El Gobierno intenta mediar para que Carrió frene su embestida y calmar la interna política
La reunión, bien temprano por la mañana, estaba prevista de antemano. Pero el jefe de Gabinete, Marcos Peña , y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio , se reunieron ayer con los diputados que responden a Elisa Carrió para intentar bajar el tono de la discusión, luego de que la volcánica líder de la CC-ARI amenazara con iniciarle juicio político al ministro de Justicia, Germán Garavano , quien había declarado que "le hace mal al país" el recurso de detención preventiva de los expresidentes. Justo en momentos en que Cristina Kirchner afronta un cúmulo de causas judiciales desde su banca en el Senado.
La reunión matutina fue confirmada a LA NACION por fuentes del Gobierno y diputados de la CC-ARI (Carrió no estuvo presente). El propio Garavano apuntó en los pasillos de la Casa Rosada que "el jefe de Gabinete se reunió con la gente de la CC" luego de la reunión de gabinete encabezada por el presidente Mauricio Macri .
Además de Peña y Frigerio, participaron de la reunión los diputados "lilitos" Paula Oliveto, Juan López, Lucila Lehmann, Héctor "Toty" Flores, Orieta Vera, Javier Campos, Leonor Martínez Villada y Alicia Terada.
"El jefe de Gabinete escuchó con respeto nuestros planteos", dijo una de las espadas legislativas de Carrió. A pesar de los intentos de apaciguamiento, la propia líder de la CC-ARI ratificó un rato después a través de un texto en las redes sociales que impulsará el juicio político del ministro, castigó a la UCR sin hacer nombres y apeló al Presidente. "No volvamos al pasado", le reclamó en aquel texto.
En la Casa Rosada, la sensación era de perplejidad. "No tenemos paz", se quejaba un funcionario con flamante despacho. "En cualquier momento me sacude a mí", bromeaba otro alto funcionario, quien recordaba que el presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó , y el ministro de Producción, Dante Sica , fueron dos de los últimos oficialistas en recibir fulminantes ataques mediáticos de la diputada.
Tal vez por esa razón, en el oficialismo decidieron no contestar de manera directa y afirmar que no harán "nada" para frenar a Carrió. El propio Garavano enfrentó a los periodistas con tono distendido y tratando de relativizar el conflicto, que coincidió con una nueva suba del dólar y la absolución del expresidente Carlos Menem en la causa por tráfico de armas en la que estaba condenado.
"Lamento la situación suscitada, vamos a seguir trabajando fuertemente en los objetivos comunes con la CC-ARI y la diputada Carrió, la lucha contra la corrupción y la impunidad, ningún otro gobierno ha hecho lo que hizo este para hacer frente a la impunidad", dijo Garavano a los periodistas después de la reunión de gabinete.
Sobre el punto que motivó el enojo de Carrió -su expresión sobre las detenciones de expresidentes-, Garavano expresó: "No hablo sobre casos concretos, he sido juez y fiscal y tengo esa limitación. Creo y repito que a los países les hace muy mal esta situación, como fue el caso de Brasil, en el que Lula fue condenado, pero recién luego de denegarle la apelación lo detienen", recordó.
En declaraciones a Radio El Destape, Garavano había afirmado: "Nunca es bueno y nunca puede ser bueno para un país que un expresidente este detenido y que se pida su detención".
Desde el Gobierno reiteraron que con esta frase "Garavano no está defendiendo a Cristina Kirchner. Lo planteó en términos generales, como reflexión hacia el futuro". Presidencia repartió fotografías de la reunión de gabinete en las que Garavano aparece junto a Peña, a su vez sentado al lado del Presidente.
¿Y si avanza el juicio político? "Es una facultad de la diputada, esta es una coalición con distintos actores y donde se respeta mucho el disenso. No vengo de la política y seguramente no siga haciendo política, he venido a hacer un aporte al país para consolidar un Poder Judicial independiente", se defendió el ministro. "No sentí las palabras de Garavano como una presión al Poder Judicial, como pudo haberlas sentido Carrió. Lo del ministro fue una opinión", sostuvo el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, quien prometió hablar con la diputada "en cuanto aparezca".
Más allá de las buenas intenciones, desde ambos sectores reconocen que la relación Carrió-Garavano parece destruida. "Me tiene alquilado", se descargó el ministro ante sus íntimos, y cerca suyo consideraron que la presencia misma de Peña y Frigerio en la reunión con los diputados era un símbolo del apoyo presidencial.
Desde la CC-ARI no bajaron la guardia y redoblaron la apuesta. "No nos vamos de Cambiemos, pero el juicio político sigue, sí o sí", insistieron cerca de Carrió, que tiene en la mira a Garavano desde hace mucho. La desaparición de la UFI-AMIA que encabezaba el radical Mario Cimadevilla e investigaba el atentado contra la mutual judía (decisión tomada por el ministro de Justicia) y el apartamiento allí de Mariana Stilman, una de sus abogadas de confianza, forman parte de la batería de recriminaciones de la diputada. Al igual, por cierto, que la "cercanía" que Carrió le atribuye a Garavano con otro de sus archienemigos dentro de Cambiemos: Daniel Angelici, el presidente de Boca Juniors y "operador judicial" en las sombras del gobierno de Macri.
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