Contrabando de armas a Croacia y a Ecuador. El Gobierno fue advertido por los desvíos cinco veces en cuatro años
El primer aviso lo dió el embajador Candiotti, en 1990, antes de las operaciones.
El 20 de diciembre de 1990, nueve meses antes de comenzar el contrabando de armas a Croacia, un informe reservado del entonces director de Seguridad Internacional de la Cancillería, embajador Enrique Candiotti, advirtió sobre la posibilidad de que se concretara ese tipo de desvíos.
Pese a ello, en septiembre de 1991 se efectuó el primer contrabando a Croacia a bordo del buque Opatija.
El informe de Candiotti eleva a cinco las advertencias y denuncias que el Gobierno ignoró o rechazó, según los casos, en los cuatro años que demandaron los siete embarques marítimos a Croacia y los tres aéreos a Ecuador.
Esas advertencias, sumadas al hecho de que el Ejército no puede justificar la salida de su patrimonio de seis cañones Citer idénticos a los enviados a Croacia, colocarían al Gobierno en una situación incómoda, porque hasta ahora el discurso oficial consiste en culpar a los traficantes de armas por los desvíos.
Si parte del armamento lo proveyó el Ejército por medio de Fabricaciones Militares (FM), los desvíos comenzaron antes de los embarques. Y el haber hecho caso omiso de cinco avisos permite sospechar que no había intención de interrumpir las operaciones, materializadas al amparo de tres decretos presidenciales que consignaban como destinos a Panamá y Venezuela.
Además, el principal traficante, el teniente coronel (R) Diego Emilio Palleros, actuó en las maniobras como representante oficial de FM, la empresa exportadora.
En Diputados
En 1994, el entonces diputado radical Antonio Berhongaray presentó tres pedidos de informes denunciando un contrabando de cañones del Ejército y de FM a Croacia.
Sus dos primeras denuncias, el 1º y el 2 de marzo de 1994, no pudieron impedir que el 15 de ese mes zarpara el Ledenice. Para ese entonces se contaba con dos decretos presidenciales de 1991, con Panamá como destino figurado.
En cuanto el periodismo difundió los pedidos de informes de Berhongaray, Oscar Camilión, ministro de Defensa, negó los desvíos. Lo mismo hizo el vicecanciller Fernando Petrella.
En realidad, Berhongaray logró abortar un tercer decreto en trámite, para Liberia, país africano que sufría un embargo internacional. El Presidente no llegó a firmarlo.
De todos modos, el buque Ledenice partió en marzo de 1994 con cañones para los croatas. El decreto consignaba Panamá como destino, pero hubo un agravante: los decretos de Panamá no autorizaban la venta de cañones. Otro agravante: el precintado y el despacho aduanero de los contenedores tuvo lugar en una unidad del Ejército.
La profusión de detalles en las denuncias de Berhongaray no impidió que el 23 de enero de 1995 se firmara el decreto presidencial para Venezuela, que beneficiaría a los croatas y a los ecuatorianos.
Desvío del desvío
La quinta advertencia la formuló el 13 de febrero de 1995 el entonces embajador en Lima, Arturo Ossorio Arana, al enviar un cablegrama a la Cancillería donde informaba sobre un posible envío de armas a Ecuador, que estaba en guerra con Perú.
Cuatro días después, despegó de Ezeiza el primero de los tres vuelos de Fine Air que transportaron a Guayaquil 5000 fusiles FAL y municiones. En la Justicia se presume que este material estaba destinado a Croacia y, por lo tanto, fue objeto de un desvío. En rigor, de un desvío de otro desvío, si se tiene en cuenta que el destino autorizado era Venezuela.
Desvío de información
El informe que el embajador Candiotti redactó en 1990 ya obraba en la causa del juez federal Jorge Urso. El diplomático lo ratificó al declarar como testigo anteayer.
En 1990, el canciller era Domingo Cavallo, pero las operaciones de armas comenzaron una vez que lo reemplazó Guido Di Tella.
El alerta de Candiotti fue en 1990, cuando empezó a tramitarse un decreto presidencial que autorizaba ventas de armas a Bolivia por 50 millones de dólares. El Presidente estampó su firma en 1992, pero a último momento Bolivia dio marcha atrás y el decreto no se ejecutó.
Candiotti informó que la modalidad de decretos ómnibus como el de Bolivia podía prestarse a triangulaciones. Su advertencia no llegó a destino. Otro desvío.
"A Candiotti no le hicieron caso -dijo ayer el diputado del Frepaso Horacio Viqueira- y lo apartaron de su función específica." Un desvío más.