El final violento de dos vidas cruzadas por el destino
En 1997, el intendente había ayudado a su rival a conseguir un crédito; cómo llegaron a la pelea
VERA, Santa Fe.- Era septiembre de 1997 y el gobernador de Santa Fe, Jorge Obeid, visitaba la ciudad de Vera para inaugurar la exposición rural. Raúl Seco Encina, el intendente radical que unos meses antes había desalojado del poder local al peronismo, desvió al mandatario hasta el frigorífico de Héctor Tregnaghi, un empresario que acababa de instalarse en la comuna y que procuraba apoyo político para que le otorgaran un crédito de un millón de pesos.
Hubo fotos, intercambios de elogios y promesas de respaldo mutuo. Con la colaboración del municipio, el empresario obtuvo en los últimos meses del año un préstamo, que destinó a comprar dos camiones Volvo. Tregnaghi y Seco se reunieron varias veces por esos días. Pero la buena relación entre ellos duró poco. Cuando el lunes el empresario se entregó en la policía tras matar al intendente de un tiro en el corazón, coronó una larga historia de odios y enfrentamientos que marcó la vida de la ciudad.
Las diferencias, según coincidieron funcionarios municipales y amigos de Tregnaghi, empezaron mucho antes de que el empresario decidiera, sin suerte, competir con Seco en las urnas, como candidato del Frente para la Victoria, y antes de que inaugurara el hipódromo que lo enfrentó a muerte con el intendente. Terminaba 1999 y Tregnaghi exigía públicamente que la municipalidad asfaltara la calle Bernardino Rivadavia para facilitar el acceso de los camiones a su frigorífico los días de lluvia.
Cansado de las demoras, Tregnaghi ofreció pagar parte de las obras y llenó el camino de escombros. Pero la solución no llegó, y el empresario atacó duramente al intendente en los medios locales: lo acusó de inflar el precio de las obras, lo insultó y lo trató de ineficiente. No volvieron a conversar, pese a que sus hijos, de 15 años, eran compañeros en la secundaria.
Seco transitaba el segundo de los cuatro mandatos que ejerció en la jefatura comunal. Había asumido por primera vez en diciembre de 1995. En 1993 lo eligieron concejal y, desde antes, ya presidía la Juventud Radical y la Cooperativa del Agua, empresa prestadora de servicios públicos. Fue esa última tarea la que le permitió hacerse muy conocido en la ciudad en la que nació, en 1965. Unos días antes de las elecciones de 1995, inauguró las obras cloacales que pusieron fin a un problema de años: cada dos por tres, varias cuadras del centro se inundaban y la ciudad quedaba sumergida en un fuerte olor a podrido.
Desde ese año, ganó todas las elecciones, incluidas las legislativas de mitad de mandato. La más reñida fue la última, en la que derrotó a Tregnaghi por sólo 200 votos, tras una campaña muy áspera, en la que el candidato peronista amagó con atropellar con su camioneta a dos militantes de Seco. "Raúl era un gran estratego político y estaba en cada detalle de la gestión. El año pasado, íbamos a inaugurar el nuevo edificio del registro civil y la noche anterior se quedó regando el pasto de la plazoleta", contó a LA NACION Ricardo Musso, secretario de prensa.
En los primeros comicios tras la eliminación de la ley de lemas, Tregnaghi fue el único candidato del Frente para la Victoria. En 2003, había sido el postulante más votado del justicialismo. Pero sus amigos y sus detractores coinciden en que es un empresario que particicipó en política sólo de manera ocasional. "Lo ponían como candidato porque era un empresario con buena imagen, pero él no militaba ni se metía mucho", contó uno de sus empleados. Una de las cosas que llevó a Tregnaghi a aceptar la oferta para ser candidato fue el odio que sentía por Seco, acrecentado en los últimos meses por las trabas para la habilitación de su hipódromo. Ese trámite dependía de la provincia, pero Tregnaghi sentía que el intendente se quería quedar con el hipódromo. "Se sentía ahogado", contó un amigo.
Cada carrera le dejaba al empresario una ganancia de 25.000 pesos. Estaba dedicado de lleno a ese negocio desde febrero de 2006, cuando quebró el frigorífico, que entró en crisis luego de que volcó uno de los Volvo.
Hombre de campo que solía vestirse de gaucho, Tregnaghi nació y se crió en el paraje rural La Cigüeña, sobre la ruta 13, a pocos kilómetros de Vera. Había hecho plata con la venta de cuero de nutria e iguana, según reconocen sus allegados. "Es un tipo muy bruto, pero muy emprendedor, que no paraba cuando se le ponía algo en la cabeza", contó uno de sus amigos.
El lunes pasado, enojado porque el día anterior había tenido que trasladar, a última hora, las carreras al pueblo vecino de Margarita, Tregnaghi esperó al intendente a la entrada de un canal de televisión. Antes de llegar al lugar, había llamado llorando a un amigo, que contó: "Estaba en crisis, como una persona antes de suicidarse". Antes de dispararle al intendente, le dijo que estaba cansado de que lo tomaran "en joda". Seco no pensó que se iba a morir, ni siquiera cuando su camisa blanca comenzó a llenarse de sangre.
Los personajes
RAUL SECO ENCINA
El intendente asesinado
Edad: 43 años
Nació en la ciudad de Vera, en 1965. A los 20 años, se convirtió en presidente de la Juventud Radical. En 1993, lo eligieron concejal y, desde 1995, era intendente. Antes de ocupar cargos en la municipalidad estudió Derecho, aunque no llegó a recibirse, y presidió la Cooperativa de Agua. Insistía en que el hipódromo que pretendía hacer funcionar Tregnaghi necesitaba la habilitación de la provincia.
HECTOR TREGNAGHI
Asesino del intendente
Edad: 56 años
Nació en el paraje rural La Cigüeña, sobre la ruta 13, a pocos kilómetros de Vera. Se instaló en la ciudad en 1996, cuando abrió un frigorífico. Según amigos de él, hizo dinero con la venta ilegal de cuero de animales como la iguana y la nutria, y con el tráfico de cigarrillos. Fue candidato a intendente por el PJ, en 2003 y en 2007. Pensaba que no lo dejaban abrir su hipódromo porque el intendente lo perseguía.
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