El impacto de las medidas en el interior
Incertidumbre, disconformidad, incremento de las consultas en las entidades bancarias y una caída en la actividad en los comercios son algunos de los efectos que causó la entrada en vigor de las nuevas medidas económicas en el interior.
A cuatro días de haber sido anunciadas por el Poder Ejecutivo, en diversas ciudades hubo quejas coincidentes de los ahorristas, los pequeños comerciantes y los ciudadanos comunes.
En Córdoba, Chubut y Tierra del Fuego los bancos extendieron el horario de atención para satisfacer las demandas del público relacionadas, en su mayoría, con los pasos por seguir para abrir cajas de ahorro y para obtener tarjetas de débito. También abundaron las consultas sobre cómo hacer transferencias interbancarias.
En el Chaco se notó el incremento de transferencias electrónicas y el uso de los cheques propios de cada banco para que los clientes pudieran pagar sus obligaciones sin necesidad de extraer dinero de la manera más conveniente.
Problemas con los bonos
En provincias como Córdoba, La Rioja y Misiones hubo problemas con la circulación y aceptación entre los comerciantes de las Lecop (Letras de Cancelación de Obligaciones Provinciales), bonos para los que no corren las restricciones dispuestas para el dinero en efectivo.
La mayoría de las provincias registró en estos días una importante caída de la actividad comercial.
En Tucumán, la restricción monetaria impuesta por el gobierno nacional produjo una caída de las ventas comerciales de un 50 por ciento y una parálisis en el sector privado. Los comerciantes decidieron adaptarse lo antes posible al nuevo escenario económico. En este sentido, la demanda de los posnet (máquinas que se necesitan para poder operar con tarjetas de débito) se incrementó notablemente. Pero, por ahora, los comercios no están preparados para operar a través de esta alternativa.
"La instalación de la máquina lectora demanda una inversión de 70 pesos, que no estamos en condiciones de afrontar", manifestó la propietaria de una librería en Bahía Blanca.
Uno de los sectores que manifestó mayor incertidumbre en las provincias de San Luis y Formosa fue el de los trabajadores en negro: los amenaza la posibilidad del desempleo inmediato, ya que, en muchos casos, los empleadores no están en condiciones económicas de enfrentar un blanqueo de personal, y de trabajadores independientes.
La provincia de Santa Fe, en cambio, no registró mayores complicaciones, ya que sus 100 mil empleados públicos ya están bancarizados.
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