El macrismo subraya que no se puede comparar
Se sabe que las comparaciones son odiosas. Y para el macrismo la comparación entre el caso de su jefe, procesado por escuchas ilegales desde 2010, y el flamante procesamiento de Amado Boudou es una molesta espina que debe sacarse lo más rápidamente posible.
Por eso, y durante todo el fin de semana, dirigentes de la primera plana de Pro de Mauricio intercambiaron llamadas para consensuar una respuesta en común. El objetivo: desvirtuar los argumentos del kirchnerismo , que insiste en definir como similares las situaciones judiciales que viven el jefe de gobierno y el vicepresidente.
"A Mauricio lo procesa Norberto Oyarbide, probablemente el juez más cuestionado en la historia del Poder Judicial", escribió la senadora Gabriela Michetti en la red social Facebook. "Al vicepresidente, en cambio, lo procesa Ariel Lijo, sobre el cual no pesan ni decenas de acusaciones en el Consejo ni la desaprobación generalizada de la ciudadanía", agregó la senadora.
Para la diputada Patricia Bullrich (Unión-Pro), otra diferencia es la actitud que ambos tomaron a partir de las acusaciones de la Justicia. "La reacción fue totalmente distinta. Mientras el Gobierno lo protegió y lo protege al vice, Macri habilitó la comisión investigadora en la Legislatura", dijo a LA NACION la diputada, coautora del primer pedido de juicio político contra Boudou en la Cámara baja.
Para Michetti, también para Bullrich y los diputados Federico Pinedo y Laura Alonso, el juicio político sería la manera de resolver la situación del vicepresidente, aunque los votos con los que cuenta la oposición son insuficientes. "Vamos a insistir en el juicio más que nunca. Si no tiene nada que esconder, que les responsa a los diputados", desafió la diputada Bullrich.
Hasta hace poco, Macri sostenía que era "la Justicia" la que debía decidir el futuro del vicepresidente. Las comparaciones del kirchnerismo motivaron el cambio.
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