Elisa Carrió: "Emilio Monzó me ignora, no existo para él"
"Nunca me pongo furiosa, lo mío es estrategia", dice Elisa Carrió sin dudar. Del otro lado del teléfono, y desde Capilla del Señor, antes de iniciar el viaje hacia la quinta presidencial de Olivos, donde esta tarde se reunió con Mauricio Macri, la líder de CC-ARI interpretó en diálogo con LA NACION aquellos momentos de tensión, en plena sesión de la Cámara de Diputados, en los que amenazó con "romper".
Rompería, dice, el interbloque Cambiemos, pero nunca su relación con el Presidente, con quien sostiene una relación "óptima". Su enojo se centró en el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, que paradójicamente parece haber encontrado otro rival interno semanas después de haber reingresado a la mesa chica política del Gobierno.
"Mauricio me llamó ayer porque estaba preocupado. Le dije que el problema no era con él ni con Peña, sino con Monzó, que me ignora, es como que no me ve ni me escucha, una verdadera falta de respeto", sostuvo la líder de la CC-ARI y fundadora de Cambiemos.
Su reunión de hoy con el Presidente, dijo, estaba pautada desde hace un mes y tiene como tema principal "el desarrollo productivo", aunque pocos creen que sólo hablen de eso en tiempos de turbulencia financiera y ruidos políticos.
El enojo -eso sí lo reconoce- le surgió al final de la megasesión del miércoles, cuando intentó decir unas palabras y el kirchnerismo empezó a silbarla. Monzó, interpreta, no pidió silencio ni la defendió. "A lo mejor rompo el interbloque y armo un bloque yo sola así me dan la palabra", amenazó. Durante la sesión, incluso, le pidió al ex ministro de Gobierno de Macri que "la mire".
-¿Y hablaron esto con Monzó?
-Varias veces, pero no hubo caso.
-¿Y por qué Monzó no le daría la palabra?
-No lo sé, no tengo idea -responde la diputada, que sí reivindica su rol durante la sesión en la que los diputados aprobaron la despenalización del aborto.
"Me dediqué toda la noche a preservar la unidad de Cambiemos, porque Pro está partido y la UCR también", dispara Carrió sin dudar. "A Silvia Lospenatto por ejemplo la abracé y le dije: estás construyendo tu carrera política, tenés que aguantar, cuando del otro lado le decían de todo", sorprendió.
Le respondió también a los opositores que la acusaron de no asistir a la sesión. "Estuve catorce horas trabajando en el salón rojo, con mi almohada, porque si estoy en el recinto me enfermo, tengo que cuidar el corazón, las piernas, todo", dijo, con una mezcla de dramatismo e ironía. "No pueden aceptar que les ganamos las elecciones y las seguiremos ganando", desafió. Insinuó que hay una "operación del angelicismo" para que renuncie al bloque, aunque no avanza mucho más en su teoría.
Pese a todo, Carrió dijo no temer que sus divergencias con Monzó tengan consecuencias en su relación con el Gobierno. "Estoy preocupada por el desarrollo del país, de la economía, me reúno y hablo con ellos todos los días. Soy fundadora de Cambiemos y no me voy a ir", aseguró, aunque el episodio en la Cámara baja está lejos, según su visión, de terminar.
"Hay muchas divisiones, por eso dije que era el último esfuerzo que hacía por la unidad de Cambiemos. Pero si no me dan la palabra, rompo y listo, ahí me van a escuchar todos. Yo nunca le cercené la palabra a nadie", embistió otra vez, un rato antes de encontrarse con el Presidente.
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