El radicalismo cordobés, peor que nunca
CORDOBA.- El radicalismo cordobés padece las penurias más serias que se recuerden en mucho tiempo. Lo peor es que así como Eduardo Angeloz supiera acuñar la frase de que "Córdoba es el rostro anticipado del país", muchos presienten que son más bien altas que bajas las posibilidades de que el pobrísimo resultado del domingo último se repita el 14 de octubre en el país.
Los radicales tiemblan con sólo pensar que les pueda suceder lo mismo que a los correligionarios mediterráneos. La boleta de convencionales constituyentes de la UCR de Córdoba fue elegida por apenas el 23 por ciento de los votantes.
Los archivos meticulosos del profesor Efraín U. Bischoff -uno de los más renombrados historiadores de Córdoba- no registran un porcentaje tan bajo en todo el siglo XX, a excepción del año 1952, en las épocas de la hegemonía de Juan Domingo Perón, o la división en UCRI y UCRP en los 50 y los 60. Tampoco cuando el papelón electoral de Horacio Massaccesi en 1995, que se compensó con la victoria de Ramón Mestre para la gobernación.
Ayer, nadie cargaba con la mochila de la derrota. Miguel Nicolás, el presidente del comité provincial, admitía que le cabía a la conducción la responsabilidad del fracaso, pero le encontraba diversos atenuantes: se trató de una "elección atípica", hubo "falta de participación", "De la Sota sacó 100.000 votos menos que cuando fue elegido gobernador".
Además, en el radicalismo "nos estamos preparando para revertir" los números el 14 de octubre, cuando se voten diputados y senadores nacionales y posiblemente -conforme pretende el gobernador De la Sota- los 70 legisladores integrantes de la nueva Legislatura unicameral.
Es el discurso de siempre desde 1998, cuando el justicialismo le arrebató 15 años de gobernación al radicalismo. Todavía no ha terminado de procesar la derrota ni se ha replanteado cambiar el rostro a esta etapa histórica signada por los reveses.
Para colmo, la elección del domingo fue un proyecto que motorizaron en la Legislatura Nicolás y Martín Ambort, de la bancada radical de senadores. Son incondicionales de Mestre y no pudieron haber jugado tal apuesta sin su consentimiento.
Casi no hubo campaña electoral. El domingo hubo escuelas donde no apareció ni un solo fiscal radical, la mayor evidencia de la desmovilización partidaria. En los días previos, jamás aparecieron para apoyar la lista de candidatos y enfrentar la figura de De la Sota, los jefes de las corrientes integradas en el bloque que domina la conducción de la UCR: Mestre, Angeloz; el titular de la SIDE, Carlos Becerra, y Rubén Martí, ahora es la esperanza de la recuperación, pues encabeza la lista para senador nacional. Es el radical que en el último tiempo quedó mejor posicionado. Habrá que ver si le alcanza.
La oposición al oficialismo de la UCR, encabezada por el diputado nacional Mario Negri, apuntó los cañones hacia aquél. "De esta derrota catastrófica hay responsables y deben hacerse cargo: son el presidente del partido y quienes lo avalan, entre ellos, el principal es Mestre", disparó.
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