A un día de las elecciones en Córdoba. De la Sota nubla el horizonte aliancista
Fracasada la gestión para retirar la fórmula del Frepaso, inquietan a la coalición los efectos de una eventual derrota radical.
CORDOBA.- Los inesperados pronósticos que los encuestadores exhibieron en los últimos días en favor del candidato justicialista a gobernador, José Manuel de la Sota, pusieron nerviosa a la cúpula de la Alianza, que trató de auxiliar al postulante radical, Ramón Mestre, con una fracasada receta de transfusión de votos del Frepaso.
Es que aunque aquí no esté constituida la Alianza, una derrota del radicalismo cordobés a manos de una coalición justicialista-liberal que sintoniza con la Casa Rosada sería el peor de los debuts del binomio Fernando de la Rúa-Carlos "Chacho" Alvarez. El brindis por el nuevo año, de recambio presidencial, les sabría a acíbar.
Las elecciones para gobernador de Córdoba son comparables al gol inaugural de un partido de fútbol decisivo para el campeonato, y así lo ha interpretado la comunidad política nacional, que aguarda con ansiedad quién festejará esa conquista.
La líder frepasista Graciela Fernández Meijide lamentó ayer que su partido provincial haya ratificado la fórmula Humberto Volando-Horacio Viqueira, a pesar de los ingentes esfuerzos que hizo la conducción nacional para retirar esas candidaturas.
Si bien la diputada admitió que Mestre, fervoroso opositor a la integración de la Alianza en esta provincia, ha sido con ella "muchas veces torpemente agresivo sin ninguna necesidad", sostuvo: "No me gustaría que ganara De la Sota; por eso es prioritario el proyecto político y dejar de lado lo personal".
"Verdaderamente, todo esto ha sido una tremenda complicación", confesaba anoche, atribulado, un dirigente aliancista, en referencia a las infructuosas gestiones para convencer a Volando de que declinase su postulación.
Esta circunstancia pesa sobre las espaldas del gobernador, que hizo caso omiso de un sinnúmero de señales:
- Creyó que la fecha de los comicios dejaría sin reflejos al PJ: parecería que se equivocó. Y supuso que nadie discutiría su candidatura en la UCR: si bien ganó las elecciones internas a Edgardo Grosso, el resultado (6 a 4) no fue convincente. "Una o dos semanas más de campaña y le ganábamos", se comenta todavía entre el angelocismo.
Ultimos manotazos
* Sostuvo que no estaba en campaña cuando iba y venía de un pueblo a otro, inauguraba obras y entregaba a diestra y siniestra carnets de la obra social del Estado provincial.
Quizá siga obstinado hoy con esos argumentos, pese a que ayer firmó, a un tris de su crucial hora de las urnas, un decreto que dispuso ascensos para algo más de un tercio de los 12.000 policías cordobeses, sector que mañana podrá votar por primera vez.
En vigencia la veda electoral, Mestre presidió ayer la firma de un convenio con Rusia para el lanzamiento del segundo "satélite cordobés", a mediados del año próximo. Por la noche entregaba planes de vivienda en Río Segundo y en Laguna Larga. ¿Y para hoy?, se le preguntó. "No tengo la agenda a mano y por eso no sé bien los compromisos que me han puesto", dijo el mandatario, como ajeno a la campaña y a la definición de su suerte.
- Se opuso a bogar en el bote de la precandidatura presidencial de De la Rúa. Cuando a mediados de noviembre lo convencieron de lo contrario, De la Sota hacía más de un mes que había arrancado a paso firme. Para entonces, Carlos Menem había hecho dos "visitas" a la provincia, lo que provocó el enojo de Mestre por esa intromisión. En jornadas recientes tuvo que aceptar la venida de Raúl Alfonsín y de De la Rúa, y la sorna con que le señalaron eso s apoyos desde el PJ.
- No ahorró dardos en contra de la Alianza. Terminó dando la "bienvenida" (frustrada) a los votos frepasistas si éstos se le trasvasaban.
Lo de De la Sota mucho se parece al equipo en el que pocos creían al comienzo del torneo y terminó por ser mirado como el gran aspirante. De allí que a De la Sota le gusta compararse con Carlos Bianchi. El paraguas de Menem fue alineando a todos detrás de él, incluido su más acérrimo enemigo, Humberto Roggero.
Una meticulosa operación electoral, diseñada por expertos en la construcción de candidatos, le fue poniendo en las manos el ariete con que horadó los cimientos mestristas: hasta el último día de campaña a la UCR le resultó imposible contrarrestar la promesa de una rebaja de los impuestos provinciales.
Mestre se dio cuenta tardíamente de que el horizonte se le cubría de nubarrones. A mitad del río, en las últimas tres semanas, ensayó un cambio poniéndose a hacer todo aquello de lo que antes abjuraba. Quizá logró frenar la sangría de votos que venía experimentando, pero sólo mañana se sabrá si el caudal perdido es más del que podía soportar para no caer vencido. Ha quedado a expensas de la reflexión de los indecisos.
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