El relato del primer piloto de Fine Air que avisó de los vuelos
Despido: Michaels se negó a comandar los traslados, le pasó la información a un ex oficial de la fuerza aérea peruana y perdió el trabajo.
Luis Guillermo Michaels, piloto de origen peruano, recuerda con mucha precisión el episodio por el cual Frank Fine, el dueño de una compañía aérea de carga, lo despidió de su trabajo, hace más de tres años.
Michaels era uno de los pilotos de confianza de Frank, como le decían los empleados de Fine Air al propietario de la empresa que opera en Miami con una docena de aviones de carga Douglas DC8, un hombre rudo que fue estibador en el puerto en Nueva York.
"Empaca tus cosas que te vas", le dijo por teléfono, a comienzos de febrero de 1995, el entonces jefe del departamento de itinerarios, Kevin Colbert, recordó Michaels en un diálogo telefónico desde Miami con La Nacion.
-¿A dónde voy?
- Vas a estar volando de Buenos Aires a Guayaquil, de Guayaquil a Caracas y de Caracas a Buenos Aires. Son quince vuelos.
-...pero eso es armas...
-Frank lo pidió.
-No podrá ser.
-Si no lo haces, tendrás que atenerte a las consecuencias.
Michaels dice que nadie debería extrañarse de su poder de deducción: "Soy piloto comercial desde 1970 y he volado aviones cargueros en toda Sudamérica, sé que entre Buenos Aires y Guayaquil no hay un tránsito que justifique 15 vuelos. Si a eso le sumamos que me llamó a mi casa el jefe del departamento de itinerarios invocando el nombre de Frank, y que Ecuador se encontraba en guerra con Perú... Era evidente".
El teléfono de su casa no tardó en volver a sonar. Era Charly South, director de operaciones de Fine Air y un amigo de Michaels, con quien solía jugar al golf los fines de semana.
-Este es un trabajo bien sensible, Frank pidió que tú te encargues, ¿quién le va a decir que no lo quieres hacer?
-Se lo tienen que decir. Estoy ofendido de que me hayan pedido esto. Yo nací en Perú. Esto para mí es un insulto.
-Si la guerra terminó...
-Esta mañana he visto en el Canal 41 (uno de los canales hispanos de Miami) que ayer hubo tres soldados peruanos muertos. No terminó.
¿No es extraño que Frank Fine haya pensado en un piloto de origen peruano para encargarle el transporte de armas argentinas al Ecuador? "Ellos no me veían como a un peruano. Yo era un hombre de confianza de Frank. Querían alguien que fuera bilingüe y con mucha experiencia. No podía ser un gringo, porque no hubiera sabido dar las respuestas correctas", respondió Michaels.
El aviso de Michaels
Fine Air volaba entonces, según el piloto, hasta cuatro veces por semana a Lima, con una licencia de la empresa peruana Export Air, a la que le alquilaba los aviones. "Frank estaba desesperado por entrar en el Ecuador, pero no le daban permiso. Debe de haber pensado que, si les hacía ese favor a los ecuatorianos, ya no le iban a poder negar la entrada, pero no entendió que ponía en riesgo su negocio con Perú, que le prohibió la entrada cuando estalló el escándalo por las armas", contó Michaels.
En febrero de 1995 tenía otra preocupación: "Quería bloquear la operación, pero no quería enfrentarme a Frank", sintetizó. Le pareció absurdo llamar a funcionarios del gobierno peruano. Pensó que, si lo atendían por teléfono, no darían crédito a su historia.
Entonces recordó a los ex oficiales de la fuerza aérea peruana que eran empleados de Export Air y estaban siendo entrenados por Fine Air en Miami. Primero se comunicó con un ex suboficial de la fuerza aérea peruana, el ingeniero de vuelo Vicente Rodríguez, con quien había trabajado en Lima. Rodríguez escuchó su historia una vez, y no volvió a responder sus llamadas.
El segundo intento fue con Juan Woll, otro ex oficial de la fuerza aérea peruana que se encontraba en Miami. Michaels y Woll sólo eran conocidos. "Noté que tenía dificultades para creerme", dijo el piloto.
Una madrugada, cuando Michaels regresaba de un vuelo, un mecánico de Fine Air lo recibió con una historia. Eduardo Encala, otro mecánico, había partido a Buenos Aires con el vuelo que pilotó el nicaragüense Adrián Moreira, "un buen soldado de Frank", y ya estaba de regreso, porque lo fletaron cuando alguien descubrió en Ezeiza que era peruano.
