Las "goticas milagrosas" de Nicolás Maduro: la Casa Rosada toma el anuncio con escepticismo
"Tengo que consultar", se excusa un funcionario del área de Salud nacional. "Por acá no hay nada, nada de nada", corrobora otro colaborador, en este caso del gobierno bonaerense de Axel Kicillof. Nadie del oficialismo parece cómodo cuando la consulta de LA NACION gira en torno al anuncio del presidente venezolano Nicolás Maduro, y sus "milagrosas" gotas para combatir el coronavirus.
Tal vez atentos a no generar nuevos roces con el kirchnerismo duro, que sostiene su apoyo sin condicionamientos al régimen chavista, y con una apenas disimulada dosis de incredulidad, desde el Gobierno aseguran "no contar con información" sobre el antiviral Carvativir, las diez "goticas" que según el sucesor de Hugo Chávez "neutralizan los síntomas del coronavirus", y que a partir de esta semana -anunció- comenzarán a producirse de manera masiva en el país caribeño.
Desde el oficialismo también niegan haber sostenido contacto alguno con el sistema sanitario venezolano para interiorizarse por el curioso descubrimiento, sin respaldo científico fuera de las fronteras de Venezuela. "Estamos negociando seriamente con todos los laboratorios, cómo vamos a pensar en las gotas de Maduro", contestaron desde un despacho de la Casa Rosada sin rodeos. "Las gotas son parecidas al pájaro que le hablaba, y que Maduro decía que era Chávez", ironizaron desde ese mismo despacho en relación a polémicas declaraciones de Maduro, en 2013.
Para los sectores cercanos al régimen bolivariana, en cambio, el dato es alentador. "Es importante, en Cuba usan unas gotas por la nariz y el nivel de mortalidad es muy bajo. No hay que ningunear los cuidados sanitarios que surgen en países con gobiernos socialistas por su condición política. Es esperanzador que en Venezuela se investigue y se ayude a su pueblo a salir adelante con estas herramientas químicas. Esperamos que funcione y puedan librar la batalla contra el Covid-19 con estas gotas. Yo las usaría, creo en Venezuela y en su gobierno", dijo a LA NACION el secretario de ATE Capital, Daniel Catalano. En el mismo sentido, el ex legislador porteño y miembro del grupo Puebla, José Cruz Campagnoli, destacóque durante un encuentro con dirigentes argentinos, en diciembre pasado y con motivo de las elecciones legislativas, Maduro hizo hincapié en las bondades del antiviral, "que no es una vacuna pero que disminuye los síntomas", dijo el ex legislador, quien además destacó el "gran manejo de la pandemia" del gobierno chavista.
Como contrapartida, y desde la oposición, atacaron a Maduro por "utilizar políticamente" las necesidades de la población, cuando los números oficiales hablan de poco más de 1100 muertos y 120.000 infectados desde que comenzó la pandemia, pero fuentes de la oposición hablan de un número dos o tres veces mayor.
"Esto es un claro ejemplo de como el clima de incertidumbre mundial genera un crecimiento preocupante de la pseudo-ciencia y las curas milagrosas, es habitual cuando predomina el miedo. Por otro lado, hay un claro uso político, tanto lo de Maduro, que es irracional, hasta estas carreras triunfalistas para ver quien vacuna primero", sostuvo a LA NACION el exministro de Salud del gobierno de Cambiemos Adolfo Rubinstein.