Cuestionado, Santos dejaría de ser jefe de policía en las próximas horas
A los gritos, los legisladores lo echaron de la sesión de la Asamblea Legislativa
Aunque sus colaboradores y oficiales superiores de confianza anoche lo negaban, el comisario general Rubén Jorge Santos dejaría en las próximas horas la jefatura de la Policía Federal.
Ayer, cuestionado por una denuncia radicada en los tribunales en la que se pide que se investigue el grado de responsabilidad que tuvo en la represión policial que dejó siete muertos en la Capital Federal, Santos pidió disculpas por los excesos cometidos en los incidentes de la Plaza de Mayo y fue abucheado por los legisladores nacionales que le pidieron que se retirara del Congreso.
Dos jueces le prohibieron ayer a Santos salir del país.
Por tal motivo, se espera que en las próximas horas se aleje de su cargo. Tan fuerte es esta posibilidad que trascendió el nombre de su eventual reemplazante: el comisario mayor Roberto Giacomino, que desde noviembre último está a cargo de la Superintendencia de Policía Científica. Giacomino tiene 53 años, es de la promoción 1965 de la Escuela de Oficiales y se desempeñó durante gran parte de su carrera en las custodias de diversos funcionarios públicos.
Esta circunstancia habría permitido que Giacomino fuera conocido por políticos que ocuparon puestos clave en los gobiernos del justicialismo y de la Alianza, hecho que le habría servido como trampolín para colocar su nombre como posible sucesor de Santos.
No obstante, el actual subjefe de la Policía Federal, comisario general Osvaldo Canizzaro, estaría a cargo de la fuerza el lapso entre que se concrete la renuncia de Santos y el nombramiento del nuevo titular.
Sin embargo, ayer, a última hora, todos los integrantes de la cúpula de la Policía Federal, consultados por LA NACION negaron que Santos hubiera renunciado o tuviera intenciones de hacerlo.
A última hora de la tarde, para fundar tal afirmación los jefes policiales dijeron que Santos concurrió a la misa que habitualmente se realiza en la capilla del Departamento Central de Policía, en vísperas de Navidad. A la ceremonia asistieron todos los oficiales superiores de la fuerza, es decir, de comisario inspector, para arriba.
Pero más allá de su retiro, Santos debe enfrentar ahora en la Justicia dos investigaciones en su contra por “supuestos homicidios reiterados, privación ilegal de la libertad, abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público”. Por esa razón, la Justicia le impidió salir del país.
Disculpas
Ayer por la mañana, Santos se reunió con el premio Nobel de la Paz y titular del Servicio Paz y Justicia (Serpaj), Adolfo Pérez Esquivel, y otros representantes de organismos defensores de derechos humanos. “Pidió disculpas por los excesos, pero dijo que la policía trató de mantenerse dentro de ciertos márgenes de control”, aseguró Pérez Esquivel.
Tras el encuentro, Santos se dirigió hasta el Congreso Nacional para participar de la Asamblea Legislativa, donde se aceptó la renuncia de Fernando de la Rúa a la Presidencia.
“Represor”, le gritó el diputado del partido Alternativa para una República de Iguales (ARI) Ariel Basteiro. A partir de ese grito se sucedieron más demostraciones contra Santos, que se retiró del Congreso en medio de las protestas de los legisladores de la izquierda y del justicialismo, que le terminaron pidiendo que se fuera.
Cuando Santos se marchaba, un grupo de legisladores festejó su salida con aplausos.
Horas después, en la Casa de Gobierno, Santos se reunió con el titular interino de la cartera de Interior, Miguel Angel Toma, para acordar cómo seguirá la seguridad de la ciudad en las próximas horas.
Ante la prensa, Santos dejó en manos de la jueza María Servini de Cubría la responsabilidad de juzgar si su personal cometió delitos. “No obstante, la policía recibió muchas felicitaciones y agradecimientos de los comerciantes a los que se protegió de los manifestantes”, señaló Santos.
El gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann fue otros de los políticos que cargaron contra el jefe de la Policía Federal.
“Santos debería actuar con responsabilidad y dar un paso al costado”, señaló Reutemann.