Enfática defensa oficial de Moreno

Por primera vez después del pedido del nuevo jefe de Gabinete, Sergio Massa, de "recuperar la confianza en el Indec", el Gobierno respaldó ayer al polémico secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, cuya continuidad era una de las incógnitas centrales de la nueva etapa política.

Fue el ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien salió sorpresivamente a ratificar al funcionario. "El incremento de precios no depende de Moreno", dijo a LA NACION el titular de la cartera política.

Así, Randazzo se convirtió en el primer funcionario en respaldar a Moreno en medio del cúmulo de críticas que recibió el secretario de Comercio. No sólo de la oposición, que pidió la semana pasada a coro su alejamiento del Gobierno, sino también de gobernadores peronistas como Mario Das Neves (Chubut), José Luis Gioja (San Juan) y Juan Schiaretti (Córdoba), y (aunque elípticamente) del propio ex jefe de Gabinete.

"La acusación contra Moreno es sólo por su actividad, que es una de las complicadas como el control de la escalada de precios. Es un gran trabajador y un hombre honesto", lo definió el ministro.

Randazzo opinó que el secretario de Comercio, la mano dura en la intervención en el Indec, es un funcionario "trabajador y amable", en una aparente diferenciación de la postura que encarnó en público Massa cuando el viernes pasado, a poco de asumir, consideró necesario que el índice de precios recuperara su credibilidad.

Según dejaron trascender ayer en la Casa Rosada, Randazzo habló con la venia de la presidenta Cristina Kirchner. La incógnita en los pasillos del poder era si eso significaba el respaldo para que Moreno permaneciera en el Gobierno. "No va a haber más cambios", insistió Randazzo ante la consulta de LA NACION sobre el posible alejamiento de Moreno.

El ministro ratificó sus declaraciones de anteanoche, cuando también defendió al polémico funcionario en una entrevista en el canal C5N. "Poner el éxito o el fracaso de un gobierno en la cabeza de Moreno es descabellado o injusto", había dicho.

Randazzo, además, sostuvo que el rumbo de la administración de la Presidenta no variará. "El trazo grueso del Gobierno continuará igual. El modelo no cambia por los hombres que están en el gabinete", reforzó.

Versiones insistentes

Ayer circularon distintas versiones sobre el futuro del secretario de Comercio Interior. En línea con el ministro del Interior, algunas fuentes indicaban que Moreno permanecerá en su cargo, pero que le quitarán el manejo del Indec. Nadie se olvidaba ayer en la Casa Rosada de que la propia Presidenta, hace apenas un mes, había dicho que Moreno era "malo", pero que eso estaba bien porque cuidaba "el bolsillo de los argentinos". Y hubo quienes recordaban también que el ex presidente Néstor Kirchner había dicho durante su mandato que necesitaba "diez Morenos" para gobernar. De todos modos, la crisis en la que entró la Casa Rosada tras el rechazo del Senado a las retenciones móviles y el portazo de Alberto Fernández cambió el escenario.

En los despachos oficiales, sobre todo con la llegada de Massa a la Jefatura de Gabinete, se analiza hacer modificaciones en el Indec. Ayer surgió la posibilidad, luego desmentida, de que el organismo pasara a depender de Massa. Pero desde su despacho y desde el Ministerio de Economía negaron esa versión.

Un funcionario que depende de Massa informó que la Presidenta no había dado ninguna orden y que tal modificación debería ser aprobada por el Congreso. Se necesita, en ese caso, reformar la ley de ministerios. Además, Cristina Kirchner se propuso no firmar ningún decreto de necesidad y urgencia. Sí está en estudio un paquete de reformas del Indec, como la constitución de un consejo de economistas "notables" para que diseñen un nuevo indicador de precios.

Otras versiones, sin embargo, ya dan de baja a Moreno, aunque creen que Cristina Kirchner no lo entregará en bandeja a quienes lo cuestionan. Esas voces oficiales hablan de que quizás en 15 días, a más tardar, Moreno podría irse. Fue llamativo que el secretario de Comercio no estuviera en la Casa Rosada el jueves pasado en la asunción de Sergio Massa y que no se hubiera mostrado en público desde que comenzaron los rumores.

La estrategia, en este caso, sería no salir a cuestionarlo, tal como hizo ayer Randazzo, para que no se vaya del Gobierno "castigado", según dijo a LA NACION un referente de la llamada pingüinera, los funcionarios más duros que responden a Kirchner.