El fin del "gradualismo gradual"
Si no hubiese sido por los terribles efectos económicos y políticos que generó la crisis cambiaria, podría decirse que la corrida terminó siendo funcional a un viejo objetivo de Mauricio Macri. Sin mucha solemnidad, el presidente anunció ayer el final del "gradualismo gradual", el camino que adoptó desde el principio de su administración. Macri siempre se quejó de la falta de conciencia de la necesidad de bajar los gastos. Ayer por primera vez rozó el arrepentimiento por no haber sido más descarnado al asumir. "Claramente lo que pasó estas semanas es que el mundo decidió que la velocidad con la que nos comprometimos a reducir el déficit fiscal no alcanza, por lo que tenemos que acelerar". Su frase de ayer inauguró la etapa del "gradualismo acelerado", impuesto por la dura realidad de los mercados, que nunca terminaron de creer que el país sobrecumplía las metas de austeridad.
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