El golpe a Weretilneck potencia al kirchnerismo
El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, tiene apenas 48 horas corridas, prorrogables por otras 48, para elegir a sus candidatos para reemplazarlo. Sin embargo, no parece urgido.
"Tenemos tiempo. No vamos a plantear nada que signifique modificar la fecha de la elección. No tenemos inconveniente en que se mantenga la fecha", dijo ayer pocas horas después de que la Corte Suprema volteara su posibilidad de competir por un tercer mandato como gobernador en Río Negro. Las elecciones están previstas para el 7 de abril, dentro de dos semanas.
La falta de apuro tiene explicación. Aunque está muy molesto con el fallo de la Corte, Weretilneck está decidido a impulsar la candidatura de una funcionaria de su máxima confianza: su ministra de Turismo, Arabella Carreras. La intención de Weretilneck es obvia: controlar muy de cerca el tablero de la administración provincial, tener el poder en las sombras. De hecho, Carreras lo anunciaría como jefe de gabinete de un eventual gobierno suyo.
Las candidaturas terminaban de definirse anoche en una reunión en Cipolletti. La incógnita es cuánto de la intención de voto que hoy tiene el gobernador, y que lo ubica ganador, derramará en la fórmula que finalmente se elija.
Es justamente a partir del cambio obligado de adversario que podrían aumentar las chances del kirchnerista Martín Soria. El intendente de General Roca impulsó uno de los planteos judiciales contra la candidatura de Weretilneck, que ayer lo eligió como uno de los blancos de sus críticas.
El gobernador habló de un acuerdo entre Soria y la radical Lorena Matzen, candidata de Cambiemos, para "proscribirlo" y para permitir que la Corte se "inmiscuyera" en asuntos de la provincia.
"No vamos a permitir que Río Negro caiga en manos de la política nacional", disparó Weretilneck.
No se detuvo allí. "Que dirigentes provinciales se pongan en manos de la política y la Justicia nacionales es peligroso", dijo. Y aprovechó para iniciar la "nueva" campaña. "La única expresión auténticamente rionegrina, que no tiene ataduras nacionales, es la de Juntos Somos Río Negro", cerró.
Consumado el fallo de la Corte, Soria se ilusiona con quedarse con la gobernación, que sería una suerte de "ofrenda" a Cristina Kirchner, su jefa política.
De hecho, a partir del cambio de escenario que impuso la sentencia de la Corte, Cristina estará muy atenta a lo que pase en las próximas horas.
Un triunfo de Soria serviría para dejar atrás el trago amargo de Neuquén y para reposicionar al kirchnerismo puro en la discusión por las candidaturas nacionales. Soria podría sumarse al club de kirchneristas que hoy gobiernan provincias y que a lo largo del año buscarán revalidar sus títulos: el formoseño Gildo Insfrán, el puntano Alberto Rodríguez Saá y la santacruceña Alicia Kirchner.
La reacción de Soria fue menos visceral. "El actual gobernador no podía ser candidato nuevamente y la Justicia así lo hizo saber. Que se impida violar la Constitución, que se haga cumplir la ley, esa es la buena noticia", escribió, cauto, en su cuenta de Twitter el dirigente kirchnerista.
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