El Congreso tiene una amplia agenda de debates por delante
Quienes seguimos de cerca lo que pasa en nuestro Congreso de la Nación, los 1 de marzo son días muy especiales. Durante la semana previa, en los despachos de los legisladores hay mucha expectativa y los preparativos empiezan en el Palacio Legislativo para recibir al Presidente de la Nación.
Y hoy llegó nuevamente el día. Comenzó un nuevo período de sesiones ordinarias. El Nº 136. Esto no sólo tiene importancia formal, sino también política: en cada discurso, el Presidente de la Nación marca lo que será su agenda legislativa del año. No la del Congreso, quien luego se dirime entre el famoso toma y daca entre legisladores, sino la del Ejecutivo en relación al Legislativo. Hoy pudimos escuchar cuáles serán sus prioridades. Qué le pedirá al Congreso, y qué estará dispuesto a negociar.
Hace algunos minutos, el Presidente terminó su discurso, en el que repasó muchos temas: desde asuntos laborales (reducción de la informalidad y aumentar la licencia por paternidad, tema muy trabajado ya en las comisiones legislativas), la preocupación por la creciente obesidad infantil y sus formas de prevención (las comisiones de Salud de ambas cámaras ya vienen trabajando incluso en un modelo de etiquetado frontal o la restricción de publicidad para niños), la necesidad de evaluar a las instituciones educativas, la reforma del Código Penal y Procesal Penal de la Nación, o la tan ansiada modificación de la Ley de Ética Pública, para asegurar los más altos estándares éticos de nuestros funcionarios públicos, la prevención de los conflictos de interés y la publicidad de declaraciones juradas patrimoniales.
Pero además, no dejó sin mencionar el tema del que se viene hablado en los últimos días: la despenalización del aborto. Destacó su posición personal públicamente conocida, pero se mostró a favor de dar ese debate en el ámbito legislativo.
Los años en el Congreso se dividen entre los impares y los pares, los electorales y los no electorales. En este sentido, 2018 se presenta como un año clave para Cambiemos en el Congreso: con las elecciones de 2017 logró posicionarse como la primera minoría, a sólo 22 bancas del quórum propio en Diputados y a 13 en Senado; y es el tercer período presidiendo ambas cámaras, ya instalado y pisando fuerte como interbloque consolidado. Esto le permite cierto margen de acción para alcanzar sus objetivos.
A pesar de no tener las bancas necesarias para avanzar con todos los temas propuestos, 2016 y 2017 fueron años en los que el Ejecutivo logró la sanción de muchas leyes que se propuso. Si bien Macri no tiene una alta tasa de éxito legislativo (es decir, muchas de los proyectos de ley que envía al Congreso no logran su aprobación definitiva), todas aquéllas que el oficialismo consideró estratégicas o de suma relevancia, logró su sanción. Sin embargo, todas, tuvieron que ser negociadas: no hubo un solo proyecto enviado por el Poder Ejecutivo que no tuviese agregados y/o aportes por parte de partidos de la oposición en el Congreso. Aunque esto sea muchas veces un dolor de cabeza para las legisladores de Cambiemos, sin dudas es una buena noticia para la democracia argentina.
El Congreso tiene una amplia agenda de debates por delante. Los temas que mencionó hoy el Presidente Macri son algunos de ellos, pero no todos. Si tenemos en cuenta que en promedio poco más del 70% de las leyes sancionadas por el Poder Legislativo provienen de los propios legisladores –de acuerdo a un relevamiento propio de Directorio Legislativo-, la agenda para 2018 será de lo más variada: todavía se espera la sanción de la ley de mercado de capitales pendiente desde el año pasado, la modificación del sistema de financiamiento de los partidos políticos, una nueva ley de semillas, la regulación de la gestión de intereses - o lobby-, la promoción de nuevas formas de producción y distribución energética, entre otros.
Se espera entonces un año de lo más entretenido en los pasillos legislativos: con un Cambiemos ya consolidado y con capacidad de negociación clara, con una oposición muy dividida y con unos meses que antecederán un 2019 clave de recambio presidencial y ¿nuevas? dinámicas políticas.
Noel Alonso Murray