. Kirchner cree que un nuevo paro desacreditaría al campo ante la sociedad y por eso apuesta al desgaste del sector, según pudo saber LA NACION de un alto funcionario. Pero el viernes último, Alberto Fernández les dijo a los dirigentes, durante el acto en el que juró el nuevo ministro: "El lunes hablamos".
Ayer, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, que se diferenció del gobierno nacional durante el conflicto, se comprometió a recibir a las cuatro entidades agropecuarias en una gestión simultánea que abarca también a los mandatarios de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos. En horas cruciales, el encuentro se prepara también para esta misma semana.
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