De aliado a enemigo: la tormentosa relación entre Macri y Moyano
En diciembre de 2015, antes de asumir la presidencia, Mauricio Macri se reunió a solas con Hugo Moyano y puso en escena a quién elegía como su interlocutor gremial. Ese vínculo no existe más. Primero hubo algunas coincidencias, muchos desencuentros y cortocircuitos. Luego hubo choques retóricos y picos de hostilidad. Ahora, en medio de la tensión creciente entre el Gobierno y los gremios, el Ministerio de Trabajo multó al Sindicato de Choferes de Camiones por $809.790.710 por violar una conciliación obligatoria con una medida de fuerza, una cifra sin precedente.
Moyano, secretario general de Camioneros, acusó hoy al Gobierno de "antiobrero" y "gorila", dijo que "la señora que manda es [Christine] Lagarde", directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), y amenazó: "Quieren doblegar al movimiento obrero, pero no lo van a conseguir". El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, reaccionó enseguida. "Acá no hay espacio para la impunidad ni para que ninguno se pueda llevar las cosas por delante", avisó.
No fue el primer cruce de este año entre el Gobierno y Moyano. El 9 de julio varios sectores de la oposición unificaron sus críticas y confluyeron en un acto para expresar el rechazo al rumbo económico, especialmente al acuerdo con el FMI y al ajuste de las cuentas públicas. Como representante de Camioneros estuvo Pablo Moyano, secretario general adjunto del gremio, quien consideró que la adhesión masiva se debía al "malestar creciente por las políticas económicas erróneas" del Gobierno.
El 14 de junio el sindicato de Camioneros llevó adelante un paro nacional de actividades por no haber tenido una respuesta favorable de la cámara del sector al reclamo de aumento salarial del 27 por ciento. En los días anteriores había habido una escalada verbal. Los Moyano -padre e hijo, líderes del Sindicato de Choferes de Camiones- habían amenazado con replicar la metodología de protesta de camioneros de Brasil que habían bloqueado rutas la semana anterior. "No vamos a permitir de ninguna manera que la Argentina sea bloqueada, que la gente sufra", había dicho Patricia Bullrich, ministra de Seguridad. "Esta idea de que quieren hacer algo a la brasilera es extorsiva", había planteado.
El 6 de junio, cuando el paro del 14 no estaba confirmado, Moyano había apuntado contra el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich. "Lo que prevalece en nuestra actividad es la dignidad. No nos van a doblegar y no nos van a comprar", había dicho.
"Plan sistemático"
El 8 de mayo Hugo Moyano presentó en la Justicia una denuncia por tráfico de influencias y peculado. Dijo que había "un plan sistemático" contra él -por las causas que se amontonaban en su contra- y denunció irregularidades en los diferentes procesos judiciales. El exjefe de la CGT y líder del sindicato de los camioneros cuestionó que la investigación por presunto lavado de dinero en su rol como presidente del Club Atlético Independiente lo llevara una fiscalía de Lomas de Zamora y no una de Avellaneda, donde está la institución, y precisó vínculos entre la defensa del barrabrava Pablo "Bebote" Álvarez y miembros del Ministerio de Seguridad. "Con la poca simpatía que nos tiene el Presidente a mí y a Pablo, si tuvieran algo ya nos hubieran metido en cana, pero no tienen nada", dijo entonces.
"Incitación a la violencia colectiva"
La diputada oficialista Elisa Carrió, artífice de Cambiemos y aliada de Macri, nunca se llevó bien con Moyano. A fines de febrero, tras varias semanas de silencio por vacaciones, reapareció y tildó al sindicalista de "criminal".
"Creo que es una batalla que vale la pena darle. Él tiene muchos crímenes atrás, pero muchos. Su hijo Pablo, también. Así que marchen, pero que también marchen a la Justicia", dijo la legisladora. Dos semanas después, el abogado del sindicalista, Daniel Llermanos, se presentó en los tribunales, ratificó una denuncia contra Carrió por haber tildado a Moyano de "criminal" y pidió que se avanzara en la investigación contra la diputada por "incitación a la violencia colectiva, instigación a cometer delitos y apología del crimen".
La marcha del 21 de febrero
El 21 de febrero Moyano desafió al Gobierno con una marcha masiva de un heterogéneo sector sindical, social y político opositor: con duras críticas a Macri y su política económica, convocó a los trabajadores a vencer al oficialismo en las elecciones de 2019 para desalojarlo del poder.
Aunque aseguró que la convocatoria no era para "blindarse" de causas judiciales en su contra, Moyano dedicó gran parte de su discurso en la avenida 9 de Julio a defenderse. "No estoy implicado en ningún tema de corrupción", dijo.
El Gobierno minimizó el acto, pero varios funcionarios rebatieron las críticas. Los ministros Triaca y Rogelio Frigerio (Interior) estuvieron "de rotation" en la prensa y repitieron los argumentos que habían dado antes de la marcha: que había sido "un conjunto de argentinos defendiendo privilegios".
"No queremos conductas extorsivas", dijo Triaca. "Fue un día perdido para los trabajadores, para la gente, y con la idea de mostrar poder frente a la Justicia, que quiere investigar hechos de corrupción", dijo Frigerio.
Un día antes de la marcha multitudinaria, el Ministerio de Trabajo había frenado el pago de un bono de $9500 al gremio de los camioneros, un plus que correspondía a 2017 y que el gremio y la Federación de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) acordaban sin mayores conflictos desde 2011.
Un día después de la marcha, el Gobierno redobló la apuesta contra Moyano: el jefe de Gabinete, Marcos Peña, afirmó que el Presidente no lo recibiría en lo inmediato pese a que el gremialista se había mostrado dispuesto a reunirse. Asimismo, un grupo de diputados de Cambiemos presentó un proyecto de ley para juzgar a los sindicalistas por corrupción y enriquecimiento ilícito con las mismas penas que a los funcionarios.
"Nunca fue aliado"
A pesar de la buena sintonía que llegaron a mostrar Macri y Moyano en el pasado, la víspera de la marcha opositora hizo que las críticas contra el sindicalista se multiplicaran. "Es el típico sindicalista que defiende su mundo", "el privilegio de él hace que la Argentina sea cara y esto le cuesta mucho a 43 millones de argentinos", "permanente impide que la Argentina crezca" y "nunca fue aliado del Gobierno" fueron algunas de las frases que pronunció la ministra Bullrich.
El jefe de Gabinete dijo que el líder camionero no tenía "coronita" respecto a las investigaciones judiciales. "Si alguien cree que por hacer marchas y amenazar la Justicia va a tener que parar porque alguno tiene coronita, se equivoca. Eso ya no va más", sostuvo. El propio Macri reclamó a todos los sectores "ir con la verdad, sin patoterismos y sin comportamientos mafiosos o extorsivos", palabras que fueron interpretadas como un mensaje a Moyano.
Poco antes, el líder camionero había vaticinado que al Gobierno le quedaba "poco tiempo". Había asegurado: "La gente está convencida de que este gobierno está fracasando y no tiene respuestas y que tiene como objetivo la entrega del país".
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