El Presidente se reunió con los familiares de López
Recibió a la mujer y a los hijos del testigo desaparecido; mañana brindarán una conferencia de prensa para precisar el estado de la investigación
En una de sus últimas actividades como presidente, Néstor Kirchner se reunió pasadas las 19 con los familiares de Julio López, el testigo clave del juicio contra el represor Miguel Etchecolatz que está desaparecido desde hace poco más de 14 meses.
El jefe del Estado recibió en su despacho de la Casa Rosada a la mujer del albañil, Irene Savegnago, y a sus dos hijos, Rubén y Gustavo. También asistió al encuentro el abogado que patrocina a la familia, Alfredo Gascón.
El letrado fue quien informó que mañana se brindará una conferencia de prensa para precisar el estado de la investigación. "Fue una reunión muy amena y mañana informaremos como siempre", recalcó Gascón ante la requisitoria de los periodistas en las puertas de la explanada principal de Casa de Gobierno.
El presidente Kirchner mantuvo la reunión junto al ministro del Interior, Aníbal Fernández y quien lo reemplazará en el cargo, Florencio Randazzo, donde se abordaron las instancias de la investigación para dar con el paradero del albañil que testificó contra el represor Miguel Etchecolatz.
Jorge Julio López, de 77 años, desapareció el 18 de septiembre de 2006, en la localidad platense de Los Hornos, el día que iba a presenciar los alegatos del juicio en el que el Tribunal Oral Federal condenó al represor Miguel Etchecolatz a la pena de reclusión perpetua.
La semana pasada, el ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanián, reconoció que la desaparición de López implica una "gran frustración" pero estimó que este déficit "se ha compensado con un extraordinario grado de avance en aspectos muy importantes de la investigación".
La de esta tarde fue la segunda reunión de Kirchner con los López, que en estos meses tuvieron un contacto mínimo con la prensa y, en cambio, apelaron a cartas abiertas para comunicarse con la sociedad y con el Presidente.
La desaparición. Julio López tenía 77 años cuando fue visto por última vez el 18 de septiembre del año pasado en el barrio Los Hornos de La Plata. Era lunes y había coordinado con su hijo Rubén encontrarse en el Palacio Municipal platense donde se desarrollaba el juicio contra Etchecolatz y donde se iban a leer los alegatos. Nunca llegó a la cita.
Su desaparición fue un golpe directo al gobierno de Kirchner y, en particular, a uno de los baluartes de su gestión: la política de derechos humanos.
El testimonio de López fue clave para que el tribunal federal 1 de La Plata condenara a Etchecolatz, ex jefe de Investigaciones de la policía bonaerense, a prisión perpetua pocos días después de que desapareciera el albañil.
Sin indicios. La investigación sobre su paradero, que lleva adelante el juez federal platense Arnaldo Corazza, registró en estos meses avances casi nulos. Pese a la cantidad de allanamientos realizados en distintos puntos del país y a que el gobierno de Felipe Solá ofrece una recompensa de un millón de pesos, no hay pistas firmes de qué pudo haber ocurrido con López.
En el último tiempo, la atención de la justicia volvió a centrarse en el Penal de Marcos Paz, donde está detenido Etchecolatz y en el entorno del ex policía.
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