El primer vuelo, según Michaels, se retrasó porque Fine Air, que no tenía vuelos regulares a Buenos Aires, tuvo que tramitar permisos de sobrevuelo en Brasil, Paraguay, Bolivia y Uruguay para el DC8 matrícula N57 FB. N es la letra que distingue a los aviones matriculados en los Estados Unidos; 57, el número de la nave; F, por "Frank", y B, por "Barry", el hijo de Frank que figura como presidente de directorio de Fine Air desde que estalló el escándalo.
Frank se entera
El primer vuelo había partido de Buenos Aires el 16 de febrero. Michaels habló otra vez con Woll: "Le dije que, si querían un testigo, que lo buscaran a Encala". Para entonces, Woll ya le había transferido la información a Emilio Carrillo, otro ex comandante de la fuerza aérea peruana, que había trabajado con el jefe de la dirección de inteligencia. Carrillo habló con Encala.
Michaels le había pedido a Woll que mantuviera su nombre en reserva: "Esta conversación nunca tuvo lugar", lo tranquilizó. El piloto supo que le habían mentido cuando una fiscal peruana, a cargo de la investigación por el desvío de armas argentinas al Ecuador, lo citó a declarar en Lima.
Siguió trabajando en Fine Air, hasta que el abogado que la empresa había contratado en Lima tuvo acceso al expediente, con la declaración de Woll, la de Carrillo y la suya.
"Frank dio la orden de que me despidieran. Charly, que era mi amigo, no se atrevió; le dio la orden al jefe de pilotos, que me entregó una carta el 31 de julio de 1995", relató Michaels, quien estuvo un año desempleado, "porque llamaban a Fine Air para pedir mis referencias y perdía la oportunidad".
Ahora es piloto de Amerijet International, otra empresa de carga, está por cumplir 54 años y cree que, de no haber sido por su aviso, hubieran sido 15 y no tres los vuelos que partieron de Ezeiza con armas. "Quería impedir los vuelos, pero no tanto por patriotismo. No quería contribuir a la guerra entre dos países de América latina", concluyó Michaels.
Un militar refutó detalles del informe de Ossorio Arana
Ante el juez: el comodoro Martínez Villada, ex agregado aeronáutico, descalificó puntos del cable que envió el ex embajador en Lima.
El ex agregado aeronáutico en Lima comodoro Juan Tomás Martínez Villada refutó varios puntos del cablegrama que el 13 de febrero de 1995 envió a la Cancillería el entonces embajador en Perú, Arturo Ossorio Arana, advirtiendo sobre posibles embarques clandestinos de armas rumbo a Ecuador.
Los tres embarques aéreos se realizaron desde Ezeiza entre el 17 y el 22 de febrero. Hubo un cuarto, el 26, que partió vacío.
Martínez Villada declaró ayer en el juzgado de Jorge Urso, donde ahora se considera esencial el testimonio que Ossorio Arana prestará el lunes después de haber pedido una postergación, pues debía declarar anteayer.
El cable del embajador sostenía que el 12 de febrero de 1995 Martínez Villada ya había sido informado por Inteligencia del Perú sobre los posibles embarques.
Según fuentes judiciales, el aviador dijo que un oficial peruano se lo advirtió el 11 de febrero y que ese día él llamó a la Policía Aeronáutica de Ezeiza, donde le respondieron que no había ningún embarque a Ecuador.
El segundo aviso, agregó Martínez Villada, lo recibió del jefe de Inteligencia del Ejército peruano, como consigna el cable de Ossorio Arana, pero aclaró que eso ocurrió el 16 de febrero, y que entonces se comunicó con sus mandos de la fuerza en Buenos Aires. Esto coincidiría en términos generales con lo declarado por otros jefes aeronáuticos en el inicio de la causa, en marzo de 1995.
Martínez Villada explicó también que hace diez días, al ver el facsímil del cablegrama en los diarios, se enteró de que el entonces agregado militar argentino en Lima, coronel Rodolfo Aguilar, poseía la misma información de la inteligencia peruana.
Aguilar murió el 8 de octubre de 1996 con otros oficiales al estrellarse en Palermo un helicóptero del Ejército.
El cable de Ossorio Arana resulta importante para Oscar Camilión, ex ministro de Defensa procesado en la causa, pues estaba dirigido a Guido Di Tella y a otras áreas de la Cancillería cuatro días antes de los embarques.
Martínez Villada destacó el impacto negativo que sufrió la imagen de nuestro país en Perú cuando se conoció el contrabando que beneficiaba a Ecuador durante la guerra entre ambos países.