El Gobierno insiste en traer a Antonini
Reclama otra vez que EE.UU. lo extradite; las autoridades norteamericanas dudan si hay garantías para entregarlo
Por canales reservados, el gobierno argentino insistió en las últimas semanas en su reclamo a la Casa Blanca para que le entregue al ciudadano estadounidense más incómodo de los últimos años: Guido Alejandro Antonini Wilson, según confirmó LA NACION de fuentes oficiales, diplomáticas y judiciales en ambos países.
La respuesta norteamericana desde que presentó su primer reclamo, en 2007, fue la misma: silencio. Que en la jerga diplomática es la forma más elegante de decir "no". Pero ahora, a casi tres años del escándalo que llevó las relaciones bilaterales hasta su punto más bajo desde el retorno de la democracia en 1983, algo podría cambiar, según reconstruyó LA NACION.
Un equipo del Departamento de Justicia norteamericano elabora por estos días un informe que remitirá al Departamento de Estado tras recibir el último pedido argentino en junio último, mientras Héctor Timerman pasaba de embajador ante la Casa Blanca a canciller, en pleno renacer de las sospechas sobre la existencia de una "diplomacia paralela" entre Caracas y Buenos Aires en manos del equipo del ministro Julio De Vido.
Con la firma de Thomas Black, del área de Asuntos Internacionales de la División Criminal del Departamento de Justicia, el informe incluirá sus recomendaciones sobre si conviene o no promover la extradición, algo que luego discutirán funcionarios de ambas agencias gubernamentales del gobierno de Barack Obama.
El reporte estaría listo para fines de este mes, luego de que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), entre otras áreas, aporte su visión sobre la situación actual del supuesto dueño de la valija con US$ 800.000 que se decomisó el 4 de agosto de 2007 en el aeroparque Jorge Newbery.
El propio Antonini dejó en claro su negativa ante la posibilidad de viajar a Buenos Aires. Dijo que quiere ofrecer su testimonio al juez en lo Penal Económico Daniel Petrone, pero sin salir de Estados Unidos.
Por estas horas, el análisis dentro del gobierno estadounidense se centra en varias preguntas sensibles. Entre otras, si la justicia argentina ofrece las suficientes garantías de imparcialidad para juzgar a Antonini, venezolano de nacimiento, pero estadounidense por su madre, al que los poderes Ejecutivo y Legislativo argentinos acusaron de ser un agente de inteligencia y protagonista de una "operación basura".
Esa primera incógnita se extiende, además, sobre el Poder Judicial argentino. Se apoya en la influencia -o incluso "control", como denuncia la oposición local- que el kirchnerismo muestra sobre los jueces desde el Consejo de la Magistratura.
Oficialmente, sin embargo, el gobierno de Estados Unidos optó por mantenerse en silencio ante las múltiples consultas de LA NACION.
Por canales extraoficiales, en cambio, trascendió otro eje de preocupación para las autoridades norteamericanas. Se centra en su seguridad física. ¿Podría ocurrirle algo a Antonini si se lo extraditara a Buenos Aires? Y más complejo aún: ¿podría el compañero de vuelo del entonces embajador "paralelo" Claudio Uberti ser remitido luego desde la Argentina a la Venezuela de Hugo Chávez, enemigo acérrimo de la Casa Blanca?
Hasta ahora, la justicia venezolana jamás colaboró con el juez Petrone. Ni respondió a sus varios pedidos de información, ni detalló jamás el paradero de dos protagonistas centrales de esta historia: Daniel Uzcátegui, pasajero de aquel vuelo, y su padre, Diego, vicepresidente de la petrolera estatal venezolana Pdvsa.
La actuación del Poder Judicial bolivariano muestra movimientos llamativos. Avanzó contra Antonini y los dos venezolanos que se declararon culpables antes del juicio en Florida, Moisés Maiónica y Carlos Kauffmann, pero no contra los Uzcátegui ni contra el único que peleó su inocencia ante la Corte de Miami hasta ser hallado culpable, Franklin Durán.
La fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, llegó a criticar la investigación estadounidense: "Eso no es un juicio, sino parte de una campaña orientada a desprestigiar al Estado venezolano".
Las autoridades estadounidenses tampoco prestaron demasiada colaboración con la justicia local. Hasta ahora, sólo enviaron las transcripciones de las audiencias del juicio oral que se celebró en Miami a fines de 2008. El fiscal Thomas Mulvihill informó que Kauffmann, Maiónica y Durán no desean declarar ante el juez Petrone, mientras que el FBI tampoco envió copias de más de un centenar de grabaciones que continúan clasificadas.
Eso, sin embargo, podría cambiar. El Departamento de Justicia evalúa en estos días enviar esas grabaciones, así como información sobre los ingresos y las salidas de dinero de las cuentas bancarias de Antonini.
QUE ES DE LA VIDA DE LOS PROTAGONISTAS PRINCIPALES
CLAUDIO UBERTI
Ex jefe del OCCOVI
De extremo bajo perfil, mantiene sus frecuentes viajes relámpago al exterior y denunció por falso testimonio al ex embajador Sadous.
FRANKLIN DURAN
Empresario venezolano
Ex amigo y compadre de Antonini, fue el único que defendió su inocencia hasta el juicio; seguirá en la cárcel hasta mayo de 2011.
VICTORIA BEREZIUK
Ex secretaria de Uberti
Posó como enfermera para una revista que promueve la marihuana; tras romper con su abogado defensor, salió con un rockero.
CARLOS KAUFFMAN
Empresario venezolano
Tras ser liberado de prisión, el empresario venezolano continúa en Florida, donde corre carreras con un Porsche.
MARIA LUJAN TELPUK
Ex agente de la PSA
Fue quien descubrió la maleta. Tras renunciar a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), modeló para Playboy y actúa como vedette.
MOISES MAIONICA
Abogado venezolano
También liberado, aumentó su religiosidad y procura ir a misa todos los días junto a su familia en el norte de Miami, donde vive.
GUIDO ALEJANDRO ANTONINI WILSON
Empresario venezolano
Continúa en Key Biscayne junto a su familia, libre, pero sin poder salir de Estados Unidos. La Argentina pide su extradición: la Justicia lo considera técnicamente un prófugo. Después del escándalo, colaboró con el FBI y su acción derivó en la captura de un grupo de empresarios venezolanos, acusados de hacer espionaje.