El kirchnerismo en pleno le hizo el vacío a Lorenzetti
Faltaron los legisladores y funcionarios invitados; se ahondan las diferencias políticas
La sala estaba llena, pero el primer banco, vacío. Ni la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó; ni la defensora general, Stella Maris Martínez; ni el ministro de Justicia, Julio Alak, ni su segundo, Julián Álvarez. A último momento desertaron todos.
Cada apertura del año judicial, procurador y defensor general, y ministro de Justicia suelen asistir, siguiendo el protocolo, a escuchar el discurso del presidente de la Corte. Este año, pese a que se celebraba además el 150° aniversario del tribunal, ninguno fue.
"Estábamos con muchas cosas. Como era un acto importante, la procuradora le pidió a la fiscal ante la Corte que fuera ella", dijo a LA NACION un vocero de Gils Carbó. Ella es una de las cabezas del movimiento Justicia Legítima, que denuncia que la Justicia es corporativa. Anteayer, ella dijo a LA NACION que es además "ilegítima, oscurantista y de lobbies aceitados". Ningún esfuerzo hizo la jefa de los fiscales por dejar a la Corte fuera de esa definición. Más llamativa fue la ausencia de la defensora general, de perfil más moderado. A las 11.30, con el acto empezado, un asesor suyo la buscaba desconcertado. Hasta la noche anterior, iba.
Prueba fehaciente de que las ausencias sorprendieron a la propia Corte era el discurso original que tenía escrito Lorenzetti. "También agradecemos la presencia de representantes del Poder Ejecutivo, así como la de legisladores y políticos del oficialismo y la oposición", decía. Sobre la marcha, lo cambió por un agradecimiento "especial" a los legisladores "de todos los sectores" que asistieron, incluso los que pasaron a saludar y se fueron al Congreso. Ninguno de ellos kirchnerista.
De los nueve diputados y senadores del oficialismo que habían sido especialmente invitados no fue ninguno. La lista original de Ceremonial de la Corte incluía a Agustín Rossi, Diana Conti, Aníbal Fernández, Julián Domínguez, Miguel Pichetto, Carlos Kunkel, Luis Cigogna, Oscar Albrieu y Daniel Filmus. "No pude. Estuvimos todo el día trabajando en la reunión de comisión [por el tema AMIA]", dijo Kunkel. Pero ironizó: "Supongo que el presidente de la Corte, preocupado por las tragedias, se habrá explayado sobre el expediente de la voladura de la embajada, que tienen hace 20 años".
Ricardo Lorenzetti había apostado a celebrar un acto de gran brillo institucional, con variopintos representantes de la Justicia, la política y la sociedad civil. En buena medida lo logró. Hubo personalidades ajenas al Poder Judicial, como Juan Carr, Nora Cortiñas y Adolfo Pérez Esquivel. También, muchos jueces de todo el país, de todas las instancias y los fueros; y los presidentes de las principales asociaciones de magistrados. No, en cambio, la mayoría de quienes integran Justicia Legítima, que se reunirá hoy y mañana en la Biblioteca Nacional.
"Adelantaron la apertura del año judicial por nuestra reunión", se quejó uno de los ausentes a LA NACION. Según él, no había por qué ir a "hacerle el circo" a Lorenzetti.
"Lo que más daña a un país son la corrupción y los conflictos con la Justicia", afirmó a el presidente de la Auditoría General de la Nación (AGN), Leandro Despouy, cuando salía, entre apretones, de la Sala de Audiencias al Patio de Honor. "El discurso de Lorenzetti confirma que lo más acertado de Kirchner fue elegir a personas independientes en la Corte para desempeñar sus cargos con independencia. Ahora, hay que permitírselo", dijo.
Pasos atrás, salía Franco Picardi, subsecretario de Relaciones con el Poder Judicial. "Vine yo", dijo cuando LA NACION le preguntó por las ausencias de representantes del Gobierno. Mucho más cómodo se lo veía al ministro de Justicia porteño, Guillermo Montenegro, que se reencontró con sus ex compañeros, los jueces federales de Comodoro Py.
Lorenzetti nada dijo de quienes no asistieron ni de las críticas del kirchnerismo a la Justicia. "Nuestra misión no es dejar un registro para las crónicas policiales de peleas entre vecinos; es dejar un registro para la historia", dijo, en un discurso que -advirtió- había "consensuado" con todos sus colegas del tribunal. Una aclaración inusual. Sentados en el estrado, detrás del púlpito, estaban los otros seis ministros de la Corte.
En tiempos en que el kirchnerismo reclama "democratizar la Justicia", Lorenzetti dijo que la Corte no era "conservadora", sino "activa y progresista"; que dejó de ser "un lugar para pocos"; que cambió más en los últimos cinco años que en toda su historia, y que se convirtió en un lugar "donde se expanden derechos".
Entre sus respuestas veladas, habló incluso de su historia y recordó el "enorme esfuerzo" que hicieron, para que él estudiara, sus padres: "Un empleado de comercio y una maestra". Fue un mensaje inequívoco para quienes critican a la Justicia por "aristocrática".
El juez Hornos, designado en un cargo clave
El juez Gustavo M. Hornos fue elegido titular de la Junta de Presidentes de Cámaras Federales y Nacionales del país. De esa manera, el actual presidente de la Cámara Federal de Casación Penal conducirá este organismo institucional de gran importancia, en el que está representada prácticamente la totalidad del Poder Judicial de la Nación. Entre sus propósitos está el de coordinar una acción conjunta para procurar la mayor eficiencia en el cumplimiento de los fines que la Constitución Nacional pone en cabeza del Poder Judicial, mediante la adopción de las políticas de Estado necesarias.
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