En la UCR no descartan que Cavallo deje el ministerio
El radicalismo espera una semana tan vertiginosa y convulsionada en materia política y económica que ayer ningún dirigente se animaba a hacer pronósticos sobre el futuro del país. Aunque dos ideas avanzaban con fuerza: el ministro de Economía, Domingo Cavallo, tiene los días contados y un nuevo ajuste es absolutamente inviable.
El reclamo del alejamiento de Cavallo, que otrora era patrimonio del sector alfonsinista y de los grupos más rebeldes (el senador Raúl Alfonsín dijo la semana última que los tiempos de Cavallo estaban agotados), ahora comenzó a extenderse a algunos delarruistas, que están desilusionados con el resultado de su gestión frente al FMI.
"Hace unos días no hubiera creído que tenía que renunciar, pero ahora sí; le fue muy mal en el exterior", reflexionó un legislador cercano al Gobierno.
En el partido están expectantes y, por cierto, con bastante incertidumbre, quizá como les sucede a todos los argentinos. Esa fue la sensación que el vicepresidente de la UCR, Juan Manuel Casella, transmitió a algunos correligionarios luego del encuentro que él y el titular de la UCR, Angel Rozas, mantuvieron con el presidente Fernando de la Rúa para entregarle un documento partidario.
"Casella le dijo que una posible dolarización atentaba contra la ideología partidaria y él (el Presidente) no respondió sí o no. Le dijo que lo iba a mantener informado", relató el interlocutor del vicepresidente radical.
El desarrollo que tenga la crisis, en los próximos días, va a ser fundamental para el posicionamiento que adopte la conducción de la UCR, encabezada por el gobernador chaqueño, Angel Rozas, frente al Gobierno.
Hasta ahora, el flamante presidente del comité nacional mantuvo un lugar prudente: criticó las medidas, pero al mismo tiempo dejó en claro que él representa al partido oficialista y que no hará nada por perturbar la gobernabilidad.
"Rozas está condicionado por su doble condición de gobernador y autoridad del partido. Por eso tira una de cal y otra de arena", lo interpretó uno de sus compañeros de partido.
Pero el día clave será el sábado próximo, cuando se reúna por primera vez la mesa de conducción del comité nacional en Córdoba. Debido al descalabro financiero, las autoridades radicales decidieron jerarquizar este encuentro y extenderlo a legisladores y gobernadores. Allí se esperan fuertes definiciones políticas.
"Vamos a esperar el regreso de Cavallo, pero las posturas pueden endurecerse", arriesgaron fuentes del comité nacional. "De lo que se trata es de decirle al Gobierno que el país ya no resiste más delarruismo: cambiar pequeñas cosas para que no cambie nada", agregan los sectores más críticos.
Conciliador
Sin embargo, Casella se mostró ayer muy conciliador con el Poder Ejecutivo. "Hay que buscar garantías de funcionamiento del sistema y la justicia social. Hay que hacer un acuerdo político que incluya coincidencias en torno de la reestructuración de la deuda externa, la inserción internacional de la Argentina, la elaboración de leyes y la concertación."
Casella aseguró que la estrategia de las actuales autoridades partidarias es "reagrupar al partido, recuperar la competitividad para 2003 y volver a nacionalizarlo".
Hoy por hoy, el radicalismo es una bolsa de gatos sin un liderazgo político claro, explican quienes conocen la intimidad de este partido centenario. El Presidente no conduce a sus afiliados porque, desde que está en el poder, eligió el camino de la subestimación partidaria (que ahora Rozas pretende revertir comprometiéndolo a una mesa multisectorial de diálogo).
Por otro lado, el titular de la UCR tiene un juego propio -con sus aspiraciones presidenciales incluidas- que no convence a todos sus correligionarios. Alfonsín, líder natural si los hay, dice que ahora se va a dedicar a hacer su trabajo como senador y a buscar los puntos que posibiliten una gran unión nacional.
En tanto, los aliados del Presidente oscilan entre una defensa a ultranza de su jefe y el reconocimiento de que éste ya perdió su base de sustento político.
Y finalmente los más críticos al Gobierno, como los dirigentes de la provincia de Buenos Aires, tienen una visión pavorosa de su relación con la Casa Rosada. "Este es un Gobierno sin partido y un partido sin gobierno", definió un legislador de ese sector.
El diputado Leopoldo Moreau (UCR) anticipó que no iba a votar nuevos ajustes "para alcanzar la utopía del déficit cero, que no hace más que profundizar el proceso recesivo que vive el país".
Todas estas posturas resurgirán en el encuentro previsto en Córdoba.
Por lo pronto, el comité nacional ya emitió un documento en el que reconoce lo agudo de la crisis y propone a la Iglesia como garante de un eventual acuerdo de concertación "para sacar al país de la grave crisis que padece".
Está por verse si este tono se endurece, permanece igual o se debilita con el correr de los días.
Ocurrencia
- Nada lo diferenciaba de uno de los tantos avisos clasificados publicados ayer en el rubro 57 (Venta) de Clarín. Pero una segunda lectura denotaba algo extraño: se ofrecían "varias toneladas" del producto "Felip Horse" a "todos los tenedores de Lecop, Cecor, etc." El aviso daba el número del Ministerio de Economía, a cargo de Domingo Felipe Cavallo ("Horse", en inglés).
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