El BCRA dijo que dará apoyo a los bancos que lo necesiten
Las últimas medidas que tomó el Gobierno tuvieron un efecto revulsivo en el establishment y aceleraron los tiempos de un reacomodamiento que, en algunos sectores, está siendo traumático.
Los mayores enconos florecieron en la otrora monolítica estructura de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA). Las diferentes posturas que asumieron algunas entidades el viernes anterior, ante el cierre del tramo mayorista del canje local de la deuda, determinaron una divisoria de aguas que se fue ampliando con el correr de la semana. Y que además dio lugar al surgimiento de una sucesión de rumores que formaron parte de una sofisticada estrategia comunicacional que buscó minar el mejor activo que puede tener cualquier banco: su credibilidad.
La víctima fue al principio una de las pocas entidades privadas de capital nacional que se mantiene en pie. Pero ayer ya había otras afectadas.
Quien siga la sucesión de los hechos podrá encontrar un hilo conductor. Los desencuentros entre los banqueros se hicieron más visibles desde que el titular del Banco Galicia y presidente de ABA, Eduardo Escasany, comenzó a mostrarse más cerca de las posturas que asumió un sector del empresariado que se referenció en lo que se dio en llamar Grupo Productivo.
El testimonio más fiel de las crecientes coincidencias con algunos industriales a medida que se profundizaba la crisis se obtuvo en la 7° Conferencia Industrial de la UIA, cuando Escasany fue invitado a disertar y desde allí propuso la elaboración de "una agenda en común que permita a la Argentina salir de la crisis" y que contenga la adecuada dosis de "políticas activas y disciplina fiscal".
La fórmula mixta que propuso para la emergencia se aparta de los postulados a los que se aferra el sector más liberal de la banca, que postula que la actual coyuntura sólo podrá superarse reduciendo el gasto público. Lo que sirvió para reavivar viejas y olvidadas diferencias.
Pero las divergencias sutiles se transformaron en abismales cuando algunos bancos extranjeros jugaron el viernes anterior una pesada carta para tratar de cambiar la jurisdicción del canje. Y se encontraron con que ese planteo no fue acompañado por el banco que conduce el titular del ABA, quien además intercedió entre Economía y los díscolos para superar el incidente que por 70 minutos puso en riesgo toda la operación.
Ese episodio, sobre el que LA NACION informó en sus ediciones del sábado 1° y el lunes 3, dejó heridos que se comprometieron a no dejar pasar lo que juzgaron como "una deslealtad" al gremio. Especialmente porque el fracaso del canje habría significado el alejamiento de Domingo Cavallo, algo a lo que algún sector empresarial impulsó sin disimulo hacia el final de esta semana, tendiendo puentes hacia figuras del CEMA muy ligadas al menemismo.
En eso estaban los mismos que el pasado martes encontraron otro argumento para cargar contra Escasany en una filtración periodística, que señalaba que el Galicia dejaría pronto las filas de ABA para integrarse a la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina (Abappra) donde se referencian los bancos públicos, los cooperativos y los privados del interior. Los rápidos reflejos de algunos directivos del Galicia desmintieron la especie, destinada a convertirse en realidad hasta que el trascendido la frustró.
Pero la guerra de versiones siguió después, cuando otra versión indicaba que un grupo de bancos extranjeros traerían dinero de sus casas matrices para devolver depósitos esquivando la restricción del BCRA. El objetivo era pasar un sutil mensaje: que mientras esas instituciones cuentan con un prestamista de última instancia fuera del país que, en teoría, permitiría responder sin problemas a los compromisos asumidos, existen otros bancos (los locales), que no tienen esa posibilidad y, por lo mismo, están mucho más condicionados.
El plan se completó luego con una andanada de correos electrónicos cargados de advertencias premonitorias para los depositantes de determinados bancos. Esta vez le tocó sufrir la presión al Galicia, que el jueves quedó al margen del generalizado vuelo alcista que habían emprendido las acciones. Y la situación pareció agravarse ayer, cuando el papel llegó a perder más del 17% de cotización aunque al final del día la caída quedara reducida a poco más del 2 por ciento.
La presión fue tal que al atardecer el presidente del Banco Central (BCRA), Roque Maccarone, debió desmentir que la autoridad monetaria haya debido retirar del clearing a algunos bancos. "Lo niego terminantemente", dijo a DyN, por las versiones que indicaban dificultades en algunas entidades.
Maccarone enfatizó que "son rumores infundados que casualmente coinciden con el éxito del tramo interno del canje de la deuda". Y dejó caer una frase cargada de valor. "La autoridad monetaria proporcionará al sistema financiero todo el respaldo que necesite, en particular a la banca nacional, como se ha venido haciendo desde que empezó la crisis."
Más leídas de Política
Suspensión. En la mira del Gobierno estarían las cooperativas de trabajo, que agrupan a unas 300.000 personas
"En el Mar Argentino". Tras una persecución, la Armada abordó un barco pesquero chino que navegaba en la zona exclusiva
Los 70. El senador que sobrevivió de milagro a una bomba en su auto y fue secuestrado por la dictadura militar