El Mundial obligó a madrugar a los diputados
La breve sesión se hizo de 10.50 a 13
Convocados a una sesión matutina que duró desde las 10.50 hasta las 13, los diputados se reunieron ayer en un horario inusual para poder mirar tranquilos el partido del seleccionado.
La Cámara baja aprobó y giró al Senado (con 166 votos en favor y una abstención) el proyecto que reglamenta la convención que limita el uso de armas químicas, ratificada por nuestro país en 1995.
La iniciativa, elaborada por Jorge Argüello (FV-Capital), prohíbe "la producción, adquisición, almacenamiento, conservación o empleo de sustancias químicas", salvo que se realice para fines de investigación, médicos, farmacéuticos o de protección. El proyecto, en consonancia con el reclamo internacional de lucha contra el terrorismo, contempla penas de entre 3 y 15 años de prisión para quienes quebranten la ley y multas de 5000 a un millón de pesos para los infractores.
"Me apuro, porque veo que hoy la síntesis está más a la orden del día que nunca", ironizó el diputado de izquierda Carlos Tinnirello, rondando los 20 minutos de discurso.
Un poco por la insistencia del oficialismo para aprobar el proyecto y otro poco para evitar críticas, los diputados sesionaron, contra todos los pronósticos, el día en que jugaba la Argentina. Pero ninguno de los otros oradores habló más de cinco minutos.
"Crea un marco legal en perfecta sintonía con la convención", opinó Argüello. "Es un nuevo aporte de la Argentina para la paz del mundo", lo acompañó Jorge Villaverde (Peronista Federal-Buenos Aires), titular de la Comisión de Defensa. El radical Oscar Aguad (Córdoba) elogió que el tema sea desde ahora competencia de la justicia federal y consideró que "la escala de penas es atinada".
Aunque aprobó el proyecto en general, la diputada Nora Ginzburg (Pro-Capital) insistió sin éxito en que la pena mínima fuera de 5 años para convertir el delito en no excarcelable.
La única modificación que se votó fue la eliminación del artículo que establecía que "personas físicas o jurídicas" pudieran manipular armas químicas para la represión de disturbios, en ciertas condiciones. En una hora, la norma, demorada más de una década, fue aprobada. Luego, con la misma celeridad, los legisladores homenajearon a Jorge Luis Borges, Manuel Belgrano y Ricardo Güiraldes.
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