El radicalismo intentará lograr una recuperación del partido
Procurará aumentar el caudal de votos en la Capital, Buenos Aires y seis provincias
Los 46 diputados y 20 senadores nacionales, que la convierten en la primera minoría parlamentaria, y los más de 500 intendentes que tiene la UCR en todo el país no alcanzan.
Para poder exhibir una recuperación partidaria con proyección nacional el radicalismo necesita votos, sobre todo en la Capital y la provincia de Buenos Aires, además de un buen desempeño en las seis provincias que gobierna.
Desde hace tiempo, la debacle del radicalismo porteño y bonaerense -un espejo que mira todo el país-, combinada con la falta de un liderazgo nacional, boicotea cualquier victoria que la UCR pueda obtener en el resto de los distritos. Los propios dirigentes admiten que se trata casi de dos radicalismos distintos.
En la Capital, sigue el fantasma del 2% de los votos que Cristián Caram sacó en 2003, como candidato a jefe de gobierno, cuando todavía sonaba el ruido de las cacerolas del fin del gobierno de Fernando de la Rúa.
Los radicales porteños creen que esa fue la peor elección de su historia, y esperan que esta vez Facundo Suárez Lastra duplique esa cifra y alcance el 6% que le aseguraría una banca, en reemplazo de los dos diputados que se renuevan por la Capital. Un objetivo bien modesto (aunque todavía no saben si lo podrán concretar) si se tiene en cuenta que la UCR había ganado 7 de las 11 elecciones que tuvo la ciudad desde el retorno de la democracia.
"El nuestro es un proyecto de recuperación partidaria de mediano plazo", explicó Jesús Rodríguez, presidente de la UCR porteña.
En la provincia de Buenos Aires, el partido no llegó a tener una caída tan estrepitosa. Lo salvaron los sorpresivos 9 puntos que Margarita Stolbizer obtuvo en las elecciones para gobernador en 2003. Pocos esperaban ese resultado, cuatro meses después de que Leopoldo Moreau sacara un catastrófico 2% en los comicios presidenciales.
Después de un ruidoso enfrentamiento entre el alfonsinismo y Stolbizer, esta vez el candidato bonaerense es Luis Brandoni, el elegido de Raúl Alfonsín. El actor tiene el desafío de superar el porcentaje de votos de Stolbizer.
"Vamos a sorprender a varios en esta elección", anticipó el actor a LA NACION, consciente de que quedar por debajo de Ricardo López Murphy (Pro) o Marta Maffei (ARI) -como pronostican algunas encuestas- sería un golpe duro para el orgullo de la UCR bonaerense, que desde hace 18 años es la segunda fuerza en la provincia, detrás del PJ.
Otro país
En el interior, la situación es muy diferente. La UCR tuvo un año de triunfos: los comicios legislativos en Catamarca y las elecciones para gobernador de Santiago del Estero y Corrientes.
A nadie se le escapa, sin embargo, que en esos casos la UCR incluyó a kirchneristas en sus listas o tuvo un solapado apoyo del Presidente. Justamente, la cercanía de varios gobernadores con la Casa Rosada es el principal escollo que la UCR encontró este año para marcar un perfil opositor.
"El acuerdo con sectores kirchneristas es mínimo, pero demuestra actitudes hegemónicas y extorsivas de Kirchner", atacó Angel Rozas, presidente de la UCR, que se enoja cuando se le menciona que la Casa Rosada intentará contar como aliados a los radicales que entren por Corrientes o Santiago del Estero, provincias de buena relación con el Presidente.
El tema ya trajo la primera dificultad para estos comicios: tras el pase del gobernador fueguino Jorge Colazo de la UCR al kirchnerismo, dos semanas atrás, el postulante radical Marcelo Morandi declinó su candidatura, y el partido no se presentará allí.
La UCR es la favorita en cinco de los seis distritos que gobierna: Mendoza, Chaco, Catamarca, Corrientes y Santiago del Estero. La mayor duda es Río Negro, donde el candidato del kirchnerismo, Julio Arriaga, le está dando un dolor de cabeza al oficialismo radical.
En la mayor parte de las demás provincias, la UCR seguramente seguirá como la primera minoría (y se mantendría como segunda fuerza en el Congreso), y en algunas pretende incluso revertir esa relación de fuerzas, por ejemplo en Santa Fe, donde va aliada al socialista Hermes Binner.
Los resultados de las urnas tendrán un peso crucial el mes próximo, cuando se elija nuevo presidente del partido. Por ahora, sólo Alfonsín y Stolbizer darán esa pelea. No se descarta que algún caudillo provincial se sume, envalentonado por los resultados de hoy.
lanacionar