Diputados de la oposición pidieron a Cristina Kirchner que refuerce el reclamo por Malvinas ante la ONU

Diputados de la oposición recomendaron hoy en una carta dirigida a la presidenta Cristina Kirchner que en la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) la Argentina presente un proyecto de resolución para que el reclamo de la soberanía sobre las Islas Malvinas se vuelva a debatir en el seno de ese organismo, y no en en el Comité de Descolonización.

La iniciativa fue impulsada por el senador socialista Rubén Giustiniani; y los diputados Ricardo Alfonsín (UCR), Adrián Pérez (Frente Renovador) y Federico Pinedo (PRO), quienes señalaron que "la última resolución de la Asamblea General referida a la Cuestión Malvinas, favorable a la Argentina, se produjo durante el gobierno de Raúl Alfonsín en 1988".

En declaraciones a DyN, Pinedo precisó que "la nota se entregó al secretario general de la Presidencia [Oscar Parrilli] pidiendo que mande la negociación a la Asamblea, de donde nos hemos retirado en la década del '90, a partir de los acuerdo del presidente [Carlos] Menem con Inglaterra".

Desde entonces, el conflicto por Malvinas se discutió en el Comité de Descolonización de la ONU que "todos los años" se expide por "unanimidad instando al Reino Unido a sentarse a la mesa con Argentina para discutir soberanía".

La iniciativa de los legisladores coincide con que el próximo año se cumplirán 50 años de la histórica Resolución donde la Asamblea General reconoció la existencia de una disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido. "Esta es una oportunidad que no podemos dejar pasar", según expresaron a través de un comunicado de prensa.

Reclamo histórico

La Presidenta viene realizando el reclamo por Malvinas en sus discursos frente a la ONU desde que llegó a la gestión. A principios de abril, el gobierno argentino expresó su "enérgica protesta" a Gran Bretaña por la realización de ejercicios militares, con lanzamiento de misiles, en las Islas Malvinas.

En una conferencia de prensa en la Casa Rosada, el canciller Héctor Timerman afirmó en ese momento que las maniobras militares representan "un acto de agresión colonial".

Inmediatamente, Gran Bretaña rechazó esas denuncias y calificó las afirmaciones como "completamente falsas".