Dos viejos rivales con demasiadas similitudes
ROSARIO (De un enviado especial).- Una de las cuestiones que hace más difícil arriesgar un resultado en Santa Fe, más allá de que falten 10 meses para los comicios, es que la batalla de fondo tendrá como protagonistas a dos políticos que muchos ven con personalidades muy parecidas, casi calcadas, y cuya principal diferencia radica en la historia de militancia partidaria que arrastran.
Las similitudes entre Hermes Binner y Carlos Reutemann vienen desde su misma sangre: ambos son descendientes de suizos y alemanes. Hay quienes sostienen que sus abuelos llegaron a conocerse allá en los albores del siglo XX.
Es tal vez esa misma sangre la que marca sus caracteres: herméticos, con una retórica muy abreviada, cultores de un laconismo que llega a exasperar a sus interlocutores, y sobre todo a sus seguidores, que esperan de ellos grandes definiciones y palabras estridentes.
De ninguno se debe esperar la confrontación áspera. Tanto Reutemann como Binner calculan sus pasos hasta el infinito, para darlos sólo cuando están seguros de que pisan sobre seguro y que la decisión que tomaron es la correcta. Detrás de lo que muchos consideran un rasgo de tibieza se esconden dos meticulosos calculadores de la política. Son culturalmente conservadores.
Además, ambos tienen casi la misma edad. Poco menos de 14 meses separan las fechas de nacimiento de Reutemann (12 de abril de 1942) de la de Binner (5 de junio de 1943).
Pero las semejanzas finalizan aquí, ya que ambos son, en definitiva, diferentes. Reutemann entró en la política de la mano de Carlos Menem, en 1991. Hasta esa fecha, en la que se consagró por primera vez gobernador de Santa Fe (fue dos veces), no había tenido contacto con la actividad. Su historia estuvo ligada hasta ese entonces al vértigo del automovilismo y, en particular, de la Fórmula 1.
Binner fue un metódico militante socialista -en todas sus variantes, ya sea del Partido Socialista Argentino, el Popular o el actualmente reunificado PS-, desde que ingresó en la década del 60 en la Universidad Nacional de Rosario para estudiar medicina y recibirse, en el 70, de anestesista.
En ese sentido, se puede decir que el gobernador de Santa Fe hizo todas las inferiores hasta llegar a la primera división de la política, ya que también fue funcionario municipal (durante la gestión de Héctor Cavallero), concejal e intendente (dos veces) de Rosario y diputado nacional antes de alcanzar el sillón más codiciado de la Casa Gris, sede del gobierno santafecino.
Igual, la historia se empeña en emparejarlos y ahora los dos abrigan el mismo sueño: llegar en 2011 a la Casa Rosada. Eso sí, si llegan a dar esa pelea, sólo habrá lugar para uno de ellos.
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