El vicepresidente prefirió los autos y mantiene el silencio
Visitó Mar de Ajó para el lanzamiento de Automovilismo para Todos
MAR DE AJO.- Los organizadores se lo habían imaginado al lado de la pista, en el momento de la largada. O caminando por los boxes. Pero esquivó el contacto con la gente. Llegó tarde, dos minutos antes de la luz verde que habilitó aceleradores a fondo para los competidores. Con la recta principal a 20 metros, Amado Boudou prefirió seguir por televisión y desde el motor home de Oscar Aventín, titular de la Asociación de Corredores de Turismo Carretera (ACTC,) la primera cita del año de la categoría más popular del automovilismo argentino.
Justo cuando está en la mira por la investigación que se abrió sobre algunos de sus allegados que están al frente de la ex imprenta Ciccone, el vicepresidente continuó su gira por destinos del interior y siguió de cerca esta fecha inaugural del TC, que marcó también el debut de Automovilismo para Todos, el plan del Gobierno que, al igual que ya hizo con el fútbol, permite la transmisión de estos espectáculos por la televisión pública. "Logramos que el TC también llegue a todo el pueblo", dijo Boudou, mientras caminaba hacia el podio para ver el final de la carrera que disfrutó por partida doble: ganó un Ford, su escudería preferida, y un marplatense como él, Lionel Ugalde.
La presencia del gobierno nacional no pasaba desapercibida en el lugar. Decenas de móviles y promotores de la Agencia Nacional de Seguridad Vial teñían de naranja el acceso. Y tres vehículos del Ministerio del Interior permitían gestionar allí mismo el documento nacional de identidad (DNI). Uno y otro organismo se encargaron de que haya merchandising oficial para todos.
Se especulaba también con la asistencia del ministro del Interior, Florencio Randazzo. Pero la representación oficial quedó limitada a la presencia de Boudou. Con jeans y campera de cuero negra con vivos blancos, el ex ministro de Economía de la Nación se mostró distendido y por momentos muy sonriente. Su visita, de todos modos, trascendió más por TV y radios y pasó casi desapercibida para la mayoría de los presentes en el autódromo. El área en la que se movió estaba limitada a prensa y gente de la ACTC. Por eso su aparición en el podio fue toda una sorpresa para quienes, al término de la competencia, se acercaron hasta el lugar.
Boudou, que anteayer estuvo en Corrientes y en San Juan, aterrizó al mediodía, junto con su comitiva, en el aeródromo de Santa Teresita. Allí lo esperaba el intendente local, Juan Pablo de Jesús, hijo de Juan, el hombre con el que en 2003 se inició en la función pública en el Partido de la Costa, antes de llegar a la Anses. Aquí recuerdan su cuestionada participación en la administración de fondos de un plan de viviendas que no llegó a cristalizar y que poco se investigó, ya que el Concejo Deliberante archivó el caso.
Al autódromo Luis Rubén Di Palma llegó en una combi, que estacionó junto al trailer Open Range, donde Aventín lo esperaba con mate, algunos allegados y una pantalla donde seguir la carrera que ya se ponía en marcha.
Boudou sólo se cruzó con la prensa un minuto en los 50 metros que separaban ese motor home del podio. Allí sólo habló de las bondades de Automovilismo para Todos, elogió la organización y el acuerdo del Gobierno con la ACTC y destacó a los gobernadores de provincias que "preparan sus autódromos para recibir a esta categoría". Y cuando se intentó consultarlo sobre política, cortó el diálogo con uno de sus latiguillos preferidos: "Clarín miente", dijo.
Las últimas tres vueltas de la carrera las siguió desde el podio. Con tres aplausos saludó el último paso del Ugalde, el triunfador de la tarde. Y tensó su sonrisa cuando un fanático de Ford le reclamó sin vueltas: "Boudou, acordate de la gente", fue el primer grito. Y el segundo aclaró el pedido: "Pagamos 180 mangos para estar acá, se les va la mano", planteó el simpatizante del TC.
El vicepresidente relajó y lanzó más promesas. "Ya logramos el Automovilismo para Todos, el año que viene van a pagar menos", se comprometió desde lo alto del podio y ante una multitud que lo escuchaba. "Entradas a 50 pesos, Boudou", insistió el muchacho con un pulgar en alto. El vicepresidente respondió con idéntico gesto, abrazó y felicitó al trío de punta y se despidió. La salida fue fugaz y en silencio.
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