El día en que La Habana se mudó a la avenida Figueroa Alcorta
No todos eran estudiantes o militantes de izquierda. Muchos ni siquiera compartían la ideología de Fidel Castro. Pero a los miles de personas que anteanoche se congregaron frente a la Facultad de Derecho para escuchar al líder cubano las unía una misma sensación: estar presenciando un acontecimiento histórico.
La jornada incluyó una larga espera y un no menos extenso discurso de dos horas y media, durante el cual la multitud escuchó atentamente al veterano dirigente. Cuando Castro explicaba las virtudes de los sistemas de salud y educación cubanos un silencio de admiración se apoderaba de sus seguidores. Cuando atacaba al gobierno de los Estados Unidos, estallaban los aplausos y miles de voces coreaban "Cuba, Cuba, Cuba, el pueblo te saluda".
Entre los asistentes había una clara mayoría de estudiantes, pero también profesores, profesionales, piqueteros y algunas familias.
A pesar de la simpatía hacia Castro, muchos expresaron diferencias. "Creo que tiene cosas positivas y cosas negativas, pero había que venir. Es como escuchar al Che o ver a Gandhi", dijo Fernando Panarisi, estudiante de sociología.
La organización estuvo a cargo de la Asociación del Personal de la Universidad de Buenos Aires, el gremio de los no docentes, que tiene un vínculo fluido con la embajada de Cuba. También se sumó a colaborar la Federación Universitaria de Buenos Aires, conducida por un frente de agrupaciones de izquierda.
Debido a la numerosa concurrencia, los organizadores decidieron realizar el acto en las escalinatas de la facultad y no en el aula magna, como estaba previsto. La medida provocó un retraso de dos horas.
A las 21 llegó Castro en un Mercedes- Benz negro y rodeado de más de una docena de guardaespaldas. A partir de allí la emoción invadió a muchos de los presentes (hubo quienes derramaron algunas lágrimas) y el líder cubano estableció un diálogo muy particular con su público.
Entre sus frases más políticas, Castro intercaló varios guiños a sus seguidores: "Jamás olvidaré lo que ustedes hicieron esta noche", dijo al referirse -extensamente- a los esfuerzos por reorganizar el acto; "un frío que pudo ser superado por el calor de ustedes", fue la alusión al duro clima de la noche.
Luego del acto, la gente se desconcentró en orden. Grupos de jóvenes cantaban y comentaban emocionados la vivencia. "Fue magistral", opinó Graciela Fernández (40), empleada. Su amiga Sonia Garófalo (31) la interrumpió: "En dos horas, Fidel nos enseñó de cultura, de educación y explicó lo de los fusilamientos".
Sentada en las escalinatas de la facultad y apartada de su grupo de amigos, la estudiante Inés Farina, militante del PC, miraba el vacío. "No sé qué decir. No lo puedo creer todavía. Esto es histórico. Estuve muy cerca de Fidel. Fue muy cálido", expresó.
Antiimperialismo
Pero, ¿cómo se explican las reacciones que despertó la figura de Castro en un país donde la izquierda es marginal y no sumó más del 5 por ciento de los votos en las últimas elecciones ?
Académicos consultados por LA NACION coincidieron en que no se trata de una adhesión al comunismo, sino del aval a una postura antiimperialista.
"En América latina, la posición anti-Estados Unidos genera muchas adhesiones. En los países más pequeños y débiles siempre se generan sentimientos de hostilidad hacia los países dominantes", sostuvo el politicólogo Carlos Gervasoni.
En igual dirección, el analista político Ricardo Rouvier consideró que se trata de un reconocimiento a una figura histórica. "Sólo un sector minoritario piensa en hacer una Cuba de la Argentina. Castro ya no es una figura de guía, pero es un emblema de América latina."
El psicólogo político Orlando D´Adamo analizó que se da el mismo fenómeno que con el Che Guevara. "En todo el mundo se usan sus remeras, más allá de la coincidencia ideológica", explicó.
Repercusiones
J. Pampuro (M. Defensa)
- "Castro atrae multitudes por su simple carisma y su trayectoria. Es un símbolo viviente de una etapa en América latina. Desde ese punto de vista, es comprensible la reacción que generó."
P. Echegaray (PC)
- "El impacto que generó su presencia se da en un clima de conexión de la Argentina con la oleada antinorteamericana que recorre América latina. En este personaje, el pueblo reconoce sus luchas."
L. Moreau (UCR)
- "Fue un discurso muy importante porque ha roto la monotonía de la propaganda norteamericana y ha permitido conocer de manera directa el punto de vista de la dirigencia cubana sobre la realidad de su propio país."
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